KinnPorsche cortos

Bởi Rakkhotraisutthai

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Pequeñas historias de todos los chicos de KinnPorsche. Xem Thêm

Playlist
Arm - Pol pt.1
Pete - Vegas
Pol - Arm (Kinn - Porsche) 1
Vegas - Pete 2
Porsche - Kinn
Tay - Macao
Kim - Che
Tay - Macao II
Pete - Macao - Vegas
Tay - Time
Vegas - Pete
Kinn - Tay
Tay - Time (ft.Macao)
Arm - Kinn
Especial Piscina Pt.1
Kinn - Porsche
Sugerencias
Especial piscina pt.2
Instagram
Especial piscina pt. final
Pol - Arm
Time - Tem
Vegas - Pete
Arm - Big
Pete - Vegas
Tay - Macao
Tay - Time Pt.1
Tay - Time Pt.2
Pete - Vegas
Kinn - Porsche
Pete - Vegas - Macao
Kim - Ché
Tay - Time (pt.3 / Time - Tem)
Kinn - Porsche
Macao - Vegas
Especial playa (pt.1)
Especial playa (pt.2)
Especial playa (pt.3)
Especial playa (pt.final)
Kim - Che
Kim - Che
Pol - Arm
Pete - Vegas
Arm - Pete
Pete - Vegas - Macao
Pete - Macao
Pete - Macao
Pete - Vegas
KinnPorsche - VegasPete
Macao - Tay (pt.1)
Vegas - Macao
Tanakhun
Macao - Tay (pt.2)
Macao - Tay
Vegas - Porsche
Tay - Macao
ESpecial excursión pt.1
Especial excursión pt.2
Especial excursión pt. final
Vegas - Macao - Pete Pt.1
¡2 libro!
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Capítulo 1

Kinn-Porsche

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Bởi Rakkhotraisutthai

Hacía más de media hora desde que Porsche no estaba en la habitación, había salido poco después de ver a Kinn entrar en la ducha. Estuvo unos segundos tumbado en la cama, descansando o recuperando el aliento que había perdido. Esta permanecía desordenada, la ropa de ambos se encontraba en el suelo completamente esparcida por la habitación, pero siguiendo un cierto patrón, ambas camisetas desabrochadas, cerca de la puerta, los pantalones eran la siguiente prenda que se encontraba, esta ya más cercana a la cama donde ahora descansaba el castaño. Prácticamente era capaz de cerrar los ojos y ver como entraron a la habitación, como cruzaron la puerta. Sus brazos abrazados en el cuello de Kinn, mientras que los del mayor descansaban en su cintura con un agarre lo suficiente fuerte para dejar pequeñas marcas al día siguiente; sus labios entrelazados en uno de sus muchos besos previos a todo lo que sucedía en esa cama. Negó antes de levantarse, sin poder borrar la sonrisa de sus labios, se decantó por ir hacia la piscina exterior que había en la planta superior de la casa que ahora era su hogar, usó una camiseta negra algo más ancha de lo normal y se puso los pantalones grises de deporte que solía usar Kinn cuando entrenaban. Al llegar se sentó en el borde de la piscina, suspirando al notar el agua fría contra sus piernas. Era casi noche cerrada, aún se dibujaban los últimos rayos de sol que apenas calentaban, pero que teñían el cielo de colores lilas y rosados. Mantuvo los ojos completamente cerrados, buscando poder respirar parte de la paz que había perdido desde que había dejado de sentir el calor de los brazos de Kinn en su cuerpo cuando este salió de la cama.


El mayor había salido de ducharse con la toalla rodeando su cintura, sorprendiéndose al percatarse de la ausencia del menor en la cama, al inicio no le dio importancia, tal vez había salido a hablar con Pete, o simplemente había salido a fumar, una rutina típica de Porsche después del sexo. No pudo evitar reír levemente al recordar esa oración, pudo ver al menor asomando la cabeza por la ventana una de las primeras veces que se acostaron, posteriormente a conocer los sentimientos de ambos, aún escuchaba el mechero prendiendo el cigarro, y como el menor suspiraba tras realizar la primera calada, confesando esa misma frase que ya les hizo romper a reír en ese momento.


Para su sorpresa hacía más de media hora que había salido de la ducha y Porsche no volvía, por lo que salió a buscarle. Empezó a sentir un nudo en su pecho, el cual iba subiendo por su garganta a medida que buscaba en cada rincón que podía imaginar y no le encontraba, incluso se acercó a la habitación de Pete esperando escuchar la voz de ambos, pero apenas pudo escuchar alguna cosa que lo tranquilizara. Subió a la planta superior, su corazón yendo a mil por hora, siendo este el último lugar en el que se le ocurrió mirar, incluso previo a subir había revisado que la moto continuara aparcada donde siempre la dejaban. Al llegar a poder ver la piscina por completo, en su rostro se dibujó la sonrisa que llevaba desaparecida desde hacía casi una hora, pudo ver la figura del menor sentada en el borde de esta, sus piernas dentro de ella, mientras su pelo era movido por el aire que corría allí arriba. Se acercó poco a poco, no quería asustarlo, no quería romper la paz que parecía envolver a Porsche en ese momento y en la cual parecía estar tan cómodo. Al llegar a su espalda se arrodilló, acariciando sus hombros con la máxima tranquilidad posible, con el cuidado único que había aprendido a tener desde que estaba con él. Porsche solo sonrió y echó la cabeza hacia atrás en señal de saludo, sus ojos aún cerrados, pero más relajados que antes, dejándose llevar por las caricias y las manos del mayor, guiándose por los pequeños besos que recorrían su cuello. Todos esos gestos habían hecho que terminara de encontrar esa paz que llevaba tanto rato buscando, sabiendo perfectamente que era incapaz de descansar si el mayor no estaba a su lado, con él.
Pero cuando menos se lo esperaba, esas caricias se hicieron más fuertes, descendiendo por su cintura hasta envolverse, una vez más, en su cadera y en un movimiento rápido y completamente inesperado, el menor se encontraba en el agua, soltando un leve grito cuando el agua fría se filtró por dentro de la ropa que llevaba puesta. Kinn no pudo evitar reír, un acto que robó todo pensamiento negativo de la cabeza de Porsche, haciéndolo sonreír amplia y sinceramente, amaba ver al otro así, amaba su risa, amaba sentir que era el responsable de haber devuelto a Kinn ese niño que una vez le fue robado, de haberle traído de vuelta una parte que parecía no existir en él, esa parte que el mismo añoraba y que nunca pensó recuperar, un sentimiento que hacía años que no tenía, que no notaba ni mostraba, un sentimiento que en su mente estaba completamente roto, prohibido, incluso muerto.


El mayor le cedió la mano, "inocente" pensó Porsche cogiendo su mano y, con cuidado de no lastimar, de no hacerle daño, tiró hacia el agua, provocando que este cayera con él. Ambos empezaron a reír, abrazándose de nuevo, un abrazo sincero, un abrazo lleno de ese sentimiento desaparecido en el corazón de Kinn, ese sentimiento que Porsche había sido capaz de devolver, que había sido capaz de recuperar, de conseguir esa llave para dejar salir todo ese Kinn que estaba completamente muerto para el mayor. Los brazos de Porsche se apoyaron en el cuello del otro, mientras que los de Kinn sujetaban al menor de la cintura, esa que tantas noches había abrazado al dormir, que había sujetado durante sus encuentros en la cama, o en cualquier parte de la casa donde no pudieran ser descubiertos, las mismas caderas que había besado y acariciado en sus "castigos" al castaño. Sus labios, sin saber cómo, se habían vuelto a unir, pero a diferencia de esa tarde, ahora estaban repletos de una inocencia única, de cariño y sinceridad, de amor, ese completamente puro y tierno que, de vez en cuando, dejaban salir. El abrazo se volvió en caricias cuando el menor se sentó, de nuevo, en el borde de la piscina y el mayor se mantenía en ella, sus brazos cruzados encima de las piernas de Porsche, dejándose mimar por una vez, dejándose querer.


El sol había desaparecido por completo para este momento, solo estaban iluminados por el reflejo de los focos de las calles, y por el reflejo de la luna en el agua, haciendo la situación mil veces más mágica de lo que Kinn o Porsche hubieran podido imaginar en un inicio. Las manos del castaño se mantenían en el pelo del otro, manteniendo unas caricias suaves, pero constantes, con roces delicados, como si tuviera miedo de hacerle daño, de lastimar lo que él mismo, sin saberlo, había sido capaz de reconstruir y curar. Pero en ese momento pudo notar como la espalda de Kinn se movía un poco más rápida que esta ahora, como si su paz estuviera siendo rota, interrumpida por algo que Porsche no veía o entendía. Obligó al mayor a levantar su cabeza para mirarle a los ojos, los cuales estaban mojados por pequeñas lágrimas que habían empezado a caer por sus mejillas, unos ojos llenos de pequeños brillos, pero que mostraban una tristeza que paralizó y congeló la sangre de Porsche de golpe, haciéndolo entrar en cierto pánico. Sin alzar la voz preguntó con delicadeza que era lo que sucedía, si se encontraba mal, si le dolía algo, a lo que el chico contestó con un leve hilo de voz, con miedo de romper la tranquilidad y el silencio del ambiente, negó antes de hablar, antes de atreverse a decir alguna palabra, quería pensar bien como iba a hacerlo, ya que temía que pudieran malinterpretarse sus palabras.


Un simple "tú" salió de sus labios, Porsche lo miró, sin entender que quería decir, porque de repente decía que era él lo que le hacía daño, incluso pudo notar como sus ojos se envolvían en lágrimas que, de momento, no iba a dejar caer, ya que vio la intención de Kinn de seguir hablando. "Me duele saber que te hice daño, que te hiciera pensar que eras un simple juguete para entretenerme, para ocupar el sitio que Él había dejado. Me duele saber que te hice daño, a ti, a la persona que me devolvió algo que consideraba perdido, roto e imposible de ser curado por nadie. Me duele pensar que pude perderte por mi comportamiento cuando Tawan volvió a aparecer de la nada".


Cuando ese nombre salió de los labios de Kinn, el menor lo besó, haciéndolo callar de golpe, no quería escuchar más, no quería que el mayor siguiera pensando que le había hecho daño, que le hacía sentir mal o que ese malentendido entre dos personas que no supieron hablar las cosas correctamente, dos personas que no fueron capaces de expresar correctamente sus sentimientos podría estar lastimándolo. La falta de aire hizo que se separaran de nuevo y Porsche negó con la cabeza, sonriendo levemente y volviendo a acariciar el pelo del otro, el cual estaba completamente confuso por la reacción que el otro había tenido, quiso chillarle por no dejarle terminar de expresar lo que quería, porque por una vez que abría levemente su corazón había tenido que ser interrumpido. Pero las palabras que este dejó escapar le hicieron olvidar completamente cualquier pensamiento malo, ofensivo que pasara por su cabeza, haciéndolo reír levemente, imagen ciertamente patética debido a sus lágrimas que seguían resbalando por sus ojos, pero que para Porsche fue una imagen de debilidad y de aprecio, una imagen de sinceridad y amor, de complicidad entre dos personas que se querían.
"No hay necesidad de seguir pensando algo así, fuimos unos completos novatos jugando al amor. Quisimos ir de profesionales actuando en un ámbito en el cual somos pobres en conocimiento, pero somos humanos, y tenemos derecho a equivocarnos, a lastimarnos y ser capaces de perdonar, de entender y perdonar. Me da igual lo que pasara, me da igual cuáles fueran tus intenciones, incluso las que eran mías, lo que me importa es poder decirte que te amo sin sentir que hago mal haciéndolo, sin sentir que son palabras vacías. Que puedo decir que te amo estando seguro de que mis palabras expresan a la perfección todo lo que mi corazón quiere que sepas."


Los ojos de ambos se encontraban con pequeñas lágrimas que poco a poco iban cayendo y que, ambos, iban secando al otro en una acción de ternura y amor hacia el otro. Una sonrisa se dibujó en ambos rostros, un "te amo" salió de los labios del mayor, seguido de un beso inocente que fue correspondido con la misma inocencia y delicadeza.

-Time<3.

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