34. Von Seviathan

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- Cariño, te entiendo, pero debo hablar contigo- EL tono de Lilith cambió a uno imperante.

- ¿Es una orden, majestad?

- Sí.

- Adelante, alteza.

Lilith abrió con sutileza, y cerró la puerta con cuidado.

- ¿Cómo te encuentras, Evelyn?

- Hecha un asco, con ganas de no haberme despertado- Dijo con ansiedad.

Lilith se sentó, con clase, en la silla puesta junto a la cámara de Evelyn.

- Es normal, que estés nerviosa. ¿Sabes qué hice yo cuando me enteré de que estaba embarazada de Charlie?

- No- Respondió Evelyn secamente, mirando a la nada.

- Me encerré como tú, a llorar, feliz.

- Usted lo buscó, yo aún no. Además, soy tutora de dos mellizos, ¿Se olvida? - Arqueó la ceja, mirando con sarcasmo a Lilith.

- No lo he olvidado, querida, y no me gusta ese tono- Entrecerró los ojos.

- A mí tampoco me gusta que se burlen de mí, y llevan tiempo haciéndolo- Evelyn levantó el labio en una mueca de asco.

- Vamos, querida, ¿cómo piensas eso? - Lilith ladeó la cabeza.

- Primero, Alastor me deja por Charlie sin previo aviso, me hace quedar como una idiota delante del infierno, luego tengo que vigilar a su prole, y ahora debo aceptar esto, ¿no cree que es demasiado obvio? - Miró a la reina desafiante.

- Pequeña Nefilim, no juegues conmigo. Entiendo, y sé que mi hija y tu maestro, no jugaron limpio. Aun siendo el infierno, tengo valores, y aunque no lo dije, pensé mucho tiempo en cómo cuidar de ti, te vigilaba, para que no te derrumbaras, y no hicieras ninguna tontería.

Lilith suspiró y tomó aire.

- Ahora dime, ¿Por qué te eligieron a ti?

- Porque soy una idiota que no sabe negarse.

- No seas idiota, Evelyn, te eligieron porque saben que harás lo correcto. ¿Sabes qué pasa si educas a un niño como un ángel, o como a un demonio?

- Que sale algo raro...difícil de manejar...- Dijo Evelyn pensativa.

- Exacto, tú, no eres ni una cosa, ni la otra, eres todo, y nada al mismo tiempo, eres...

- Un híbrido...- Respondió mientras lloraba en silencio.

- Exacto, pero cielo, no llores, si un ser tan poderoso como tú llora, ¿Qué será de tu linaje? ¿Qué sucede?

- Alteza... ¿Cómo voy a ser madre si no tengo una? – Evelyn se llevó las manos a la cara, sollozando.

Lilith se inclinó ante ella, y la abrazó.

- Yo no tuve madre, querida, sé lo que sientes, no llores, cariño, lo harás bien, no olvides quien eres, pequeña, eres hija de Amenadiel, y Lucifer- Acarició su pelo, con todo el cariño que podría darle.

- No sé cómo hacerlo, no sé ni quién soy ya...-

- Lo harás bien, cielo, confía en mí, mi intuición no falla, desde que te vi, en el Avernus, supe que eras especial, ahora, cálmate, y no llores más, tu familia, está preocupada, además, la criatura que llevas en tu interior, te dará fuerzas para seguir. No estás sola, yo te ayudaré, ¿De acuerdo?

Evelyn levantó la mirada, se secó las lágrimas, y afirmó con la cabeza.

- Estupendo, pero no te derrumbes, no venciste a la muerte, para nada, a todo esto, déjame ver tu herida.

El Maestro.Where stories live. Discover now