One- shot

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El camino del tren

Lo escucho todo, el movimiento del agua los pasos sigilosos y la respiración de clara; aun lado de la ventana espiando a ese hombre. escucho a Rita sacudiendo las mantas para dormir, cierro los ojos y veo ese día en el que las llantas del taxi aplastan a mi amiga y respiro la muerte, la vejez de este tiempo, reducido a un pestilente aroma rancio sobre la madera de los muebles y sobre los recuerdos de mi abuela.

Clara respira hondo, suspira, traga saliva y chasquea los dientes; sé que le duele no poder amar a ese hombre parado afuera junto a la tienda con sus amigos el mira de reojo porque sabe que lo observan y cada día alarga más la charla para no irse, conoce los ojos verdes de clara pero le teme a enamorarse otra vez.

Rita la observa desde el patio, sentada bajo el viejo árbol de naranja, mientras los azares le brindan una sombra perfumada y dulce ella borda el mantel azul para su suegra la pobre vieja paralitica que no dice más palabras que las de bendición para su familia, y así anuncia el día de su muerte

"cuando me muera –dice- sabré que mi recorrido por la vida no habrá sido en vano y la descendencia de mi esposo y mía, transitara por la vida con el amor que les heredamos".

Su esposo fue de esos niños que corrieron entre los muertos de la revolución mientras su madre lo tomaba de la mano, sus primeros juguetes habían sido un puño de balas que cuidaba como el maíz, mientras uno aseguraba el subsistir, el otro la muerte del enemigo, el vio morir a su madre en batalla.

"cuando me muera le dijo su madre toma el fusil y mata al que lo hizo mata a los pelones" el niño al ver a su madre impactada por un proyectil y caer al suelo, tomo el arma y comenzó a disparar seguro de que mato al culpable de la muerte de su madre apenas tenía diez años y ya era un hombre y mientras disparaba recordaba

¿Por qué peleamos? le preguntó un día una soldadera a su madre "por la libertad"

¿Y a quién seguimos? le preguntaba su madre a un hombre vestido de manta ataviado con rifle carrilleras y un sombrero muy grande

A Villa le respondió mientras volvía la cara hacia las vías del tren que estaba llegando sonando el silbato y el sonido de la locomotora se escuchaba cada vez más fuerte, la bestia rugía con fuerza anunciando su llegada, el tren sería un símbolo muy importante para ese niño hasta ser adulto y hasta su muerte.

"el tren" murmuro la vieja paralitica "cuando nos casamos él tenía 28 años y yo 16 viajamos varios días hasta llegar a Campeche no conocía el mar, tampoco había visto antes una tortuga, ni ningún atardecer tan hermoso como esos que viví con mi esposo.

El día en el que murió yo traía puesto el vestido que le gustaba... todavía conservo los boletos del tren de cada viaje y cuando lo extraño los saco para verlos, él me dijo un día que la vida era un recorrido un tren que era como viaje maravilloso que nos podía llevar por tantos lugares o situaciones difíciles o fáciles como la vida misma, siempre me quise imaginar a mi marido cuando niño trepado en el tren con su fusil mientras el tren iba en marcha, siempre dispuesto a pelear"

Después de la muerte del abuelo ella saco casi todas su ahorros y se fue a un largo viaje en tren con las cenizas en una maletita sus hijos estaban casados y no quería estar sola

Rita hizo a un lado el bordado, se acercó a la abuela en su silla junto a ella a los azares y las pequeñas abejas que revoloteaban cerca de las flores le dio a beber agua de un jarro la abuela la miro con agradecimiento mientras sus ojos se llenaban de lágrimas mirando a la vieja Rita su negro cabello se teñía de largos mechones de canas bolsas en los ojos, patas de gallo y arrugas junto a la boca

El tiempo se había acumulado en su piel que antes era como un suave durazno ahora era seca y áspera

La vieja le sonrió y cerró los ojos dejando escapar un suspiro de alivio y paz.

Clara vio alejarse al muchacho, mientras la abuela la miraba luego a Rita la hermosa Rita le había robado el corazón a su hijo una tarde de octubre era otoño no era tiempo de violetas y él le regalo un ramito a ella, nunca sabes cuándo le puedes robar el corazón a un hombre y todo cuanto puede amar, no hace falta música o pajarillos para sentir el amor y ver tu futuro escrito en los ojos de un hombre no existen palabras para describir el amor solo se siente y Rita cayo rendida al amor que le ofreció ese hombre, ya no le perteneces a tus padres y tu corazón siempre lo seguirá ella tomo el ramito de flores y con él lo acepto para siempre el amor que le ofrecía.

En esta vida podemos equivocarnos incluso cada día pero hay ocasiones en los que somos acertados, la abuela sonrió la joven de cabellos negros ojos verdes y sonrisa alegre supo hacer feliz a su hijo; a diferencia de Ángeles una mujer vulgar y corriente que en mala hora, su hijo menor puso sus ojos en ella por desgracia ahora su hijo estaba muerto y la mujer estaba sola con dos hijos a los cuales negaba como nietos, la abuela no solo los desconocía la manera en la que ángeles se ganaba la vida hacia que cerrara completamente toda comunicación y ayuda posible ángeles hacia lo único se supo hacer para poder comer, vendía el cuerpo con el cabello tenido hasta quemarlo la carne ajada y con el aroma de muchos hombres ese era su estilo de vivir con dos hijos acuestas que habían crecido sin un padre odiaban a la vieja al desconocerlos, Clara si era su nieta con la sonrisa y carácter de su padre era imposible negarlo. Rita tomo de nuevo el bordado azul y pregunta:

- escuchas eso clara?- no responde no escucha está llorando- el tiempo de lluvia pasa ahora la tierra esta seca escuchas eso clara pregunta de nuevo

-No puedo escuchar nada -responde muy quedo –pero siento como late mi corazón- desenfrenadamente y lo puedo detener pero quiero escuchar su voz y su risa, saber si late su corazón como el mío o si simplemente late porque él está vivo si es así el mío dejara de latir y reprocharme que lo estoy matando de dolor que sentirá a mar y ser amado por ese hombre que miro desde esta casa vieja que huelen sus paredes de adobe y sus viejas vigas a tiempo o silencio a dolor oculto en mi pecho en mi alma...

Escucho la respiración de Clara y el aire ahogarse en su pecho, escucho su palpitar su latir acelerado y la tormenta de emociones que desatan sus sentimientos escucho como Rita abre paso su aguja sobre la tela azul y la saca por el otro lado el sonido frágil del hilo que corre al salir de la tela, Rita sonríe es inevitable Clara se ha enamorado de un hombre que la ama desde hace mucho.

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