Conociendo lo prohibido ©️ (E...

Bởi NarcirisFerrerV

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TRILOGÍA HÁBITOS INSACIABLES. (Libro I) Vanessa apenas empieza a separarse de la sobre protección y tabúes d... Xem Thêm

Conociendo lo prohibido
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6^
Capítulo^7
Capítulo^8
Capítulo 8/2
Capítulo 9^
Capítulo 10^
Capítulo 11^
Capítulo 12^
Capítulo 13^
Capítulo 14^
Capítulo 15^
Capítuto 16^
Capítulo 17^
Capítulo 18^
Capítulo 19^
Capítulo 20^
Capítulo 21^
Capítulo 22^
Capítulo 23^
Capitulo 24^
Capítulo 25^
Capítulo 26^
Capítulo 27^
Capítulo 28^
Capítulo 29^
Capítulo 30^
Capítulo 31^
Capítulo 32^
Capítulo 33^
Capítulo 34^
Capítulo 35^
Capítulo 36^
Capítulo 37^
Capítulo 38^
Capítulo 39^
Capítulo 40^
Capítulo 41^
Capítulo 42^
Capítulo 43^
Capítulo 44^
Capítulo 45^
Capítulo 46
Capítulo 47^
Capítulo 48^
Capítulo 49^
Capítulo 50^
Capítulo 51^
Capítulo 52^
Capítulo 53^
Capítulo 54^
Capítulo 55^
Capítulo 56 ^
Capítulo 57 ^
Capítulo 58^
Capítulo 59^
Capítulo 60^
Capítulo 61
Capítulo 63^
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 62^

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Bởi NarcirisFerrerV


Pitt

Tan solo he conocido lo que vive bajo la piel herida del lobo que ha estado en silencio hasta el día que por fin pudo alzar uno de sus más altos aullido, ese canto lleno de dolor, odio, repudio, y responsabilidad que por fin puede ir dejando atrás.

Mira atrás observando la pequeña manada que lo sigue sin tardar en regresar la mirada al frente y darse cuenta del camino que aún le falta por recorrer, su intento por llevarlos a todos ha salvo se tambalea pero aún así sigue firme evitando mostrar su cansancio, desea agua, descanso, consuelo pero aún no es momento de tenerlo.

Acabaron con mi niñez, acabaron conmigo, lo hicieron con mi familia, con mis sueños y metas de ser quien yo decidiera ser, pisotearon todo eso y no les importó quienes iban delante, me humillaron he hicieron lo que quisieron por años.

Atentaron contra su vida una vez y eso fue suficiente aunque nunca pensé que sería Diana quien lo haría, no me arriesgaré con Felipe y esa es la razón por la que la dejo ir.

Que lo entienda o no, no es algo que quiera debatir en estos momentos de prisa mientras me muevo en compañía de Adam por una carretera totalmente despejada.

Todo está hecho, por fin doy por cerrado ese asunto aunque los últimos sucesos me han obligado a cambiar mucho lo que se creó en un inicio, la falta de Lisa, los movimientos de Adam, el silencio de Noah y lo que sea que haga Felipe, por más que quiera saberlo me es imposible manejarlo todo, pero eso no hace que no vaya a intentarlo.

—No sé que pensaras pero es extraño viajar con un hombre tan callado.

—Todos debemos serlo en algún momento— observo por la ventana en cuanto esa conversación llega a mi, dejándome claro que debo terminar lo más pronto aquí y entender de que va eso.

—Estoy listo— insiste Adam a mi lado llevándome a respirar y sentir como se desencadena todo lo que he guardado por décadas— Dime la verdad, ¿Mataste a la anciana?

Ignoro lo que dice y me muevo en busca por lo que estamos aquí, mientras menos involucrados será mejor, eso ya se ha dejado claro y no juego al idiota que sacrifica más de lo que ya lo hecho.

—¿Sabes dónde están?

Me enseña una sonrisa como la pasada.

—¿Me mostrarás quién eres realmente?

—No seas idiota y habla, siempre me he mostrado como realmente soy, tú más que nadie debería de saberlo.

—De hecho tenemos un encuentro pendiente.

—Cállate y camina, esas cosas mejor hazlas con Noah.

—Oye— realiza un silbido cuando me adelanto— No mueras o tendré que darle el pésame a Lisa y a esa chica, y detesto esos ojos llorosos.

Medio sonrío notando la mirada que me da, nos hemos criado separados pero aun así la sangre que corre por sus venas y las mía es la misma, verlo a él y a Lisa me recuerdan mucho a Laura como Vanessa lo feliz que eran.

—Soy un Lennox, no soy tan fácil de tumbar — me giro caminando hasta ese lugar donde nadie resguarda nada, es una gran casa en medio del bosque y no sé donde se mete Adam pero no me preocupa, me muevo por los pasillos sin dar con nadie, veo la hora en mi reloj notificándome que no puedo dejar que pase más tiempo antes de presentarme.

—Sin invitación y tarde— digo con las manos al aire viendo a Bean estar sentado en el sofá sin realizar ningún movimiento ni mover la mirada de mi.

—Pitt.

—Vine aquí en busca de Matilde, Adam está preocupado por ella ¿Dónde la tienen?

—No seas hipócrita— se levanta Felipe— Si estuviera aquí realmente no habrías venido.

Me hace frente en cuanto dos de sus perros permanecen quietos en las esquinas de la sala.

—Tienes razón, vine a terminar con lo que empecé— le doy un vistazo a Bean— Parece que no le rompí suficientes huesos.

Me da una sonrisa luego de ver a su hijo regalándome un golpe en la quijada que me hace girar el rostro, recojo la sangre que sale mi labio y la limpio de la camiseta negra que lleva.

—Siempre me pregunté porque siempre vas de negro, ¿Tiene que ver con la madre de Bean?

—No tienes en que gastar tu tiempo y vienes a molestar.

—Aunque viéndolos bien si se parecen.

Bean frunce el ceño poniéndose de pies, Felipe le hace una señal a sus perros quienes se lanzan sobre mi lo que me lleva a sacar el arma tras mi espalda y ser más rápidos que ellos en tomar a Bean.

—Hablemos del pasado— digo apuntando a su sien— Todos tenemos cosas allí que queremos ocultar, por ejemplo, el como esta familia se relacionó con los Morfis, o más bien que tan fuertes son nuestros lazos.

—Suelta a Bean.

—Dile a tus perros que bajen sus armas.

—No me matará — habla Bean— No puede, y la razón es que somos hermanos, aunque no lo quiera aceptar somos familia y eso nada lo cambiará , no importa lo que te haya hecho y el dolor que eso te haya causado, simplemente no puedes.

—Veamos si es cierto— tomo su mano en el aire soltando un disparo en ella— Quieto, ahora si parecen padre e hijo— veo la mano vendada de Felipe— Supongo que aun no se ha sanado.

—¿Qué quieres?

—Hablemos del pasado.

—Para hacer eso no tienes que hacer tanto alboroto, es más, no es necesario que retengas a mi hijo.

—Entonces sentémonos y manda a tus perros por algo de té con que mojarnos las gargantas.

Bufea viéndome como si me subestimara y estuviese haciendo el ridículo.

—Como te veo Pitt estás solo y descontrolado, ¿De verdad esperas que haré lo que pidas cuando puedo deshacerme de ti aquí mismo y nadie lo sabría?

Sonrío.

—Tienes razón. Supongo que llevo la desventaja.

—¿Dónde está Lisa?— pregunta Bean.

—No la menciones.

—Baja esa arma Pitt— me exige mientras lo sostengo de la mano lastimada.

—¿Tanto lo odiabas? —inquiero viendo a Felipe— ¿Tanto te molesto verlos felices que incluso después de muertos no pudiste dejarlo pasar?

—No sé de que hablas.

—Sabes muy bien de lo que hablo y solo quiero saber una cosa.

Cambio la dirección a la cual apunto.

—¿Tan poco hombre te hizo sentir que eligiera a alguien más?

—Ella no eligió, él la obligo, lo hizo al pedirle desesperadamente que se casara con él y embarazarla haciéndola perder el tiempo.

—Supongo que eso es un si.

—Laura era mía, lo fue mucho antes de que él se entrometiera, sabía lo que significaba para mi pero eso no le importó, nunca se interesó, solo llegaba y tomaba las cosas... pues al final tuvo su merecido.

—Ese es tu padre del que estás tan orgulloso, míralo a los ojos, puede que no tengas otra oportunidad.— hablo detrás de Bean.

—Si hay alguien aquí que ya no da para más ese eres tú.

Siento como ponen algo frío contra mi nuca y otro personaje me hace bajar mi arma tomándome por el hombro.

—De eso que hablabas como si nada era mi vida Bean, y tu padre, tú, Matilde, y otros se encargaron de arruinarla.

—¿Cómo tú la de Diana?

Uno de sus perros me patea la parte trasera de las piernas llevándome contra el suelo.

—¿Y tú sabes quién era Diana, Bean?— pregunto.

—La hija de Derek y Dahiana Morfis— se me adelanta Felipe— La misma que Lisa se encargó de matar.

—¿Lisa?— inquiere él confundido viendo a su padre— ¿Es eso cierto?

—Todos en esa familia sufren de algún mal, ella no sería la excepción.

—Es de Lisa de quién hablas.

—¿Y quién es Lisa, Bean? —Felipe se enfrenta a su hijo— ¿Quién es y por qué tuviste que fijarte en ella?

—Quizás por lo mismo que tú te obsesionaste con mi madre— digo intentando elevar la cabeza y ver sus rostros.

—Pitt vete— dice Bean.

—Tú eres quien se irá— suelta Felipe— No tienes nada que hacer aquí al menos que aceptes que ya debes ser un hombre y tomar el mando, Pitt es tu enemigo, te odia y tú debes odiarlo también, al  igual a los otros.

—¿Por qué?— inquiere viéndome— Solo por ser hijos de Maison quien era mi tio, ¿De verdad los odias tanto?

Bufeo viendo la escena.

—Tú, —ignora lo que Bean dice y se viene contra mi— Solo tenías que hacer una sola cosa y incluso eso te quedo grande— siento una fuerte patada del lado izquierdo de mis costillas.

—Tengo otra pregunta— digo esforzándome por ponerme de pie pero no me dejan— ¿Por qué tanto miedo de que sepa quien es realmente su madre? digo, todos ya sabíamos que te la follabas pero tanto así de hacerle un hijo.— sonrío— Vaya que eres desafortunado.

—¡Llévenselo abajo! —exige Felipe cuando dos me levantan.

—No me parece tan fría— hablo cuando me mueven por el lado de Bean. —Después de todo no me traicionaste por nada, si no por tu hermana.

—¿De qué hablas?

—Diana y tú tampoco pueden negar sus raíces.

—Llévenselo de una vez y hagan que no tenga más ganas de decir algo.

—Esperen.

Me mantienen de espaldas a ellos he intento soltarme.

—Todos corremos de la verdad pero al final nos alcanza, y no nos queda más que ser sinceros aunque se sienta como clavos en la piel. —aclaro.

—Al final como dije yo seré quien prevaleceré mientras a ti te tocara verme desde el suelo donde debiste quedarte y obedecer, si lo hubieras hecho tal vez no tendría que hacerte esto. Saben dónde llevarlo.

—¡Felipe Lennox!— vocifero— Aun no he dicho que haya terminado contigo.

—Pareces que no entiendes las cosas Pitt, viniste aquí sabiendo que no saldrías, me disparaste, humillaste, robaste, y secuéstrate a mi hijo, aquí no hay nada que vaya a defenderte.

—¿Quién decide eso?— inquiero bajo.

—Yo lo hago.

—Pero si apenas empezamos a jugar— reconozco esa voz cuando todos le apuntan y me guiña un ojo.

—Tú también has venido— habla Felipe volteando a verle.

—Ya he dicho que no estoy pintado— Adam mira a Bean— Aun tenemos algunos asuntos pendientes, ahora por favor bajen sus armas y hablemos como amigos que somos.

Felipe saca el seguro de la suya empezando apuntarme lo que provoca que el ambiente cambie totalmente cuando en un segundo aparecen delincuentes en la segunda planta del lugar y todos los perros de abajo se ponen en guardia, veo el anillo en mi dedo y de regreso la hora que es actualmente, no me queda mucho tiempo si quiero cumplir con el horario planeado.

—Dispara— pide Adam— La verdad es que a mi tampoco me cae bien.

Bean me ve y yo al arma que se mantiene contra mi sien.

Felipe sonríe y Bean se mueve hasta el lugar donde permanece Adam, el acero contra mi cambia de posición y todos observan.

—Intentaron acabar conmigo pero al final yo seré quien los acabe— amenaza Bean.— Pero yo no soy como ustedes, tengo maneras distintas de hacer las cosas.

—Bien— cruza por su lado chocándolo del hombro pero Bean lo retiene haciendo que se devuelva dándole un golpe.

Adam se para firme y continua caminando hasta Felipe.

—Te dije que dispararas— su voz se agrava— Si necesitas un impulso Pitt mató a la anciana.

Todos me ven y sonrío de lado.

—¿Dónde está? —inquiere Felipe viniendo hasta a mi. —¿A dónde la llevaste?

—Ya lo escuchaste— me golpea y noto a Adam verse los pies seguido de a Bean regalándole una sonrisa con ansias oscuras.

—Ya me has quitado suficiente— digo viéndolo— También te atreviste a amenazarla.

—¿Dónde está?— vocifera golpeándome con la Glock —incluso te atreves a venir y decir que te preocupa su paradero.

—¡Adam!

Me enfoco cuando suena un disparo el cual no sé de donde viene pero identifico como aliado, esto es una gerra familiar por lo cual no se aceptaría que hubiera más personal del apropiado, ya un vez las cosas se salieron de control pero hoy no habrá segundas veces.

—Dispara a los pies— pide Adam— O mejor a la cabeza.

—Esto no irá como en tu espectáculo.— responde Felipe llevando a que ambos se desafíen uno con otro lo que desencadena que los perros detrás de mi pierdan el interés de retenerme ya que deben tener más en cuenta la seguridad de quien les paga, aprovecho para moverme cuando todo empieza y Adam corre cubriéndose hasta un lado de la casa.

Todo este ruido era justo lo que quería evitar pero los acompañantes de Adam y los perros de Felipe no lo hacen fácil.

—¿Qué?— inquiero viéndolo molesto mientras se resguarda tras una pared.

—Pediste traer a pocos y pocos somos.

—Ya lo noté.

La conmoción se agrava haciéndome dar cuenta que estoy rodeado de esos perros que tanto desprecio, he perdido a Adam de vista y solo percibo el ruido de las balas que intentan acercarse, esto no es lo mío pero debo ser despierto y no perder el tiempo.

Corro sintiéndome mareado hasta dar con un lugar, no conozco donde estoy y la escaza luz ayuda poco, sin embargo, todo queda claro cuando se presenta ante mi como si fuera algún dios que debería venerar.

—Te lo dije.

Dice dando vueltas por el sitio y siento que la sequedad de mi garganta pesa más que mis pensamientos, mis manos están inmóviles y esa figura no deja de agrandarse frente a mi.

No sé cuanto tiempo ha pasado pero me esfuerzo en ponerme de pie en cuanto sigue hablando irregularidades que no logro entender. <<Por qué me tiene pasar esto ahora>>

—Los perros no deben ladrar tanto, ya cállate, haces que me duela la cabeza.

—¿Quieres escuchar la verdad?— sigue moviéndose— Los amaba, pero detesté cada segundo de su existencia luego de que la alejara de mi, cuando escuché que se casarían, luego de su embarazo y lo orgulloso que estaba, ahí fue cuando todo empezó y me hizo dar cuenta que siempre fue él, Maison siempre fue un estorbo en mi camino, no me sentí bien cuando supe lo que pasó por Laura, pero ambos eligieron su camino y no me quejo de como terminó, ahora es tiempo de que tú te le unas y me dejes al mando de todo.

—¿Tú planeaste lo del auto?

—¿Qué auto?

—¿Dirás qué no sabes que Matilde fue quien arregló todo esa noche?

—¿Matilde qué? —se acerca confundido donde aprovecho para arrebatarle el arma que lleva.

—Tu madre es la asesina de los que dices un día amaste pero haz pasado el resto de tu vida odiando.

Procesa lo que digo como si fuera imposible de creer, para mi nunca ha sido difícil ver como todo se desató aunque se me hayan escapado detalles ha sido mucho lo que he logrado para no haber estado allí, esa tarde cuando lo escuché por primera vez todas mis sospechas fueron confirmadas, lo que me llevó a esperar y esperar hasta conocer todos los secretos de esta familia, los integrantes que queden serán los que se mantengan en pie al final de este día. Ya luego a cada uno le tocará mostrar su valía.

—Esta es mi verdad— me agacho viéndolo ahogarse sobre el suelo donde permanece— Te desprecio tanto que mi venganza contra ti será eterna— me pongo de pies— Vete con ese consuelo.

—Pitt— escucho que me hablan cuando fijo un punto— Basta. No lo hagas, detén esto.

No pongo atención y solo veo como cae al suelo luego de Adam noquearlo con lo que lleva en las manos, respiro, cierro los ojos y dejo caer mi cabeza hacia atrás notando que ya no hay quien me estorbe.

—Esta es toda la piedad que conozco.

Bajo la Beretta sintiendo el impulso en mi mano, Adam observa en silencio y se gira dejando a Bean desmayado junto a lo que queda de su padre y solo siento sus palabras de nuestro último encuentro ir y venir, pero nadie aquí es inocente, incluso tú doncella.

Me encamino con paciencia por el lugar, salgo viendo esa espalda frente a mi en medio del jardín, se gira y nos muestra una mirada curiosa y cuidadosa y entiendo que todo está listo.

—¿Mucho ruido?— pregunto.

—No había nadie en los alrededores.

—¿Bien?

Asiento y Adam se arregla el saco que lleva.

—Hace mucho calor como para llevar eso— suelta Noah.

—El estilo no tiene que ver con el clima.— responde él.

Aprieto la mandíbula sintiendo los golpes ardientes que recibí y los efectos de esa droga que aun sigue en mi.  <<Diana no me deja en paz incluso después de muerta>>

—¿Ahora qué? — inquiere Noah junto a Adam quien me ve en silencio.

—¿Te haces cargo?— pregunto enfocado en las manecillas del reloj de mano que cargo.

—Ya está hecho.— contesta él llevándose las manos a los bolsillos, tal vez sean jóvenes pero eso no quita ni agrega a quienes son realmente y el peso que tienen los nombre que sean creado junto a su apellido.

—Bien, tengo cosas que hacer.

—¿Ninguna lágrima por tu ex esposa?— se burla Adam.— ¿O tu tío?

—Hazte cargo de Lisa.

—¿Dónde vas con tanta prisa? —investiga Noah cuando les doy la espalda robándome una sonrisa del rostro.

Me encamino fuera del lugar con la cabeza más clara que nunca, solo hay una cosa que deseo y ahora mismo está lejos de mi.

—Mi esposa me espera.

<<Después de todo ha sido hasta la muerte>>

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