El sexto integrante

بواسطة Ineskyblue

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Émile sueña con vivir de su música, se pasa el día y las noches escribiendo canciones y fantaseando con canta... المزيد

Antes de leer
★Sinopsis★
★Capítulo 1★
★Capítulo 2★
★Capítulo 3★
★Capítulo 4★
★Capítulo 5★
★Capítulo 6★
★Sixthers★
★Capítulo 8★
★Capítulo 9★
★Capítulo 10★
★Capítulo 11★
★Capítulo 12★
★Capítulo 13★
★Sixthers★
★Capítulo 14★
★Capítulo 15★
★Capítulo 16★
★Capítulo 17★
★Capítulo 18★
★Capítulo 19★
★Capítulo 20★
★Capítulo 21★
★Capítulo 22★
★Capítulo 23★
★Capítulo 24★

★Capítulo 7★

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بواسطة Ineskyblue


"Así que no te dejaré acercarte lo suficiente como para que me hagas daño."

Turning tables - Adele

★★★

Por suerte me puse calzones sin agujeros, y por suerte no me acompleja quitarme los pantalones.

Las chicas ya están en el agua, Freya trae un traje de baño amarillo, mi color favorito desde ayer. Yo estoy sentado al borde, mojando solo mis pies, pensando en todo y en nada a la vez.

El agua está tibia, el olor a cloro invade el ambiente y las voces resuenan con eco por ser las únicas en un espacio tan grande.

—¿Estás bien? —Lúa sale del agua y se sienta a mi lado, su traje de baño es rosa, y considero que su personalidad entera encaja con ese color.

—Ha sido mucho en apenas dos días, solo estoy procesando.

—Te pusiste así desde que Indra dijo que debías viajar pronto —observa, su mirada está fija en el movimiento de sus pies dentro del agua, como si hablar sin bromas de por medio le diera vergüenza.

—Te parecerá muy tonto, pero me da... —suelto un suspiro y niego— Nada, no importa.

—No va a parecerme tonto, ¿qué te da? —insiste de forma comprensiva.

—Me da como... ¿miedo, tal vez? La idea de viajar tan lejos, por tanto tiempo, sin mi mamá.

—Oh... —murmura por lo bajo— Yo extraño muchísimo a mi mamá, hablamos todos los días pero... a veces al terminar la llamada solo me pongo a llorar. Es difícil, sobre todo cuando... la relación es tan cercana.

—Solo somos ella y yo, desde que tenía trece, siento que la dejo sola.

—Va a estar orgullosa Emi, le podrás dar una vida mejor... Yo pienso en eso cuando me siento sola, que lo hago por mis papás y mi hermanito, para que ya no tengan que preocuparse por nada.

—También lo hago por ella, y por mí, porque nos merecemos ser felices...

Estoy seguro de que iba a decir algo más, pero se me olvida en cuanto Dylan llega. Sobre todo porque en lugar de sentarse a mi lado se sienta detrás y abre sus piernas para ponerlas una a cada lado. Una de sus manos extiende frente a mi rostro un plato con un pedazo de pastel arriba.

—¿De dónde sacaste esto a las tres de la mañana? —cuestiono sorprendido.

—Soy muy persuasivo.

—Fue a coquetear con la chica que trabaja en la cocina en la noche, es obvio —interviene Lúa, rodando los ojos.

—No cuestiones mis métodos, cuestiona mis resultados.

Tomo el plato con su respectiva cuchara y sonrío, a pesar de las bromas fue a buscarme algo para comer, es muy atento en realidad aunque finja ser algo muy distinto.

—Gracias —murmuro de forma un poco tímida.

—¿Cuál gracias? Quítate la ropa.

—¿Más? —Mis ojos bajan por mi cuerpo semidesnudo y él se ríe.

—Algún día, ya verás —afirma con mucha seguridad antes de apartarse de mí para quitarse su propia ropa.

Me causa risa que sus boxers hagan juego con su cabello rojo, pero se me va en cuanto me pierdo unos breves segundos observando la cantidad de pequeños tatuajes que cubren su pálida piel.

Se lanza al agua, y obviamente lo hace de la forma más caótica y ruidosa en la que una persona puede hacerlo, pero para mi suerte alcanzó a cubrir el pastel con mi mano para que no se moje.

—No habla en serio, ¿verdad? —Me muestro un poco confundido en cuanto recuperamos la privacidad con Lúa.

—Ah, no, claro que no —dice y se ríe—. También me lo creí al comienzo, pero él simplemente es así porque le agradas. Si le gustaras no sería atento y amable, más bien todo lo contrario.

—Bueno, mejor, porque solo lo veo como amigo.

—De hecho, solo lo he visto ser así conmigo, con Freya pero en una menor medida, y ahora contigo.

Entonces recuerdo que dijo que le cae mal Indra, y me encantaría saber por qué, porque lo poco que he visto de ella me ha encantado.

Tal vez yo soy un poco fácil, pero las cosas que le dijo al chico en la fiesta me fueron suficientes para que me cayera bien. Tiene cerebro, es directa y sabe sostener una postura, existen pocas personas así.

—¿A ti te gusta? —cuestiono, pero obviamente ella no iba a entenderme, no me lee la mente para saber que pensaba en Indra, y eso hace que malentienda la pregunta y la lleve hacia Dylan.

—¿Tan obvia soy? —Suelta un suspiro y asiente— No hables con él sobre esto, por favor. Yo creo que él lo sabe, pero evita cualquier conversación porque no siente lo mismo y no quiere que se joda nuestra perfecta amistad.

—¿Está siendo difícil?

—Estoy acostumbradísima a enamorarme de gente que ni me ve, no te preocupes.

—¡Lú! —le grita Indra desde el otro extremo de la piscina— ¡Te pierdes el chisme!

Ella salta hacia el agua rápido, se voltea, sonríe y se despide con la mano sin decir nada.

Creo que estoy siendo demasiado asocial, así que me voy a comer el pastel y a entrar al agua con los demás. Tal vez me muera en el intento por entrar al agua sin esperar dos horas, pero me voy a arriesgar porque la torta es de merengue, amo el merengue, es de mis cosas dulces favoritas.

En cuanto dejo el plato vacío a un lado, no tengo ni un segundo para pensar. Dylan pone sus manos en mi cintura y me jala dentro de la piscina con un movimiento rápido. Mis pies hacen contacto con el suelo, no está profundo, el agua me llega a la mitad del pecho y está a la temperatura perfecta.

—Ven, vamos a jugar —Toma mi mano y me direcciona hacia su espalda para llevarme.

Aquí falta ropa, hay demasiada piel al descubierto como para estar tan cerca.

—Deja de acosarlo —se queja Freya en cuanto nos acercamos y regreso mis pies al suelo—. No a todos les gusta el contacto físico excesivo, Dylan, primero debes preguntar.

—¿A dónde tan celosa? —se burla el pelirrojo, pasa una mano por mi hombro y me acerca a él para preguntarme— ¿Te estoy incomodando? ¿Te sientes acosado?

—Por lo general evito que las personas me toquen, pero cuando lo haces tú se siente...

—¿Reconfortante? ¿correcto? ¿cómodo? ¿seguro? —se anticipa al ver que no encuentro la palabra.

—Todo eso junto, sí.

En realidad, el contacto físico que me incomoda es el de las personas mayores que yo, con la excepción de mi mamá. Con mis amigos jamás he tenido problema, siento que hace que las tensiones se disipen pronto.

Digamos que no soy quien va a estar buscando el contacto, pero lo voy a aceptar con comodidad cuando llegue.

—¿A qué vamos a jugar? —cuestiona Freya luego de rodar los ojos.

¿Está celosa? ¿Acaso hay algún motivo para estarlo? Se supone que Dylan es así con todos, no hay un trato diferenciado...

Mi mente está demasiado cansada para pensar, pero estoy seguro de que si no fuera así estaría sacando mil conclusiones, cada una más equivocada que la anterior.

Tres chicas llegan a la piscina, lo cual es extraño porque se supone que estaba cerrada y además son las tres de la mañana.

—¿No se supone que está cerrada a esta hora? —Indra pone mi cuestionamiento en palabras.

—Pero la abrimos, seguro escucharon voces o algo... —simplifica Dylan con un encogimiento de hombros.

Nos ven mientras murmuran entre ellas y sueltan risitas. Es incómodo, sobre todo porque nosotros estamos en silencio.

—Ho- hola, Emi —saluda una de ellas, como si le hubiera tomado toda la vida animarse a hablar.

Levanto la mano y saludo apenas, con un poco de timidez.

Si es que la conozco, no la recuerdo en este momento.

Las amigas la empujan un poco para que camine hacia adelante, un poco más cerca de donde estamos nosotros.

—No... no queríamos molestarte —tartamudea un poco al hablar—. Pero, ¿podemos tomarnos una foto?

—Oh... es que casi no traigo ropa, sería raro —respondo con una media sonrisa, aunque en realidad me estoy muriendo de vergüenza.

—Son fans... —murmura Dylan muy bajito como si de pronto lo comprendiera todo— La chica de la cocina me preguntó si estabas aquí, seguro ella les avisó.

Eso explicaría por qué no tienen trajes de baño y vienen vestidas como si acabaran de entrar de la calle.

Tampoco tengo tantos fans como para que esto me pase a menudo. Por lo general me piden fotos en los shows, pero han sido contadas veces las que alguien se ha acercado en un momento de mi vida cotidiana.

—Solo de las caras, una selfie —propone otra de las chicas, que al ver que respondo se atreve a hablar también.

—Oh, claro, supongo que está bien —tomo una respiración profunda e intento dejar la pena de lado.

—Vas a ser una estrella, Emi, un día esas primeras fotos valdrán mucho —Dylan pone una mano sobre mi hombro y sonríe.

Suelto un suspiro y me acerco a las chicas, espero que no tenga que volver a hacer esto solo, y que la próxima vez nos reconozcan a todos.

Al salir del agua estiró mi mano hacia unas batas que los chicos trajeron de las habitaciones, está bien que me sienta cómodo con mi cuerpo, pero tampoco tanto como para andar semidesnudo con desconocidos.

Me quedo un rato hablando con ellas, una en particular parece muy emocionada, sus pupilas están muy dilatadas y no deja de verme como si no pudiera creer que soy real. Tomamos las fotos y luego de que se disculpan mil veces por interrumpirnos, finalmente se van.

La hora se pasó muy rápido, los chicos viajan en la mañana y yo tengo que ver al abogado que va a ayudarme con el contrato. Si todo sale bien, nos veremos en la capital en algunos días.

Guillermo, el representante, va a quedarse hasta el martes que es cuando tenemos la reunión para firmar, y entonces allí sabré cuándo tengo que viajar, solo me anticipó que sería casi enseguida.

Eso significa que tengo dos días para poner las cosas en orden con Eliseo, despedirme de Lula y Fabri, y también de mi mamá.

—De verdad espero verte en unos días —me dice Dylan antes de subir a la camioneta que los llevará al aeropuerto—. Ahora no quiero a otro que no seas tú.

Freya se ríe.

—Ajá, pero cuando yo decía eso era una loca obsesionada.

—¡Tenías razón, Freya! ¡Eres una visionaria con unos gustos increíbles! —exclama Dylan con una exageración desmedida— ¿Eso querías escuchar? Ahora déjame despedirme de mi futuro esposo.

—Adiós, Emi, te esperan unos días difíciles pero estaremos para ti en cuanto llegues, todo irá bien —Lúa se acerca a besar mi mejilla y se sube a la camioneta a seguir durmiendo.

—Chau —se despide Indra, siempre tan expresiva.

—Voy a estar preguntando cómo van las cosas cada quince minutos, y si me dejas en visto ya no seremos amigos —amenaza Dylan con su teléfono en la mano—. Seremos novios.

—¿Premio o castigo?

—Oh, créeme que castigo, soy el peor novio del universo. —Se ríe antes de darme un último abrazo y subir a la camioneta también.

Solo queda Freya, y me está mirando tan fijamente que mi corazón comenzó a latir muy rápido e intenso.

—¿Me llamarás si me necesitas? —pregunta de forma muy tierna.

—Claro —miento, la verdad es que todavía no me siento tan en confianza, pero igual respondo con cortesía—. También puedes llamarme si quieres.

—Sigo sintiendo que solo eres amable todo el tiempo, pero en realidad estás incómodo.

—¿Qué? —me sorprendo juntando las cejas— No, claro que no, solo soy... reservado al comienzo, pero ya nos conoceremos mejor y se me pasará.

Si ella supiera que cada vez que sonríe se me derrite hasta el alma, le estaría dando el poder de afectarme a una persona que en realidad no conozco.

—Pero con los demás hasta te ríes, tal vez hice algo malo y no me di cuenta, yo no...

—Te juro que no —la interrumpo, un poco incrédulo por lo que está diciendo—. Es que... me pones un poco nervioso, pero no en el mal sentido.

—No... no entiendo —baja la mirada y contiene la respiración.

Ahora resulta que piensa que no me cae bien, soy un desastre con lo implícito.

—Que eres linda, inteligente, extrovertida y tan... luminosa, no lo sé, tal vez soy un tonto y me retraigo de más, pero no es nada malo, lo siento si te hice creer eso.

Ella sonríe apenas y sus ojos se ponen brillantes, me muero de ternura.

De pronto caigo en cuenta de la situación y me siento horrible. No sé qué estoy haciendo, pero lo estoy haciendo mal.

¿Qué sentido tiene? No puedo decirle que me gusta, tampoco hacérselo entender de esta forma, porque yo no estoy listo emocionalmente para tener algo serio con nadie.

No sé si a ella le gusto también, creo que podría ser posible, pero ¿Y entonces qué? ¿Para qué ponerlo en palabras si luego no voy a querer tener nada con ella?

Me siento muy inestable, y esto ya pasó con Eliseo, ya ví que no funciona. Me gusta mucho, luego empezamos algo y no me puedo comprometer, se vuelve confuso, dibujo límites claros en los conceptos, pero no se pueden poner límites sobre el corazón de los demás.

No estoy abierto al amor ahora, no puedo, no me siento seguro con nadie y si en algún momento lo hiciera, me asustaría mucho volver a sentir dependencia.

—Gracias —susurra aún un poco avergonzada—. Por las palabras bonitas, digo. Y perdón si esto sonó como un planteo, no lo fue, solo quiero... Me gusta tener las cosas claras, para evitar estar pensando demasiado.

—Está bien, no te preocupes —le sonrío esperando que sea suficiente despedida, pero no.

Ella pone sus manos en mis hombros y se acerca para besarme en la mejilla. No fue un beso rápido como el de Lúa, se notaron las intenciones de que fuera íntimo de algún modo.

Y mierda que funcionó, se me erizaron hasta los dedos de los pies.

—Te veo pronto, Emi.

—Adiós —susurro con la voz que me queda.

Soy un idiota, definitivamente sí. No solo tengo que lidiar con esto, ahora también tengo que ir a decirle a Eliseo que ya no quiero lo que tenemos.

No sirvo para la responsabilidad afectiva, me esfuerzo, pero siempre termino haciéndolo mal. No quiero lastimar a nadie, y tampoco quiero salir herido otra vez.

Creo que lo mejor de todo será mantenerme solo por un tiempo, sin relaciones serias, y tampoco relaciones casuales. Necesito seguridad y confianza por mi cuenta, y en eso me voy a enfocar.

Aunque a mis lados, vulnerable y hormonal, les cueste tanto mantenerse en calma cuando ella está cerca, lo voy a conseguir.

________

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