El tipo era idéntico a mi.

—Regresaste —Camino hacía mi y me abrazó con demasiado detenimiento— sabía que volverías, hermano.

—¿Hermano?

—Aun no le han aplicado el suero, Levi —dijo un miembro—. Todavía no recuerda quien es.

—Maldita sea. Pero eso no importa porque tenemos mucho. En unas horas me recordará.

—¿Recordarte? —yo en cambio me sentía confundido— ¿de qué estas hablando? ¿Quién eres tú?

—Soy tu hermano gemelo. ¡Levi!.

—¿Levi?

—Es obvio que todo esto es nuevo para ti —Los sujetos dejaron de mirarme como a una amenaza, —pero no te preocupes, pronto lo recordarás todo.

—Eso espero —deseaba tanto creer que esto era un sueño del que solo debía despertar—. ¡Oh por Dios! —pero todo era tan real.

El fuego y la destrucción.

—¿Te sientes bien?

—¿Tú como te sentirías sí estuvieras en mi lugar? —Levi no respondió—. Descubrir que toda tu vida fue una mentira.

—En realidad solo fueron cuatro años.

—¡Como sea! La verdad eso ya no importa porque todo era falso. "El régimen", "La división", "la lealtad..."

—Así son las cosas. Hemos rescatado a muchos chicos que creían estar atrapados en una novela de Neil Gaiman —Levi parecía ser alguien agradable—lo bueno fue que escapaste, aunque no podremos decir lo mismo de Selwin.

—¿Selwin?

—Creo que lo recuerdas como "Connor".

—Vaya, pero que nombre tan raro.

—Sí, ojala estuviera con nosotros.

—¿Lo conocías?

—Era nuestro vecino e íbamos a la misma escuela. Incluso hacíamos negocios con él.

—Quizás por eso se asusto al verme.

—No lo dudo. La última vez que lo vimos tu le apuntaste con una navaja.

—¿Qué?

—Pero eso ya paso. Solo eran negocios...

—¿Negocios?

—¡Levi! —otro miembro le recordó que todavía no tenía mis memorias.

Haberlas tenido me impediría lamentar este holocausto de la forma en como lo estaba sintiendo.

¡Este lugar era mi hogar!

—¿Conoces este sitio?

—Solía vivir en esa casa. Antes de que me llevaran con los miembros del Sexo Perfecto —la casa estaba repleta de cuerpos sin vida— ¡Oh no! —y en la entrada se podía ver a un bebe.

—¿Quién era él?

—Se llamaba Josh. Era el más pequeño de la familia.

—¿Cuántos eran?

—El último día que estuve ahí eramos diecisiete. Supongo que debieron raptar a muchos durante los seis meses que estuve con Shane.

—¿Shane?

—Mi dueña.

—Ya veo. ¿y era sexy?

—No se a que te refieras con eso, pero supongo que sí. La verdad ¿Eso que importa? Ni siquiera se sí el tal "Josh" era real.

EXPERIMENTOS LOS ORÍGENES, DOMINADOS, Libro 2Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz