Solo son negocios.

Von Darknessanarchy

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Descubrirás con el tiempo que lo que vivías era otra cosa y no lo que pensabas. Todo por ser una persona que... Mehr

Déjame vivir en tú casa
¿Cómo pasó esto?
¿Cómo que un Ship?
Principio de la teoría del caos
El comienzo
Daños del pasado sacude el presente
aparece Amber y esto está en llamas
Soy una basura
Stay With Me
Y eso que solo es el comienzo (fin del volumen 1 )
Wat Talk
Binarie Codes
T2 No metas a otros en tus asuntos
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ha vuelto!!!!
Un increíble día🔞
Introspectiva🔞 (parte 1)
La Lola
Dicen que los hombres no deben llorar
DARK
After Dark
The nights
Good Day :)
Bittersweet
Symphony
preludio
I-ll stay with you
The Less I Know The Better
Son los 30
Unwritten
Nunca Es Suficiente (Crimen)
Castigo (Para mi)

Only You

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Von Darknessanarchy

Colette le había metido un manotazo a Edgar y luego de gritarle lo que sentía ella empezó a correr dejando al chico allí estático, ella no sabía que hacer solamente corrió de ese lugar, no podía creer que Edgar se portaba bien con esa chica morena de pelos naranja. Pero con ella era distinto, Edgar era tosco, indiferente y a veces malicioso con ella.

¿Qué significaba eso?

¿Acaso esa chica era más importante que ella?

¿Edgar ama a esa chica?

Si es así entonces… ¿por qué hacemos todo lo que los adultos que se aman hacen?

Todas esas y otras preguntas pasaba por la mente de Colette haciendo que sentimientos confusos le llenen el corazón de un ligero dolor, Colette empezó a llorar amargamente, un llanto amargo corría rápidamente sin lugar a donde ir.

O sí…

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DARKNESS ANARCHY present.

Solo son negocios

Capitulo 9

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[Casa de Piper]

Piper, la mujer rubia de ojos azules, que todos la conocen como por ser una mujer agradable, tranquila, servicial y que prepara muy buenos postres y panes

Ahora mismo ella estaba limpiando su cocina que estaba hecha un desastre, usando un vestido distinto a los usuales está vez era uno blanco con detalles de flores azules, el vestido le llegaba por debajo de los muslos, con unos pequeños lazos en sus hombros que estaban para sostener al vestido y un mandil rosa encima; Llevaba una bandana en su cabeza y una mascarilla.

Había limpiado la mayor parte pero se miraba algo molesta ya que todo ese desastre fue causado por un grupo de jóvenes adultos que llegaron a molestar tan temprano a su casa, aunque quiso desestresarse no pudo ya que el jovencito no duró lo suficiente para que ella llegara a sentirse bien, aún así esperaba verlo de nuevo ya que seguramente si no hubieran estado esas dos seguramente no solo hubiera Sido una vez.

—Ese chico vendrá en cualquier momento, lo sé. —Soltó una risita burlona y maliciosa.

(Toc, toc, toc)

Sonó la puerta de su entrada, Piper sonrió ampliamente ya que sabía que el que tocaba su puerta era la persona que está a esperando, ella tomó los utensilios de limpieza y los dejó en un armario junto a otras herramientas, se quitó la bandana y la guardó en una gabeta.

(Toc, toc, toc)

La puerta volvió a sonar y ella levantó el busto de vestido y lo subió un poco más para que sus muslos se pudieran apreciar aún más.

—Ya voy, solo espera. —Dijo con un tono dulce y coqueto.

(Toc, toc, toc,)

—Dije que ya voy. —Volvió a hablar pero esta vez se quedó quieta, se veía pensativa, sabía que no era normal y eso le recordaba a alguien…

(Pom, Pom, Pom, Pom, Pom)

El sonido fuerte y está vez sonaba como si estuvieran golpeando la puerta con un martillo, Piper se golpeó ligeramente la frente ya que sabía que no era su nueva adquisición, sino era su amiga y la razón por la cual tener una aventura con Edgar le daba tanto placer.

Piper se acercó a la puerta y la abrió y como si fuera Tara la adivina, supo que era Colette, la vió toda triste y desganada, depresiva sería la palabra exacta para describir a la chica, Piper notó que la frente de Colette tenía un color rojo y de ese tono salía unas gotas de sangre... Piper suspiró y la dejó pasar sin decir nada.

Ya dentro de la casa Colette se sentó en una silla que estaba cerca de la mesa donde Piper realizaba sus pasteles, la peliblanco dejó caer su cabeza en la mesa y la dejó allí.

Piper estaba preparando té y dentro de si pensaba en como sacarla de su casa sin que parezca que la esté corriendo, no quería perder su tiempo hablando con ella, pero sabía que si no hablaba con ella no sabría cuál era el problema así que ella rompió el hielo, teniendo en mente lo que seguramente era el problema...

—¿Qué te hizo Edgar? —Piper servía los té en dos tazas blancas muy bonitas, al terminar las llevó y también se sentó una de las sillas que estaba allí.

Colette levantó su cabeza rápidamente y su rostro se sonrojó ligeramente, miraba fijamente a Piper su cara era la viva expresión de “¿Como sabes querés ese es mi problema?”, Piper suspiró y se acomodó, bebió un sorbo de su té y le habló.

—No soy adivina solo me supuse que ese era tu problema. —Colette se sorprendió, levantándose de su asiento, aún más cuando Piper le volvió a hablar, la rubia lo notó—. No Colette, no soy adivina, solo es que tú eres muy fácil de leer...

—¡Pero las adivinas leen las cartas, así como Tara! —Dijo Colette al saber que Piper sabía lo que pensaba, Piper estaba molesta así que solo suspiró profundamente y volvió a hablar.

—Me vas a decir tu problema o solamente vas a estar hablando tontería. —Piper le sonreía.

Colette estaba apenada por lo sucedido que volvió a sentarse y suspiró con una terrible pesadez, ella empezó a hacer rizos con un mechón de su cabello, miraba a Piper y luego miraba al suelo, luego tomó la taza de té y bebió un poco, un pequeño sorbo, exhaló con gusto y luego habló.

—La verdad es que ni siquiera yo sé como me siento. —Dejó a un lado su mechón de cabello y ahora se puso a jugar con sus manos, ella bajó la mirada y avanzó en su explicación—. Ya lleva un tiempo en que me siento así...

Piper estaba analizando la situación, supuso que sería algún problema con su amigo Edgar o talvez se volvió a meter en problemas con la ley, aún así no dejó de escuchar lo que ella decía.

—Es que no sé como ver a Edgar… —Bingo, pensó Piper al escuchar el nombre de ese chico.

—Cariño, pero a ¿qué te refieres con eso? —Piper colocó sus codos en la mesa y luego apoyó su cabeza en sus manos, para así pretender estar interesada.

Colette apretaba sus manos con más fuerza y jugaba con sus largas uñas de sus pulgares Piper vió eso y colocó su mano derecha en las de Colette, la peli blanco inmediatamente levantó su rostro sonrojado hacía la rubia y está la miraba seriamente.

—Concéntrate mientras me hablas, porque me estás haciendo perder el tiempo y sabrás que eso es lo que mas odio. —Ya la voz suave y coqueta había desaparecido y ahora su voz era tétrica.

Colette tragó saliva debido al miedo que sintió, así que asintió nerviosa y rápidamente, habló con algo de miedo.

—Es que es algo extraño de explicar, digo todo empezó desde que fuimos al hospital después de que casi nos matamos en una pelea en el sótano de la tienda, yo le rompí un brazo y él me rompió una pierna, yo le apuñalé la garganta y él me apuñaló el estómago, yo le mordí el brazo y él me mordió la frente. —Piper estaba realmente sorprendida por lo que escuchaba de la boca de esa chica, tenía ciertas dudas sobre lo capaz que llegaría ser está chica y con eso que le estaba relatando seguramente haría peores cosas que robar...

Piper estaba atónita porque siguió diciendo relatos aún más bizarros sobre el pasado de estos dos, así que la detuvo ya que no soportaba más esa cantidad de información.

—Colette, cariño mejor deja de divagar y ve al punto. —Piper tenía su mano izquierda en su frente y con sus ojos cerrados intentaba olvidar esos relatos.

—Pero es importante ya que una vez lo intenté lanzar desde el techo de la tienda pero su bufanda me agarró de la pierna nos caímos los dos, nos rompimos mucho huesos y estuvimos vomitando sangre por casi 20 minutos hasta que llegó la ambulancia y luego Griff nos pagó para que nos quedemos callados. —Colette siguió pero Piper le tapó la boca.

—¡Cielos! —Piper estaba perturbada—. ¿Qué tipo de relación llevaban? —La voz de Piper estaba exhausta, no podía dejar de imaginar cada una de las escenas que Colette habló, ella se quitó la mano de Piper pero por alguna razón estaba muy sonrojada, Piper lo notó y le pregunto—.¿Y ahora por qué estás así?

Colette negaba rotundamente, y solamente reía, Piper sintió una fuerte incomodidad, la rubia solo pudo suspirar y Colette aprovechó en hablar.

—Es que antes éramos enemigos a muerte y declarados. —Colette lo hablaba como si fuera la cosa más normal de mundo, así como esas historias dónde ella y Edgar de dañaban—. Pues como decía, salimos del hospital y seguimos trabajando, fue allí cuando en una de sus comidas le metí veneno de rata, él la comió y yo me acerqué lentamente para burlarme de él y como cómo se moría lenta y dolorosamente, pero el cabrón me agarró con su bufanda y me besó, metió mucha saliva y baba blanca en mi boca, así que ambos nos estábamos envenados, fue mi primer beso…

Piper a este punto estaba bastante cansada y demacrada por esas historias, como diablos podían llegar a tal punto dos personas para matarse mutuamente, es más en ese entonces solo eran adolecentes, tantas veces que estuvieron apunto de morir y en ninguna de esas pasó a más, era algo extremadamente rebuscado, osea como le hacían para salirse de las garras de la muerte, Piper quería dejar de escuchar pero por alguna razón un morbo en su interior quería saber en que quedaba ese maldito relato.

—Colette, por favor acaba con este sufrimiento… —La pobre rubia estaba desganada y deprimida ya que todas las imágenes de como los chicos se destruían

Colette no sabía a que se refería la rubia pero siguió hablando.

—Despues de eso cuando salimos del hospital Edgar me encaró y me decía que ya estaba aburrido de todo eso, que no entendía porque una chica tan linda como yo tenía tan malvado corazón, y luego de eso se marchó dejando en mi esa duda...

Piper con una mirada sin vida la miraba seriamente, Colette empezó a tocar su pecho en el lado donde su corazón latía y miró a Piper.

—Para ese entonces nadie me había dicho linda, ni mi papá y menos un extraño, además fue mi primer beso… —Colette sacó su álbum y se tapó el rostro sonrojado con vergüenza.

Piper, se azotó el rostro fuertemente  con su mano y suspiró amargamente, sentía una fuerte intensión de darle una bofetada pero sabía que eso no funcionaría ya que sería un regalo para ella, así que solo habló.

—Entonces te enamoraste de Edgar. —La molestia era presente en su voz, Colette que no se daba cuenta se quitó el album y le habló.

—¡Eso no puede ser cierto! —Colette se levantó de pronto, Piper de un respingo retrocedió unos pasos para atrás—. Puede que esté pendiente de cada respiro de él, cada movimiento de él y cada vez que se estira el cuerpo, cada palabra, cada partida de Brawl que jugó. —Colette ennumeraba cada una de las cosas que Edgar hacía ella se irritaba y su pecho se inflaba y bajaba rápidamente, Piper notaba eso con su ojo clínico y sonrió con un ligero toque de maldad.

—Oh, entonces sientes que Edgar te pertenece… —Esta era la femme fatale que estaba hablando, quería saber más para poder disfrutar aún más sus actos, Colette se tapó el rostro fuertemente y con sus uñas lastimaba su piel, ella se volvió a sentar.

—Es que él no entiende que me lastima el corazón cada vez respira frente a otra chica, no sé cómo no entiende que me pertenece y nada más… —Colette dejó caer bruscamente su cara en el duro concreto de la mesa de Piper, la rubia la miraba con desprecio, Piper tomó la su taza de té y bebió.

—Supongo que a veces se lo amor duele… —Dijo Piper mientras quitaba la taza de té que le había dejado a Colette, porque seguramente en cualquier momento la chica lo podría romper, Piper volvió a hablar ahora con más calma que antes—. Pero supongo que ese no es el problema, sino que hay "otra razón".

Colette se levantó de su asiento y ahora se jalaba el cabello, Piper ni siquiera le prestó atención y siguió bebiendo su té con los ojos cerrados.

—¡Es esa maldita pelos de llamas! —Colette volvió a sentarse y con fuerza golpeaba la mesa, Piper abrió un ojo y miró lo que hacía la chica, sonrió con satisfacción.

—Te refieres a Amber —Piper dejó su taza de té y empezó a ver sus uñas—. Es una chica muy hermosa, además con su cuerpo puede llamar la atención de cualquier hombre. —La maldad que Piper estaba preparando era algo vil y sin corazón.

Colette se mordía el labio inferior logró abrirlo y de este brotara sangre, Piper se levantó y fue al horno para tomar unas servilletas de papel, tomó dos pedazo y se los entregó a la chica quién no dudó en aceptar.

—Entoces con todo lo que me has dicho, puedo entender que tienes una relación con Edgar.

Colette abrió su boca por la sorpresa y se asustó, ella empezó a actuar nerviosa intentaba decir algo pero por sus nervios solo balbuceaba tontería, Piper tomó una cuchara de madera que tenía a su izquierda y con ella la golpeó en la cabeza, no fue tan duro pero si sonó hueco.

—Lo siento, es que solo imaginarlo me hace sentir extraña, digo no sé que somos, solamente hacemos cosas que los adultos en las películas hacen. —Colette se repuso del golpe y explicó.

Piper estaba atenta ahora sí le interesaba en saber más de ellos.

—Entonces ya tuviste tú primera vez... —Piper fingió sorpresa—. Al menos usaste protección, ¿Verdad? —Colette parecía estar confundida por todo lo que Piper decía.

—Bueno, te expliqué que él fue mi primer beso, ¿Se usa protección en tu primer beso? —Piper reía internamente, era algo inimaginable, está chica era muy inocente, bueno no tanto, talvez en ciertos aspectos.

Piper estaba aún más interesada en saber de ellos y como era su relación.

—Pero cuando te dije ni haría nada para quitarte a tú novio, tú y él no dijeron nada, así que pensé que en verdad ya habían hecho formal su relación… —Piper sacaba a relucir sus dotes para sacar información y con alguien como Colette era aún más fácil.

—Pues no sé, digo cuando empezamos a vivir juntos lo primero que hicimos fue besarnos hasta que al parecer dije algo ofensivo para Edgar y ahora en la mañana detrás de la tienda nos besamos aún más, hasta me dejó morado el cuello y me acarició el pecho.

Colette le contaba todo a Piper quién muy por dentro disfrutaba eso, aún quería saber máss cosas sobre esos dos así que siguió hablando.

—Por válgame… al me-menos sabes sobre anticonceptivos y condones. —Era obvio que quería llegar al fondo de esto...

Colette cada vez se sentía incómoda por cada una de las cosas que dijo Piper, aún así contestó.

—Pues Edgar compró condones pero no sé para qué los iba a usar, digo sé que esas cosas las usan para relaciones adultos más fuertes... Supongo que él ya sabe de esas…

—Ya veo... —Piper miraba detenidamente a Colette, quería reírse al recordar la primera vez de Edgar pero no podía, ya que sabía que ese chico podía, pues quien sabe talvez sería mejor prospecto en el futuro—. Colette, debería de ser sincera con Edgar y tampoco deberías dejar de hacerte la fácil con Edgar.

Colette se miraba triste por la respuesta de Piper, la cual sabía que significaba esa carita…

—Entonces queden en algo, digo si no quieres empezar una relación con el podrían solo ser amigos con derecho y quedarían felices, aunque en parte siento pena por Edgar, digo tú estás teniendo una fuerte obsesión con él y eso es malo, además de enfermizo.

Colette estaba aún más triste y parecía que en cualquier momento quería llorar, eso hizo que Piper se sintiera aún más incómoda ya que no tenía idea de lo que quería ella...

—¿Entonces que diablos quieres mocosa? —Piper contestó con crudeza, ya estaba arta de las cosas que Colette hacia.

Colette empezó a llorar y eso molestó mucho a Piper que sin ningún tipo de molestía le iba a pegar con la misma cuchara pero la peliblanco hablo antes que ella tomara la cuchara.

—Es que le prometí que le ayudaría a conseguir novia si me dejaba vivir en su casa... Pero viendo que habían mejores opciones... ahora mismo me duele el corazón… —Colette lloraba y Piper quedó…

“¡Qué voy hacer contigo niña idiota!”

Pensó Piper al ver que la chica había dejado caer nuevamente su cabeza en la mesa…

[Tienda de regalos de Star park]

Había pasado media hora desde que Colette se había marchado y Edgar estaba muy deprimido, recordaba que lo único que tenía que hacer era disculparse con su amiga, pero en su mente estaba la idea de que él fue quien lo había empeorado todo.

Aún seguía sentado detrás de la tienda de regalos esperando que esta abriera, aún así no llegaba su jefe y su amiga, aunque seguramente ella no llegaría.

—Será que es cierto que soy mal amigo con ella... —Edgar pensaba en retrospectiva para recordar todo lo malo que había hecho con ella...

Por extraño no recordaba la época cuando era enemigos sino cuando empezaron a ser más afectivos uno al otro, esos momentos cuando ella le guardaba las propinas que dejaban los clientes que llegaban a verla, para que pudieran comer helados después del trabajo.

Recordó cuando ella también recibió los golpes de piedras y basura que le lanzaron  unos sujetos que decían odiarlo.

Cuando ella lo defendía de los gritos de su jefe por cosas que se rompían al caerse solas, cuando ella le dió todos los cubos en supervivencia dúo para que pudiera vencer a una Shelly con 12 cubos de fuerza y que por la confianza de Colette pudieron ganar y así ambos llegar al rango 20 sin gadget y sin estelares.

Lo peor de todo esto era que ninguna de las cosas buenas que Colette había hecho por él tenían algo bueno que él había hecho por ella, sin duda se sentía como el peor...

—Supongo que lo único que hice por ella es dejarla vivir en mi departamento, pero por algo a cambio… —La depresión llegaba poco a poco y su corazón latía con amargura y tristeza.

Aunque no todo era malo, la rosa que había comprado estaba allí lo estaba confortando para que no siguiera deprimido, sin duda alguna estás rosas eran increíbles, él chico se levantó y se estiró, en su bolsa del pantalón tenía su teléfono y decidió marcarle a su jefe.

"Beep, beep, beep, beep,"

“Aló, ¿Quién habla?” —Esa no era la voz de su jefe, era la de otra persona, mejor dicho una mujer.

—Disculpe, creo que marqué mal, quería comunicarme con Griff pero creo que marqué mal. —Edgar se disculpaba con la persona que estaba al habla, pero la mujer con un tono de molestía le contesto.

“Si, este es el celular del Griff, pero está ocupado, chico. No vuelvas a llamar.” —La mujer contestó y colgó.

Edgar se molestó por dicha acción de la mujer y con molestia guardó su teléfono, él suspiró profundamente, no quería molestarse por tan poca cosa así que fue a levantar la rosa y se marchó, quién sabe talvez a su casa.

[Casa de Piper]

Colette estaba sentada comiéndose un pastelito que Piper le horneó para que dejara de llorar, Piper estaba decorando otros pastelitos y al terminar los dejó en la mesa, Colette iba a tomar otro pero Piper le dió un manotazo, Colette estaba sorprendida y con el pastelito en la boca.

—Tendrás que comprarlo si quieres otro. —Piper le sonrió levemente y Colette estaba mostrando su cartera de mano, que tenía en su chaqueta y dicha cartera estaba vacía…

Piper la miraba detenidamente y tomó la bandeja de pastelitos y la llevó a otra mesa.

“Ding Dong” —Sonaba la puerta de entrada.

Piper se preguntaba quien sería en estos momento, dejó la bandeja y fue a ver quién era, pero antes de irse amenazó a Colette.

—Si tocas esos pastelitos le diré a Griff que no te de mercancía de la tienda. —Colette se paralizó y puso sus ojos llorosos, Piper se molestó y le hizo la seña de solamente unos, Colette se alegró y rápidamente fue a tomar el pastelito que Piper le dió.

Piper se arregló, no como la vez que esperaba a Edgar solo levantó su cabello y se limpió el sudor que tenía en su frente y rostro, Piper al abrir se sorprendió al ver que era quien esperaba primeramente.

—Edgar… —Piper sintió como su corazón latía y su cuerpo se calentaba al ver al chico y más al verlo con una rosa del jardín de Rosa y no solamente eso, también porque estaba Colette—. ¿Qué te trae por estos rumbos?

Piper intentaba ocultar sus sentimientos pero le era algo imposible ya que el solo pensar en volver hacer lo que una vez hizo cuando Colette estaba en su habitación, por su suerte Edgar estaba pensando en otras cosas y no en la calentura.

—Queria comprar uno de sus postres... —La voz de Edgar sonaba depresivo y eso pasó desapercibido para Piper, quien no dudó en preguntar.

—Oh cariño, ¿Qué sucede contigo? —Piper le tocó el pecho a Edgar, pero recordó que podían mal entender si los veían a los dos—. Mejor entra y mira quien está aquí.

Edgar hizo caso pero no sabía sobre que se refería Piper y sin decir nada entró.

Piper le tomó del brazo y entraron juntos, ambos se sorprendieron al ver a Colette, Edgar ya que no esperaba que estuviera allí, mientras tanto en Piper era algo distinto, ya que estaba molesta por ver a Colette comiéndose todos los pastelitos.

—¡et vas quedar sense mercaderia, Majadahonda! —Piper le habló en un idioma que los chicos desconocían…

(Continuará)

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