Siete

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Después de volver del mundo supremo,el ángel estuvo particularmente silencioso.
Diligente,pero callado. Whiss siempre se jactaba de lo mucho que conocía al dios,mas este era tal vez el que mejor conocía al ángel.

Tenía unos 14 o 16 años (a escala humana) cuando Bills, derrotó al anterior díos de la destrucción logrando,sin proponérselo,que este dejara su puesto y lo señalara a él,como su sucesor. En un principio nada de eso le resultó atractivo y no fue hasta que conoció al ángel que acepto el puesto¿el motivo?algo que no reconocería jamás. Como fuera no había en el universo alguien que conociera mejor al ángel que él y para nada era un secreto lo que su guía,sentía por el supremo desde hace un tiempo. Él no se metía en eso ni para bien ni para mal.Lo que el ángel hiciera no era asunto suyo,sin embargo,durante todo ese dia ver a su maestro preocupado término por hacerlo decir:

-quiero ir al planeta supremo.

El angel apartó la vista de la ventana y lo miro confundido.

-¿a está hora?-le pregunto.

-¿hay algún problema? Sólo quiero asegurarme de que el supremo kaiosama este bien,ya sabes que pasaría si algo le ocurriera-respondió el dios.

-como quiera,pero no creo que sea un horario adecuado para visitas.

-deja de protestar,Whis y vamos de una vez.-le dijo ya con algo de fastidio.

-en seguida-le respondió el ángel.

Cuando Daishikan entró en la habitación del supremo kaiosama,tuvo la extraña sensación de que alguien acababa de salir del lugar. Ignoro el asunto y se concentró en el supremo a quien vio recostado en la cama a medio cubrir por las sábanas. Se asomó a verlo con curiosidad casi infantil,camino entorno a la cama lentamente examinando al durmiente. Era la primera vez que veía a un Supremo Kaiosama enfermo.Era mucho más probable que un dios de la destrucción cayera enfermo a que lo hiciera un shin-jin,
cuando eso ocurria sólo podía ser por motivo mental o emocional. Por supuesto que Daishikan,era conciente del estrés que él mismo causaba en el Supremo,pero de ahí a aceptar que él,tenía responsabilidad en el lamentable estado de Shin había una enorme diferencia.
Simplemente no le importaba. Apoyo una rodilla en la cama para tomar al Supremo, por el hombro y girarlo hacia él.Su rostro reflejaba  su malestar y aflicciones mientras palabras cortadas escapaban de sus trémulos labios.

-esto no es divertido sino estas despierto-le dijo y pasó su brazo tras la cabeza,del durmiente, para levantarlo un poco.

Apoyo su mano libre en el abdomen del Supremo y comenzó a subirla hacia el cuello de este y cuando llegó ahí,de la boca del supremo comenzó a escapar una especie de humo negro-púrpura que formó una esfera.

Fuera del templo,Kibito y el Antepasado salian rápido al encuentro de los inesperados visitantes que acababan de llegar.

-eres muy atrevido al venir aquí-le dijo el antepasado directamente al dios-por tu culpa ese tonto,a estado el día entero en la cama con fiebre y delirando. ¡pero que poca conciencia tiene!

-por favor,antepasado del supremo kaiosama-intervino el ángel-nosotros sólo queremos saber cómo se encuentra el joven shin-jin.

-pues estas no son horas de visitas-señalo el anciano.

-la verdad no está nada bién-les dijo Kibito-nunca antes lo ví asi...

-pues yo quiero verlo por mi mismo!-protesto el dios.

-pues yo no te dejo entrar!-le dijo el antepasado cruzando los brazos y sacándole la lengua.

-que vaya Whis entonces-exclamó el dios,cruzando los brazos también.

Kibito le señalo al ángel que podía ingresar y este lo hizo sin prisa. Caminaba lentamente por el largo corredor que llevaba a la habitación del supremo,cuando percibió la presencia del Gran Sacerdote.Apresuro el paso entonces,para luego detenerse casi de golpe frente a la puerta tras la que estaba su padre.
Daishikan los sintió llegar naturalmente,pero no podía irse sin extraer del Supremo, todo el mal que lo mantenía enfermo y aún no terminaba cuando su hijo llegó hasta el lugar. No entro,ni golpeó aún que se hizo sentir. Una vez que todo ese humo abandono el cuerpo del Supremo,sin ningún cuidado,
Daishikan lo dejo caer sobre la cama y sujeto la oscura esfera en su mano.

-no te vayas,padre-le dijo el ángel desde el otro lado de la puerta.

El Gran Sacerdote no respondío, hizo un amago por irse,mas el ángel lo evito diciendo:

-¿por que no lo dejas en paz,no crees que ya te has divertido lo suficiente,padre?

-si me he divertido lo suficiente o no,eso es algo que decido yo-le dijo con un tono cortante.

-¿por qué no miras en lo que te has convertido?-le dijo el ángel con un sutil tono triste en la voz-eres mounstro de ego y vanidad,
de desdén por todo lo que consideras inferior a ti. Mírate padre,en tu mano tienes la posibilidad de verte atraves de los ojos de otro.

-limitate a tus labores de angel guia,whiss-le dijo el Gran sacerdote con una voz amedrentante y luego,dando una última mirada al supremo se fue.

Whis abrió la puerta y miro al shin-jin en la cama,tenía mejor semblante y respiraba sin jadear,lo cubrió con las sábanas y dejo el lugar ligeramente aliviado.

Afuera el dios aguardaba impaciente,pues estaba harto de oír reclamos del antepasado,al ver a Whis, supo que todo estaba bien y se furon de inmediato.
El resto de la noche el supremo durmió profundamente despertando por la mañana con cierta dificultad. Estaba pálido y no parecía haber descansado,
miro a su alrededor tratando de averiguar cómo y cuando llegó hasta allí,no recordaba nada salvó estar llorando en brazos del dios de la destrucción,quiza él lo llevo hasta su cama,pero luego descarto la idea.

"Él no haría algo así"Se dijo y esperaba que no hubiera visto o oído nada de su encuentro con el Gran Sacerdote,pero al fin que importaba si así,él ya estaba cansado de todo eso,realmente cansado.Se levantó,se lavo y se vistió con un traje impecable mientras revivia las palabras de Daishikan en su oído:"el mayor placer no es tenerlos es  doblegarlos...es hacer que se entreguen a mi por propia voluntad,pero contra sus deseos..."Se puso los arcillos más relucientes que encontro, recordando lo sucio que le hacían sentir las manos del Gran Sacerdote sobre él,se peino el cabello y salió con la mirada perdida hacia alguna parte.
Estaba realmente extenuado,
agobiado e iba volando despacio a poca altura por su mundo despoblado hasta que llegó a un lago de aspecto tranquilo en cuya orilla descendió.

-¿que haces aquí supremo kaiosama?-le pregunto la voz.

-eres tú otra vez-comento el supremo sin interés mirando el lago-no hay duda me he vuelto loco,estoy perdido al punto que hasta mi cordura se a ido,estoy cansado realmente cansado...

-pues regresa a dormir-le dijo la voz.

-si...dormir,eso haré. Voy a dormir...-señalo con una sonrisa torcida,como una mueca de desprecio y burla.

Lentamente avanso hacia el agua hasta que los pies desaparecieron en ella.

-¿que haces Supremo Kaiosama?-exclamó aquella voz alarmada-¡Supremo Kaiosama detente!.¡detente he dicho!

-él nunca me dejara en paz,nunca lo hará-decía a media voz-nunca lo hará...no me dejara en paz y no puedo escapar,nadie puede ayudarme,nadie puede...nadie lo hará,estoy sólo y quiero descansar...

-¡¡Supremo Kaiosama no lo hagas!! Es un pecado que los shin-jin se suiciden-le dijo la voz mientras el supremo ya estaba metido hasta la cintura en el lago.

-¿pecado dices? Pecados son los que él comete. Pecado sería acceder...

-¡Supremo Kaiosama,sal del agua! Sal de ahí ¡detente!

Pero el supremo ya no oía,ni veía nada. El mundo se le cubrió de oscuridad y su cuerpo se desplomó de bruces sobre las aguas.

  "No"Where stories live. Discover now