Sonrío también y asiento.
-Sí, la verdad es que fue... estuvo bien, muy bien de hecho. Nunca me había abierto tanto con alguien, me parece que ni con mi psicóloga.
Jeremiah ríe.
-Entonces creo que me he ganado el primer puesto, ¿no es así? -sonríe de oreja a oreja.
Le devuelvo la sonrisa y aprieto nuestros dedos. Me pongo en posición fetal para poder ver mejor a Jeremiah sin tener que girar demasiado el cuello. Subo nuestras manos hasta un poco más arriba de la altura del pecho.
Jeremiah mira nuestras manos y por un momento, fija la mirada en mis pechos. Pocos segundos después la sube inmediatamente con un rojizo en las mejillas.
-Lo siento -se disculpa avergonzado.
Sonrío levemente y contesto:
-Tranquilo.
Tras estar unos escasos segundos mirándonos fijamente en los ojos, sitúo la otra mano en su mejilla y comento:
-Voy a besarte, ¿me das permiso?
Jeremiah sonríe contento y asiente.
-Nunca voy a rechazar un beso tuyo, Anne.
Bajo la mirada con una leve sonrisa en mis labios.
-Me alegro que así sea.
-¡¡BUENOOOOOS DÍAS, FAMILIA!! -grito al llegar al comedor.
Mi madre aparece con una espátula por la ventana de la cocina y grita a su vez:
-¡¡BUENOOOOS DÍAS, CHICO Y CHICA QUE NO HAN DORMIDO JUNTOS!!
Sonríe al ver mis ojos abiertos como platos y sigue en su lugar preferido de la casa.
Mi padre baja rápidamente el periódico de su cara y con posado sorprendido, comenta:
-Oye, Jere, sabía que ibas a conquistar a mi querida hija, pero no tanta rapidez.
Pongo los ojos en blanco. Jeremiah me mira y al percibir su mirada, le respondo. Sus manos, situadas en mi cintura, me dan un leve aprieto y al percibirlo, mi cuerpo se separa inconscientemente del suyo.
Jeremiah sonríe y asiente.
-Así que éste es tu punto débil. Lo tendré en cuenta.
Abro los ojos de nuevo y niego con la cabeza con aire preocupado.
-Ni se te ocurra, Jeremiah Banks.
-¡Oh, claro que sí, Anne Johansson!
Sonrío y, con un rápido movimiento, lo cojo de la nuca y lo acerco hasta mis labios.
-No creas que voy a besarte.
Jeremiah me atrae hacia él y justo antes de que nuestro labios puedan juntarse, un pequeño empujón de mi parte nos separa.
-Te he dicho que no voy a besarte -le repito con malicia.
-Bueno, ¿y ya tenéis pensado qué vais a hacer hoy? -se interesa mi padre, mientras unta en mantequilla una de las muchas tostadas que tiene en el plato.
Miro de reojo a Jeremiah, buscando alguna que otra señal. Pero él ni se percata de mi penetrante y audaz mirada. Se encuentra sumido en sus propios pensa-mientos y su preciada tostada que unta con total cautela, quizás demasiada por algo que dentro de unos pocos segundos va a ser masticado por sus propios dientes.
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Solo pienso en volver a verte
العاطفية"¿Sabes ese chico o esa chica que con tan solo mirarlo, tocarlo o estar cerca de él o de ella nos volvemos locos? Pues eso pasó cuando después de cuatro largos años vi a Jack de nuevo. Él era increíble, era increíblemente perfecto. Tenía sus manías...
Capítulo trece
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