Cap.1: Visitas

8.6K 331 36
                                    

Narra _____

Dos años. Pasaron dos años desde que no veo a mi hermana. Pequeñas, pero constantes peleas fueron las que nos separaron poco a poco. Si, debo admitir que mi orgullo y carácter no ayudaron mucho a que las discusiones cesaran, aunque lo que Jennifer hizo, me daño mucho.

Empezaron siendo peleas como la de cualquier par de hermanos. Discusiones inofensivas.

Todo empeoró cuando Jennifer comenzó su carrera de actriz. Yo estaba muy contenta por ella, si saber que complicaría nuestra relación.

Al tener que grabar escenas y rodar películas, empezó a viajar mucho y tuvo que dejar la escuela y estudiar en casa. Pero como era menor de edad, nuestros padres tenían que viajar con ella. Lo cual los distanció un poco de mí. No en el sentido de que dejaron de amarme, sino en el hecho de que al estar tan ocupados con Jennifer, mis necesidades que no fueran básicas, pasaban a un segundo plano.

Recuerdo el día que me dijeron que se irán un año entero a Roma con Jennifer, por una película.

* Flashback*

Estábamos cenando en familia. Nuestra madre se notaba muy nerviosa y papá como si estuviera perdido en sus pensamientos. Por ni hablar de Jennifer, que evitaba mirarme y estaba muy callada.

-¿Pasó algo? están todos muy silenciosos- dije, para romper el momento. La verdad, me ponía nerviosa.

-Si...- dijo mi madre sin terminar la frase.

-¿Qué sucede?- pregunté, preocupándome un poco.

-Tu hermana tiene la oportunidad de grabar durante un año entero una película en Roma- contestó papá, sin dirigirme la mirada.

Suspiré aliviada. No me parecía una noticia mala. Siempre me había hecho ilusión de conocer Roma.

-Bueno eso es genial- dije alegremente- ¿Cuándo nos vamos?- pregunté.

- ____.... tu te quedaras....en casa, con la tía- dijo mi mamá nerviosamente.

-¿Por qué?- grité, enojada.

- _____, no te enojes. Mi amor, no podes perder un año entero de clases, sino vas a repetir- contestó papá, dulcemente.

-¿Y por qué Jennifer puede?- dije ya un poco más calmada. Sabía que gritando no lograría nada, y que debía haber una razón lógica. Aunque, calmarme, en ese momento, me costaba horrores.

- _____, ya lo hablamos. Tu hermana sigue estudiando, solo que en vez de ir a la escuela, estudia en casa- expresó mamá, sin perder los nervios. Si, eso ya lo sabía. Pero me dolía. Me dolía mucho que se fueran y no verlos durante un año entero.

- ¿Y si voy con ustedes y tengo clase particular, al igual que hace Jenn?- pregunté desesperada. No sabía de que forma hacerlos cambiar de opinión.

- Corazón-dijo mi mamá- Estaríamos yendo de un lado a otro, dormirías mal y te aburrirías mucho, es mejor que te quedes aquí en casa- me explicó mientras acariciaba mi mejilla dulcemente.

-Pe...pero.. los voy a extrañar... mucho- dije con la voz entrecortada, mientras comenzaba a llorar.

-No mi cielo, no llores- me pidió mamá, mientras abría los brazos-  Ven aquí hija- me levanté de mi silla y fui corriendo a sus brazos. Coloqué mi cabeza en su pecho y ella comenzó a acariciar mi cabello dulcemente-  Te prometo que llamaremos todos los días, para que nos cuentes de tu día y darte las buenas noches-

Me limité a asentir y calmarme.

Esa noche dormí con Jenn, igual que hacíamos de pequeñas. Nos pasamos toda la noche contándonos cosas y riéndonos... Es uno de mis más lindos recuerdos.

* Fin del flashback*

Ese año lo pasé con la tía. Mamá y papá cumplieron con su promesa, y me llamaron todos los días. Al principio Jennifer también lo hacía. Pero luego con la escusa de "estar muy ocupada", solo hablábamos cada diez o quince días. Por parte de mis padres, el día de mi cumpleaños recibí mensajes y llamadas. Nada por parte de Jennifer. Ni un solo mensaje. Ni una sola llamada.

Eso me lastimó. Y mucho. Algo se rompió en mi interior, me volví solitaria y dependiente. Ya no confiaba tanto en las personas, por miedo a que desilusionaran.

A los diecinueve, Jennifer se mudó.

Cuando ganó su primer premio, realizó un discurso hermoso. Y se olvidó de nombrarme. Me sentía humillada, destrozada. Yo no era una persona que llorara, pero en ese momento, fue lo único que hice. Llorar. Llorar y desahogarme.

Y así, de a poco, dejé de hablarle a Jennifer. No fui más a su casa. No asistí a sus cumpleaños. Y, poco a poco, nos fuimos convirtiendo en extrañas. Cada una por su lado, por su propio camino. Por más que nos dejamos de hablar porque era lo que yo quería, me dolía. Y por eso, después de dos años, estoy yendo s su casa. Para arreglar las cosas.

Para recuperar a mi hermana...

Y entonces la vi (Josh Hutcherson y tu)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt