Capítulo Único : Un mundo no tan distinto

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Resulta que ese misterioso artefacto que sostenía era el causante de que estuviera ahí, según las palabras del rubio, lo había llamado desde otra dimensión, que es en la que estaba ahora. Al parecer el tiempo que pasara ahí no afectaría a su propio mundo, pues regresaría al mismo instante en el que se fue. El lobo se tranquilizó, pero sólo un poco, ahora que veía al chico de frente había notado lo parecidos que eran cuando él estaba en su forma humana. El cabello rubio, los ojos azules, los pendientes azules e incluso en la mirada, excepto porque la del chico parecía más serena y hasta en cierto punto, triste. El lobo miró a su pata derecha, en donde resplandecía el fragmento de un triángulo de brillo dorado. Dirigió su hocico a la mano del hyliano y este captó rápidamente, se la mostró, sin embargo no parecía manifestarse ninguna clase de brillo o algo parecido. La criatura rodeó con curiosidad al humano, poseía la Espada Maestra pero no la trifuerza. Qué extraño. Incluso compartían el mismo nombre, Link.

El chico se disculpó varias veces por las molestias, pero le expresó que necesitaba de su ayuda, no especificó exactamente para qué, pero no le daría más vueltas a eso. Por ahora sólo se limitaría a seguirlo y ayudarle en su aventura. Continuaron por lo que parecía la Pradera de Hyrule, el héroe notó lo abandonado que lucía el lugar, a pesar de toda la hermosa natuleza que crecía a lo largo de su recorrido, rara vez se toparon con un hyliano común y si lo hacían generalmente resultaban ser miembros del Clan Yiga, los cuales, con su ayuda, resultaron mucho más fáciles de derrotar. En su recorrido Link le explicó un poco sobre el mundo en el que vivía, uno devastado por Ganon el cataclismo desde hace 100 años. Pudo presenciarlo en persona cuando pasaron por la destrozada Ciudadela de Hyrule, lo que alguna vez fueron aldeas cercanas y los escombros de un pequeño rancho. Fue muy difícil escapar de ahí sin recibir daño, pero gracias a Hylia lo lograron.

Al caer la noche se aproximaron a una cueva en donde Link encendió una pequeña fogata para curar sus heridas y descansar. También, con la lumbre asó unos cuantos filetes, los cuales compartió con el lobo, después de todo, éste lo había ayudado a cazar. Como es típico en Lanayru la lluvia no se hizo esperar más y pronto una brisa de aire frío recorría toda la zona. El joven hyliano se cambió a una ropa más cálida, cuando dejó su abdomen expuesto, el lobo notó las múltiples cicatrices que llenaban su cuerpo, eran más de las que esperaría ver en cualquier aventurero, sin duda este Link había pasado por mucho. Antes de dormir la bestia se acercó al rubio, mirándolo con curiosidad, quería saber más de él. Fue ahí cuando logró obtener una historia un poco confusa, pues el pobre después de dormir por 100 años había perdido la memoria, y ahora estaba en busca de sus recuerdos, por eso habían ido hasta las cercanías del castillo. Le mostró el curioso aparato, su nombre era tableta sheikah, la cual creaba imágenes muy realistas y detalladas. Tenía fotos de lugares específicos, fotos que la Zelda de su mundo había tomado para que él recordara. Ahora la princesa se encontraba en el castillo, peleando incansablemente contra la energía maligna de Ganon, durante el último siglo. La túnica azul que se había quitado era una de las 6 que la princesa había cosido para cada uno de los campeones y para ella misma. Cuando llegó el momento de hablar sobre los campeones, una notable tristeza emanó de Link, su gesto se había oscurecido por completo y decidió dejar de hablar de ello y simplemente acostarse, dándole la espalda a un confundido Link Lobo, no sin antes disculparse por ello. De igual forma la bestia dio un par de vueltas sobre su lugar para después acostarse. A pesar de que todo el día había estado preocupado por volver a su dimensión, en este momento se sentía culpable por eso. Después de un buen rato sin lograr conciliar el sueño por estar sumido en sus pensamientos, se levantó y aproximó al joven hyliano, quien dormía abrazándose a sí mismo en un intento de mantener calor. Por las marcas bajo sus ojos y por sobre sus mejillas pudo deducir que estuvo llorando, el lobo suspiró y se acostó a su lado, con su pata retiró uno de los largos mechones que caían sobre su frente y pudo vislumbrar sus facciones con la poca luz de luna que entraba por la cueva. Se quedó viéndolo por un momento, hasta que la luz blanca se tornó en una roja, la luna carmesí se alzaba intimidante sobre el cielo estrellado de Hyrule, Link Lobo se alarmó, pero el suave toque de la mano del joven lo apaciguó. No tenía nada de qué preocuparse después de que el chico le explicara que este fenómeno sucedía cada luna llena. El lobo se volvió a acostar junto al otro Link y esa mano que lo había detenido antes ahora lo rodeaba del lomo, abrazándolo. Éste se sorprendió, pero cuando regresó a ver al chico este ya dormía plácidamente. La bestia lo imitó y cayó dormido enseguida.

Compañía (Una aventura de Wild Link y Twilight Princess Link)Where stories live. Discover now