2ª parte

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Habían pasado varios días desde que le habló a Ricky sobre el pequeño revés que planificaba para Raoul, tenía muy claro que este sería el punto que daría final a una larga lista de rechazos por parte del rubio y que, a partir de ahora, su relación pasaría a ser de indiferencia mutua.

Le había dejado bien claro que no podía contarle demasiados detalles, pues también era amigo de Raoul y no podía confiar en su completa complicidad. Le hubiera gustado compartirlo con él y pedirle consejo sobre ciertos asuntos, pero esto era algo que debía hacer solo y no podía arriesgarse a que un comentario inapropiado pusiera en alerta a Raoul antes de tiempo.

Aun así, Ricky no se dio por vencido y pasó gran parte de la semana acosándole por su chat privado, intentando saciar parte de su curiosidad. La tarde del jueves tuvo que silenciar el teléfono, pues sus mensajes empezaban a ser cada vez más insistentes.

Al cabo de un rato sin obtener respuesta, escuchó un bip casi inaudible que le anunciaba la entrada de una imagen en el chat

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Al cabo de un rato sin obtener respuesta, escuchó un bip casi inaudible que le anunciaba la entrada de una imagen en el chat.

Al cabo de un rato sin obtener respuesta, escuchó un bip casi inaudible que le anunciaba la entrada de una imagen en el chat

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En la imagen se veía a Ricky sonriente junto a un confuso Raoul. Aparentemente podía parecer una inofensiva foto de amigos, pero se notaba la presión que el mayor hacía en el cuello del rubio para mantenerlo dentro del encuadre y poder sacar la foto. Se alegró de no haberle contado de más, pues el mayor demostraba ser de todo menos discreto. Le respondió un saludo sencillo y dejó el chat.

Pero ni siquiera despidiéndose conseguía que Ricky dejara de hablar y solo se resignó y le dejó tranquilo cuando le prometió que quedarían la siguiente noche para contarle cómo había ido todo con Raoul.


Los nervios que no le habían conseguido desquiciar durante toda la semana se arremolinaron en la boca de su estómago el viernes al amanecer. Quedaban unas pocas horas para volver a ver a Raoul y, a pesar de haber escenificado el reencuentro en su mente muchas veces, no tenía la seguridad de cómo iban a reaccionar ninguno de los dos y eso le asustaba sobremanera. Una pequeña parte de su plan, esa que quedaba abierta a la improvisación, le tenía especialmente preocupado y no podía concentrarse en ninguna de sus tareas pensando en vías de escape si todo salía mal o si finalmente no se atrevía.

ESCAPAR [siempre fue tu plan]Onde histórias criam vida. Descubra agora