Amor Entre Mundos Distintos

Von Killedfics

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Goku x Melascula un extraño encuentro cambiará la vida de una demonio y un saiyajin. Créditos de la portada a... Mehr

Capítulo 1 - Humano.
Capítulo 2 - Preocupación.
Capítulo 3 - Tragedia Después del Encuentro.
Capítulo 5 - Declaraciones Inesperadas.
Capítulo 6 - Llamado.
Capítulo 7 - Llamado
Capítulo 8 - Pecado.
Capítulo 9 - ¿Comienzo?.
Capítulo 10 - Te quiero.
Capítulo 11 - Melascula.
Capítulo 12 - Mi deseo.
Capítulo 13 - Tentación.
Capitulo 14 - Confesiones.
Capítulo 15 - Errores del Pasado.
Capítulo 16 - Rey demonio.
Capítulo 17- Verdad.
Capítulo 18 - Hambre destructiva.
Capítulo 19 - Caos.
Capítulo 20 - Final.
Epílogo.
No tengo miedo.
Reencuentro.
Fin

Capítulo 4 - Confrontación.

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Von Killedfics


personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

-vete.- como si lo que hubiese hecho fuera de admirar clamaba, gritaba como si él hubiese brindado alguna ayuda cuando no era más que el verdugo de su amiga demonio, Meláscula yacía sin vida a sus pies.

si, él podría ser un extraño, no obstante no era alguien que trajese malas intenciones ni mucho menos estaría al tanto de la situación porque él también tenía graves problemas con los que lidiar, vidas que proteger y batallas que librar. Él era un ladrón, el zorro inmortal de la avaricia que jusgado por el atentado contra el bosque del rey hada se le consideró como un criminal y fue cuando le otorgaron aquel título, uno de los siete pecados capitales que ahora quería salvar a su capitán, pero si bien se encontraba en una encrucijada, la realidad era que el problema mayor se daría por haber matado a tan detestable diablesa porque el guerrero habría despertado y ban como debería llamarse se dio una idea cuando aquella fuerte mano le sujetó en un movimiento demasiado rápido aprisionando su cuello, pudo ver odio en esa mirada y como el resto comprendió que no era alguien normal.

-¿qué hiciste?.- le preguntó, podía ver sus dientes apretarse con fuerza ante la impotencia de ver a esa chica morir cruelmente por esas manos. -¡por qué lo hiciste!.- reclamó para sorpresa de los demonios, el pecado y aquellos que desde la lejanía observaban anonadados y antes de siquiera permitirle responder arrojó al pecado capital contra las montañas más cercanas demostrando la inconmensurable fuerza que se esconde en ese cuerpo carente de poder mágico y cuando las colinas de roca sólida se destrozaron brutalmente hizo comprender a los demonios que no era alguien para tomarse de burla.

-¿qui-quién es este humano?.- monspeet habló, no pudo evitar sorprenderse ante tal muestra de poder físico, no era un humano que hayan visto antes eso estaba más que claro.

-ya basta de interrupciones.- la voz del hijo menor del rey demonio se alzó en medio de la calamidad presentada, sin darle importancia a las heridas de Meláscula ni al humano que parecía ser más fuerte de lo normal.

-si piensan silenciarlo háganlo ahora.- complementó el mandamiento de cabellera plata, completamente ajeno a lo que a sus alrededores pasaba porque su atención total aún se centraba en meliodas.

y a sus órdenes aquella bella mujer de cabellera rubia decidió obedecer dejando a monspeet jugando con su bigote despreocupadamente como si supiese cuál sería el resultado, no obstante sus predicciones eran completamente erróneas y solo bastó de un solo movimiento para que se alarmase, porque a pesar de que la inconmensurable fuerza de la diablesa se descargó sobre ese hombre, en realidad no le movió ni un solo centímetro a pesar de que los alrededores se agrietaron en miles de fisuras.

-¡¿qué?!.- cualquier otro humano ya habría perecido ante solo un combo de su poder y que esta criatura se haya mantenido de pie con total calma le tomó por sorpresa.

le señaló con esos ojos, unos ojos distintos a los que pareció ver momentos atrás, pues esos eran tan negros como la noche más oscura, pero estos parecían asemejar a una bella esmeralda, una retina que solo desprendía odio y más odio, luego de eso recibió el golpe que le trajo de regreso a la realidad, uno que causó igual o mayor destrucción que aquel que se descargó en el pecado de la avaricia.

-¡Derieri!.- inmediatamente se preocupó al ver ese golpe abalanzarse a la mujer que ama en secreto, el aire se tiñó de una nube rojiza producto de la sangre que se liberó del puñetazo y eso solo le hizo enfadarse. -maldito humano...- masculló y su poder mágico comenzó a hervir de su cuerpo.

-me estorbas.- comentó a la mujer que envió a estrellarse contra las montañas, no pensó en corresponder el agresivo gesto, pero qué esperar cuando su corazón desborda odio e impotencia, no tenía percepción alguna de lo que a sus alrededores pasaba, solo podía ver el cadáver de la chica que consideraba su amiga, no podía evitar sentirse miserable por no haber podido hacer nada. -meláscula-chan...- susurró y pensó en dejarse caer de rodillas, no obstante no tendría oportunidad de hacerlo en ese momento, porque la incandescente ave voló hasta él con intenciones totales de golpearle.

un estruendoso estallido sacudió el lugar, ahora incluso los hijos del rey demonio giraron a ver la razón de tanto alboroto, allí la explosión se desataba solo comprobando cuál era el inconmensurable poder del mandamiento que impulsado por odio atacaba a un pobre hombre.

-¿más alboroto?.- preguntó fríamente el mandamiento del amor, había solicitado silencio para consumar la muerte de su hermano, pero nada de eso se daba y el fastidio comenzaba a ser notorio.

-el humano está causando problemas.- zeldris contestó cuando no había nada en el cráter producto del desate de magia que destruyó el campo. -y parece que se abstiene de morir, parece que después de todo no es un insignificante animal.- con sus oscuros ojos señaló a la lejanía, para ser más exactos a una pequeña colina donde ese puntiagudo cabello se mecía con la brisa nocturna y en sus brazos sostenía el cuerpo de la demonio, quién era y qué relación tenía con melascula?, por qué enojarse por tratarla de esa forma cuando no es más que una serpiente?.

-por qué haces eso!.- reclamó gokú al mandamiento de la reticencia que no se intimidó por la rapidez que esquivó su ataque. -si no hubiera sido rápido habrías destruido el cuerpo de tu compañera, que no ustedes son amigos?!.- protestó inconforme, palabras que a oídos de todos los presentes no sonaban más que estupideces.

-por qué habría de molestarme por algo como eso?.- con sarcasmo preguntó al degollado cuerpo que gokú sostenía en sus brazos, sin vida que seguía desvaneciéndose con cada gota que sangra que salía de él, entonces lo comprendió, ellos eran demonios, pero seguramente eran despiadados, eran seres que no les importan sus compañeros o amigos, con solo ver esa despreocupación lo corroboró, tal vez ni siquiera sabían por lo que meláscula había pasado estos últimos días.


-que molesto...- murmuró el corpulento demonio de cabellera plata, sin piedad alguna clavó una de sus espadas en el abdomen de su hermano mayor y le aferró de forma brutal al suelo, un fuerte grito acompañó aquella acción y alarmó aún más al saiyajin por la tortura que de forma despiadada ofrecían. -me encargaré de tí después.- con un soplo de molestia se dio media vuelta y el resto de demonios se agruparon al par de hermanos.

en la lejanía la tierra explotó cuando una molesta demonio emergió de entre los escombros, los dientes de Derieri se apretaban por tal humillación que recayó sobre ella con un solo golpe que no pudo resistir.

-¡maldito!.- gritó y con una marca del reciente golpe grabada en su mejilla también fue a donde sus compañeros se encontraban.

-esto es malo, parece que quieren atacarme...- ante la agrupación de los demonios pensó, podría luchar o simplemente irse y ofrecer un entierro digno a Meláscula, pero también estaba equivocado al pensar eso, pues segundos después entendió que la vida de esa demonio aún no se marchaba del todo.

-go-gokú...- de repente esa voz se adentró en lo más profundo de sus oídos, eliminando el sonido presente de aquellos huesos rotos de su mente, el tono de Meláscula emergía de forma débil.

-me-Meláscula-chan!.- no supo cuan grande era el alivio de saber que ella aún no moría a pesar del estado en que se encontraba, era de esperar después de todo ella es una demonio.

-mal-maldito pecado!.- con rabia lograba hablar, la oscuridad volvió a emerger de ella. -mis corazones, me arrancó mis corazones, me duele!.- siguió diciendo, el joven la bajó al suelo y la miró con preocupación. -no te muevas, no permitiré que te hagan daño otra vez!.- con delicadeza dejó a la chica sobre el suelo, sabiendo que sus palabras podían ser tan vacías porque podía significar una mentira, no tenía ni una idea de lo que él podía hacer por ella en este estado.

-no seas tonto, debes irte de aquí, vete humano!.- alertó en medio de su tortura, señalando al hombre frente ella, pero entendió que era tarde cuando el destello dorado de aquella lanza se encontraba cerca del rostro de gokú, trató de cerrar sus ojos para no verle sin cabeza y muerto, pero no hizo falta al final, porque detuvo el objeto con solo una mano.

-vaya, es rápido.- pensó el antiguo rey hada ante su fallido ataque, dónde después de atentar contra esa vida el hombre se puso de pie manteniendo el objeto en su mano y señalando a los mandamientos, pudo ver ese seño fruncirse con molestia y luego de eso el objeto se le fue regresado de la misma manera, pero con mucha más fuerza, tanto que no pudiendo detener su propia arma fue arrastrado por la misma hasta quien sabe donde.

-parece que es lo suficiente fuerte para jugar un rato.- Fraudrin, aquel que poseía el cuerpo de un caballero mencionó con una sonrisa, parecía interesado en el joven. -qué les parece si yo soy el primero en...- dejó las palabras en el aire cuando una figura se le adelantó, solo pudieron ver el destello de su rubia cabellera viajar hacía el humano.

-Derieri, espera!.- gritó el mandamiento de la reticencia y sin pensarlo dos veces siguió a la demonio para acudirle.

-maldito!.- clamó la mujer y su puño formado por oscuridad creció para aumentar su fuerza y ahora si que acertaría con más fuerza su golpe.

-no, espera!.- gritó Meláscula a la vez que trató de curar sus heridas con su oscuridad, no obstante sus intentos serían más que innecesarios porque gokú de un movimiento esquivó a la diablesa con suma maestría.

-muy lenta...- mencionó a la manera en que la chica atacaba, dejándola seguir de largo y en completo ridículo.

-que has dicho estúpido!.- apenas pudiendo detenerse se giró con mucho más enfado. -te destrozaré!.- clamó llena de cólera y se abalanzó nuevamente hacía el hombre.

-dije que eres muy lenta y directa!.- saltó lejos de ahí para alejarla de Meláscula, si bien no tenía todo el poder que un día gozó, le era más que suficiente para hacerle frente a los demonios.

-¡no huyas!.- lanzó golpe tras golpe, pero todos y cada uno eran esquivados, los colmillos de la rubia cada vez se apretaban por la presión a la que era sometida aún cuando ese hombre se mantenía a la defensiva, de alguna manera parecía ser experto peleando.

y claro, su experiencia en batallas cuerpo a cuerpo era muy superior a la de cualquiera ahí, por algo es un luchador, un guerrero que a librado peleas inmensas con enemigos formidables, pero qué habrían de saber aquellos que no le conocen.

de un instante a otro Derieri dejó de atacar y se apartó rápidamente dejando a un gokú confuso, no obstante cuando se giró pudo saber por qué hizo eso.

-ave infernal!.- el viento arrastró esas palabras y nuevamente la incandescente ave se acercó a él.

-¿otra vez eso?.- pensó, debía estar alerta pues no puede sentir a nadie, ni mucho menos esos ataques extraños.

sin preocuparse demasiado apretó su puño y concentrando suficiente fuerza golpeó el aire, mismo que impulsado por tal presión salió disparado hacía el mágico fuego, un ataque invisible que después de chocar causó suficiente destrucción para anunciar la igualdad o superioridad del humano.

-pelear con dos al mismo tiempo será molesto.- murmuró el saiyajin, sabía perfectamente que los golpes de aquella demonio rubia eran muy fuertes, además aún estaban los otros que observaban sin hacer nada, cualquiera podía tomarle por sorpresa. -debo estar pendiente de Meláscula- chan, estos demonios son peligrosos.- siguió razonando, aunque aún tenía un truco bajo la manga si eso llegaba a pasar.

inmediatamente su cuerpo sintió el peligro y se giró para ver al rey hada con aquella lanza que había regresado, misma que repleta de poder mágico ya había disparado un potente rayo en dirección del humano. -no te distraigas!.- clamó, de alguna manera habría sobrevivido y reincorporado a la lucha.

pero aunque el poder de su arma fuese descargado, no había acertado ningún golpe, aquel gigante lo entendió al ver a ese hombre tras el hada, volando desafiando las capacidades de lo que se suponía era un humano.

-atrás de ti!.- exclamó y trató de ayudarle de alguna manera, pero era tarde, el golpe en forma de mazo cayó de forma brutal sobre el cuello de Gloxinia y le envió a estrellarse fuertemente en el suelo.

-no puede ser, quién es él!.- Fraudrin exclamó con fuerte voz ante la pelea que se libraba, creyeron no sería necesario interrumpir, pero por lo visto esto se estaba tornando más complicado de lo esperado.

-muere!.- la voz se escuchó tras él, nuevamente la diablesa de rubia cabellera había echo presencia y le tomó desapercibido y por primera vez logró asestar un golpe. -¡primero!.- vociferó y sin detenerse lanzó el siguiente. -segundo!.- gritó otra vez, un pesado puñetazo dos veces más fuerte que hizo retroceder al humano y con el tercero fue más que suficiente para regresarle de regreso al suelo, aunque no se le complicó nada a gokú reincorporarse.

-es como si su fuerza se multiplicara!.- pensó y observó detenidamente a la chica acercarse a él a gran velocidad. -debo esquivarla!.- siguió diciendo en su mente, pero cuando quiso hacerlo notó que no pudo, pues la tierra bajo sus pies le aprisionó rápidamente y evitó que pudiera moverse.

-¡cuarto!.- anunciando el número de ese golpe acertó completamente en el rostro del saiyajin que prisionero completamente vio caer una y otra vez los puñetazos sobre él.

-quince, dieciséis, diecisiete!.- a medida que se estrellaba sus puños contra el rostro del peli punta notó algo extraño, pues ese cráneo parecía ser el más duro que había golpeado, cualquiera ya habría perdido la consciencia con semejante tortura, pero él los soportaba.

-treinta y nueve, cuarenta!.- con todo lo que pudo dar ofreció ese último ataque rompiendo consigo la tierra a sus alrededores y sacándole de la trampa del gigante, además no parecía se detendría ahí y monspeet junto con Fraudrin aprovecharon la situación. -¡ave infernal- , - rompedor de estrellas- gritaron al unísono lanzando sus ataques y colisionándolos en el cuerpo del hombre dando por terminado el encuentro en una fuerte explosión que deslumbró el lugar con una brillante luz, la tierra tembló incluso en los reinos más cercanos.

-parece que todo a terminado.- monspeet se acercó a la dama que jadeante aún mantenía la adrenalina que liberó al descargar su rabia en el chico.

-lamento si intervine pero quería que todo esto terminara, ya hemos perdido mucho tiempo.- el demonio que vive en un cuerpo ajeno comentó guardando su espada, sereno que anunciaba la derrota del hombre.

-so-son gokú.- apenas si lograba hablar, pero tal estruendosa batalla solo le decía que él no estaría bien, hacía todo lo posible para que su oscuridad le sanase, pero no podría, incluso creyó ya sería tarde.


-como sea, es hora de matar al otro humano.- mencionó Estarossa que con su mirada desinteresada señaló al pecado de la avaricia quien trataba de ayudar a meliodas, se preocupó inmediatamente porque a pesar de creer que pasaría desapercibido en realidad estaban más que informados de su presencia.

-mierda.- masculló, primero lo de aquel hombre que le atacó sin razón alguna y ahora esto, no lo tendría fácil y era más que evidente al tener todas esas miradas frente a él.

-hay alguien más que quiera una paliza?.- preguntó fraudrin solo trayendo más angustia, no obstante ellos no fueron los que se darían el lujo de ponerle un dedo encima al zorro de la avaricia ya que alguien o algo se les adelantó y emergió repentinamente de la cortina de polvo y estragos que quedaron de la explosión anterior, un rayo pequeño que navegó por el aire y golpeó el cuerpo del inmortal.

-qué es eso?.- se preguntó el gigante al ver al humano ser arrastrado por el poder que le envolvió y sin dar chance de esquivarlo le arrastró hasta que en la lejanía una poderosa explosión concluyó con el desate de poder, que a pesar de asemejarse a un ataque mágico estaba claro que no lo era, porque no sentían nada de eso desprenderse de ahí.

-¡cuidado!.- fue drole el primero en alertar que más de ese poder se acercaba a ellos, ráfagas de energía que dentro de la nube de polvo nacían, pero la respuesta que se presentó fue muy tarde para algunos ya que uno de esos tantos ataques logró alcanzar a Derieri que tuvo el mismo destino que aquel pecado capital y su paradero ahora yacía en medio de la explosión que a cientos de metros arrasó con todo.

-mierda, aún sigue con vida después de eso?.- al ver a su compañera caer de un solo ataque se tomó todo más enserio porque el que soportara cuarenta golpes seguidos era de tomar encuentra, sin mencionar que al ataque a quemarropa combinado con el de Fraudrin debían haberle matado ya.

-no puede ser!.- drole trató de encontrarle, de hecho todos trataron de dar con su paradero, pues cuando la ofensiva terminó pudieron ver como una potente onda de aire apartó la nube de polvo, no óbstate el humano no se encontraba ahí para cuando prestaron atención.

-no se separen!.- ordenó el hijo menor del rey demonio quien parecía más precavido al escenario que quería abrumarlos de alguna manera y sosteniendo el mango de su espada se preparó, contrario suyo su hermano solo permanecía tranquilo.

pero ni siquiera alcanzaron a completar una formación y un sonido extraño resonó en el campo de batalla, uno que navegando en todas direcciones parecía asecharles y posteriormente el ataque llegó al gigante que a pesar de su enorme tamaño y peso, sucumbió ante los ataques a puño limpio que en un segundo le enviaron golpearse contra las montañas.

-dónde está?!.- pensó Fraudrin, pero su respuesta se dio cuando algo o alguien aterrizó cerca de él, apenas pudo sentir el calor que acobijó esa piel del cuerpo que había robado.

-con el rabillo de ojo esa figura, un hombre que bañado por llamas rojizas golpeó su cara con su puño limpio, sintió claramente como su cabeza estuvo a punto de separarse de su cuerpo.

-¿es más veloz?.- se preguntó el mandamiento del amor ante tal movimiento que mostró, pero aunque estaba en lo cierto había algo más que pudo notarlo cuando Fraudrin y Monspeet fueron acribillados con una ola de poderosos golpes.

-no, es mucho más fuerte que antes.- concluyó y dejando su postura relajada hizo emerger su oscuridad y su arma apareció de entre esa espesa aura que le rodeó, solo ese movimiento bastó para que Zeldris comprendiera que los hijos del rey demonio deberían actuar.

-sabías que Meláscula-chan seguía con vida y aún así te atreviste a atacarla.- con su puño extendido se dirigió al mandamiento de la reticencia que a pesar de todas sus heridas solo se bastó de su oscuridad para curarse.

-si alguien es tan inútil para dejarse atacar de esa forma no puede servir al rey demonio.- explicó a medida que jugó con su bigote. -además, la verdadera cuestión es de por qué hacer tanto por alguien que piensa igual o peor que yo?, con alguien que no es más que un animal rastrero.- aunque sonase cruel no mintió en ningún momento, pero sus palabras colmaron la paciencia del chico.

solo pudo ver cómo él mantenía su enojo ante tales declaraciones, no obstante cuando no pudo más sintió el dolor de todos sus huesos romperse en mil pedazos, pues todo de él se estremeció al tener la pierna de ese chico en su abdomen causando que incluso la sangre saliese de su boca y el escenario tras él se destrozara por tal cantidad de fuerza bruta que se utilizó, algo que se alejaba bastante de lo que había mostrado con anterioridad.

-entonces a mí tampoco me importa lastimar a los compañeros de Meláscula-chan.- aclaró después de derrotar al demonio que se desplomó en el suelo sin aparente vida.

-no pienso permitir que traten de esa forma a Meláscula-chan.- siguió declarando, esta vez el aura rojiza de su kaioken se desvaneció dejando de ejercer presión en su cuerpo, había acabado con los que al menos se dio el tiempo de medir la fuerza o técnicas que podían tener, pero ahora debía de enfrentarse a dos seres de los cuales aún no sabía nada, pero algo le decía que ellos eran los líderes de ese grupito.

-pareces alguien sorprendente, parece que puedo distraerme un momento en este horrible lugar.- comentó el demonio de cabellera plata.

-siéntete honrado humano, porque los hijos del rey demonio te enfrentarán.- tras él la otra voz se escuchó, algo le decía que se había metido en algo que le traerá muchos problemas de ahora en adelante.


fin del capítulo 4

bueno, aquí el nuevo capítulo y espero les haya gustado, así que no olviden votar y comentar si es así, si no son libres de dejar sus mejores insultos xd.


espero que estén bien y sobre todo gracias por leer.

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