Te dije hola, bonita y me respondiste con un hola, bonito.
Supe que eras un mujer peculiar. Me reí.
Pregunté por tu nombre aún cuando ya lo conocía.
Respondiste con tu apellido (Flower) y entregaste la sudadera llamándome bonito de nuevo.
Mencioné mi apellido a pesar de que no mostraste señales de quererlo conocer.
Te despediste con un adiós, Mulloy.
Entonces me atreví a confesar lo despampanante que eras. Tú solo seguiste tu camino.
Discúlpame, amor mío.
Ben.