🌟¿Tenemos un trato?🌟

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ADVERTENCIA: CONTENIDO (ligeramente) RIKO 7U7(?)

Era un día como cualquier otro, el chico de la bolsa estaba, como siempre, en su laboratorio. Trabajaba en un nuevo invento para sorprender a su jefe, o por lo menos no ganarse un grito de su parte. 

Pasaron unas cuantas horas cuando por fin lo pudo terminar. Admirando su nueva creación satisfecho se dio cuenta de la hora y se sorprendió al ver que no se tardó tanto como normalmente lo hacía, dándose cuenta de que algo no estaba bien, no era normal, pero no sabía por qué. Después de un momento pensando Demencia llegó a su mente. ¿Por qué? Porque aquella chica de cabello bicolor siempre lo interrumpía y molestaba cuando estaba trabajando, pero mientras el trabajaba en ningún momento vio a la chica,  ese día no lo interrumpió ni una sola vez, por eso había acabado tan rápido. 

Un pequeño sentimiento de preocupación lo atacó, pero sacudió ligeramente su cabeza tratando de sacarse aquel sentimiento de la cabeza, "De seguro está muy ocupada acosando al jefe" se dijo a sí mismo en su mente, pero por más que intentaba de darle una explicación lógica no lograba librarse de esa sensación de angustia por ella. 

Ya que al haber acabado rápido le quedó tiempo de sobra, los iba a utilizar para buscar a la chica, "Solo lo hago porque el jefe se enojaría conmigo si le pasara algo" pensó,  pero la realidad era diferente. 

La mansión en la que vivían era demasiado grande, así que sería un poco difícil encontrarla, más aún porque la chica era una experta en camuflaje, y si el caso era de que no quería ver a nadie, pues nadie podría encontrarla hasta después de un buen rato. Buscó en la cocina, en los pasillos, hasta volvió a su laboratorio para ver si Demencia había ido a molestarlo un poco tarde, pero en ningún lado logró encontrarla.  

Al final se rindió, de todos modos sabía que no la encontraría, pero estaba seguro de que volvería... Bueno, casi seguro. 

Al no saber qué hacer se dirigió a su propio cuarto, el cual no era demasiado grande, pero tampoco enano, era el tamaño perfecto para el, además solo utilizaba su cuarto para dormir y poco más, pues mantenía la mayoría del tiempo en su preciado laboratorio.  Entró y cerró la puerta detrás de sí para sentarse en el borde de su cama, dando un largo y pesado suspiro a la vez que se dejaba caer completamente en la cama. Últimamente había estado muy ocupado, gracias a que alguien no le permitía trabajar en paz. 

No es que le molestara la presencia de la chica todo el tiempo, pero muy pocas veces con ella al lado era capaz de terminar sus proyectos rápido.  

El científico miraba al techo sin propósito alguno, pues a pesar de estar cansado no tenía ganas de dormir, así que suspiró de nuevo, pero de una manera más suave. 

Dirigió su mirada a la parte baja de su ser, pensando en la opción de darse un pequeño capricho. No tenía especialmente ganas, pero le ayudaría a quitarse toda esa tensión de encima después de haber acabado. 

Sin pensarlo mucho decidió hacerlo, aún acostado dirigió su mano hacia su miembro, acariciándolo suavemente por encima de la tela de su pantalón, causando que poco a poco tomara tamaño y dureza al mismo tiempo que se le escapaban algunos jadeos al joven. Luego de un poco más de tiempo se desabrochó el pantalón lentamente para poder bajarlo un poco y así dejar al descubierto su hombría. Su mano comenzó a mover por puro instinto, comenzando un vaivén lento de arriba hacia abajo. Poco a poco sus movimientos tomaban más fuerza y velocidad, causando que en poco tiempo estuviera a punto de llegar al límite. 

En todo el tiempo mordía levemente su labio inferior tratando de no hacer ruido, lo cual funcionaba, pues nadie podía escuchar nada detrás de la puerta, ni siquiera... 

—Oye, ¿sabes donde está-?— Alguien abrió la puerta de golpe, haciendo que el momento de placer de el doctor fuera interrumpido de golpe.  

Trató de cubrirse como pudo, quedando sentado de nuevo en la cama. Las miradas de lo dos se mantuvieron estáticas por unos cuántos segundos. El chico tenía una cara de pánico, y la chica no tenía expresión alguna. 

Luego de unos segundos la chica soltó una pequeña sonrisa traviesa. 

-Olvídalo, volveré más tarde. - Sonrió de manera burlona y cerró la puerta de la misma manera que la había abierto, dejando al chico pasmado por un momento.    

Suspiró, calmándose un poco, pues ahora estaba de lo más de asustado, no por Demencia, no le importaba lo que ella pensara, pero si se lo decía a su jefe quien sabe lo que podría pasar, debía hablar con ella para convencerla de no decir nada, pero estaba tan avergonzado que ni siquiera pensaba ser capaz de verla a los ojos otra vez.  

Cuando por fin pudo calmarse llegó a la conclusión de que ella no haría algo como eso, al menos eso esperaba, así que organizó sus prendas y decidió irse a descansar. 

Al día siguiente tenía trabajo por hacer, por lo tanto se fue directamente a su laboratorio después de estar listo tratando de evitar a toda costa cualquier encuentro cercano con la peli-verde.

Al estar trabajando se metía en su propio mundo, haciendo que todo lo demás desapareciera parcialmente, por eso siempre se asustaba cuando alguien lo cogía por sorpresa. 

Pero ese día era diferente. Un rato después de estar trabajando escuchó la voz de la persona que menos quería ver en ese momento. 

-Hola cara de bolsa~ - Dijo la chica entusiasmada, como si nada hubiera ocurrido el día de ayer, pero el científico no era capaz de actuar así. 

Dio un brinco un poco más grande que el que normalmente hacía cuando se sorprendía. Miró a la chica un segundo, pero la vergüenza de apoderaba de el cada vez que la veía, así que rápidamente volvió su mirada a su trabajo. 

-¿Q-Qué quieres? Estoy ocupado, no me molestes. - Trataba de sonar serio y seguro, pero era difícil para el. 

Demencia solo se limitó a reír, como si supiera que iba a decir eso. 

-De hecho, tengo una propuesta que creo que te gustará. - Su tono de voz era diferente al usual, y aquello le causaba un poco de miedo al doctor. 

El silencio se apoderó de el por un segundo, no entendía que era lo que tramaba la chica, pero ciertamente no le agradaba. 

-¿De qué estás hablando?- 

-Lo que pasó ayer me dio una pequeña idea- Ahora si que no le gustaba, la conversación se estaba yendo a un lado al que no deseaba ir. 

-¿Qué? - Preguntó atónito a la vez que nervioso, solo para que la chica le contestara con una risa traviesa. 

-Verás, como sabes estoy enamorada de Black Hat, pero recientemente me he dado cuenta que lo nuestro nunca podrá ser... -

-¿A donde quieres llegar con esto? - El chico comenzaba a molestarse cada vez más gracias a los nervios que tenía. Demencia solo rió de nuevo.

-Solo digo que yo quiero algo y ayer me dí cuenta que tú también - Una sonrisa con tonos malvados estaba en el rostro de la chica. - Podríamos ayudarnos el uno al otro - 

-¿Qué... Qué quieres decir?-

-Oh vamos, sabes a lo que me refiero- Se acercó a el un paso, pero el retrocedió otro.

-No, deberías ser más clara. - La miraba con desconfianza, ahora simplemente estaba confundido. 

-No te pongas así. Mira, yo necesito desahogarme y tu también, así que pensé que tal vez tu y yo... Ya sabes- 

Poco a poco Flug comprendía el mensaje, poniéndose cada vez más nervioso, pero no quería perder la compostura. 

-¿Qué gano yo con eso?- Se cruzó de brazos mirándola con la misma manera desconfiada que antes. 

-Salir de la rutina, quitarte el estrés, la presión, puedes desahogarte conmigo. - Dijo esto último con un tono más seductor, haciendo que el científico se sonrojar levemente. -¿Entonces tenemos un trato?- 

La chica le extendió la mano, el la miró, miró su mano y volvió su mirada a ella. 

Luego aceptó el apretón. 

¿Deal? ~[ Dr.Flug X Demencia ]~ +18Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon