Único

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Habían pasado ya cinco años desde que Yoongi se mudó a Nueva York para empezar una nueva vida. Cinco años desde que decidió empezar de cero en otro país. Cuando Yoongi se trasladó, pensó que en esta ciudad si iba a poder vivir su sexualidad tranquilamente, iba a poder conocer a gente que de verdad le quisiera y no le mirase como si estuviese enfermo. Pero se equivocó.
Los primeros meses fueron una tortura para el pequeño peliblanco. Sin casa, sin trabajo, sobreviviendo con los pocos ahorros que le quedaban y sin conocer a nadie. Pero gracias a dios o a quien fuese, un día se encontraba en una cafetería cerca de su casa pensando en cómo iba a sobrevivir el próximo mes, cuando vio un pequeño panfleto en la mesa en la que se encontraba. Buscaban cocineros en un restaurante cerca de Theater District, un lugar muy transitado y lleno de restaurantes. Y por suerte le contrataron, y les gustó tanto el trabajo de Yoongi, que llevaba casi cinco años en el mismo puesto. Pero después de tantos años, Yoongi seguía sin conocer a gente nueva. Su rutina era ir de casa al trabajo y del trabajo a casa. Sin emociones, solo repetía lo mismo continuamente.
24 de Diciembre, nochebuena.
Ese día Yoongi entró por la puerta de su casa a las 19:00 dando un fuerte portazo. Después de quitarse el abrigo y sacudirse la nieve que cubría su pelo, se sentó en el sofá mirando su teléfono. Ni una llamada, ni un mensaje de su familia. Se lo esperaba, pero aún mantenía una pequeña esperanza de que ya no le odiasen, pero no.
Tiró el teléfono a la moqueta con frustración mientras unas lágrimas salían de sus ojos. Él no había hecho nada malo para que su familia le odiase, él solo se sentía atraído por los hombres, ¿es eso malo? Durante un par de años Yoongi se culpó a sí mismo y a su sexualidad, porque por eso había perdido a sus padres y a sus antiguos amigos. Pero tiempo después se dio cuenta de que no era su culpa, amar no era malo. Él estaba siendo como realmente era, y se tenía que sentir orgulloso por ello. Sin darse cuenta se quedó dormido en el sofá con unos pequeños rastros de lágrimas adornando sus tiernos cachetitos. 
Se despertó algo desorientado y con un fuerte dolor en el cuello por haberse quedado dormido en el sofá. Con algo de pesadez se puso de pie y se dirigió a su pequeña terraza para mover las cortinas y que entrase un poco de luz en el salón, pero cuando movió las cortinas, lo que vio le dejó boquiabierto. Yoongi jamás en su miserable vida había visto esa cantidad de nieve. Una capa de nieve que cubría puertas enteras de las tiendas que tenía a la vista. Con rapidez se acercó a la pequeña radio que tenía en la cocina y la encendió.
‘Las autoridades de Nueva York recomiendan a los civiles quedarse en sus hogares hasta próximo aviso. Los números de emergencia son los siguientes…’
Apagó la radio y suspiro con algo de pereza. No sabía que iba a hacer encerrado hasta saber cuando. Entonces unos pequeños golpes se comenzaron a escuchar, como si alguien estuviera llamando a su puerta pero muy suavemente. Lo dejó pasar pensando que sería el sonido del viento, pero los golpes se volvieron algo más fuerte y se acercó. Alguien estaba llamando, y abrió lentamente, maldiciendo por no tener mirilla en la puerta para ver quien era.
Cuando abrió la puerta un pequeño grito ahogado se escapó de sus labios. Un chico rubio, con solo una fina camiseta de manga corta y tembloroso estaba al otro lado de la puerta.

-¿P-puedo pasar?

Su voz se escuchaba agitada y se oían sus dientes castañear del frío. Sin decir nada, Yoongi agarró suavemente al chico y lo metió en su piso, dejándole en la entrada de pie. Se fue corriendo a por una gran manta que tenía en el sofá y volvió al lado del chico, envolviendo al chico con la manta por los hombros.

-Dios mio, chico, estás congelado. Sigueme.

Yoongi le agarró suavemente de la cintura y comenzó a caminar indicando el camino al pequeño baño de su piso.

-Te vas a duchar y luego me explicas qué hacías en la calle con este tiempo.

-P-pero la luz... - Al chico todavía le costaba decir más de dos palabras del tirón.- Han cortado… luz.

Crystal Snow |Taegi|Where stories live. Discover now