Capítulo 7

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Recorrí con los ojos la posada, la mujer detrás del mostrador nos miró detrás de sus lentes con suspicacia.

- forasteros – hice una mueca con los labios - ¿Vienen del orfanato?

Asentí, era increíble como los chismes volaban en ese pueblo.

- mi hermana es la directora del orfanato, me llamo para que les preparará una habitación – enarque una ceja – creciste ahí, eres parte de este pueblo, les preparé la mejor habitación para ti y tu esposo – rápidamente desvié la mirada hacia Maximiliano, si él se sorprendió no lo demostró en absoluto – síganme.

Suspire, la mentira que habíamos dicho se estaba haciendo muy grande, nos condujo por el largo pasillo, cuando llegamos casi al final se detuvo frente a una puerta, la abrió y con una gran sonrisa encendió la luz y se apartó para que entráramos.

- ésta es la mejor habitación de la posada, espero les guste, la cena se sirve en el comedor a las 7: 00 p.m., pónganse cómodos.

Me deje caer en la cama, quitándome las sandalias, la cama se sentía cómoda, Maximiliano estaba en silencio acomodando nuestras bolsas de viaje, se metió las manos en el bolsillo y me miro por fin.

- Si prefieres puedo dormir en el sofá – mire el pequeño sofá que no se veía para nada cómodo y luego a Maximiliano, estaba segura de que no iba a caber en el sofá.

- No te preocupes, puedes dormir en la cama, estoy segura de que no estarás cómodo en el sofá – asintió, abrió la pequeña puerta que daba al baño – me daré una ducha.

Cerré los ojos un momento mientras escuchaba el agua correr, sentí que me movían suavemente el hombro, abrí los ojos y me encontré con esa mirada gris que me hacía babear.

- hora de cenar – levante mi muñeca para ver la hora en mi reloj y me di cuenta de que había dormido casi toda la tarde.

- Si prefieres puedes ir primero, iré al baño a asearme un poco.

- Aquí te esperó, no sé si has notado pero si demostramos que no somos pareja, la dueña de la posada le puede decir a la directora del orfanato y nos descubrirían.

- Tienes razón, no podemos perder la oportunidad que tenemos de descubrir algo – se hizo a un lado mientras me levantaba, di dos pasos y me detuve - ¿Tienes hijos?

- No – su respuesta fue seca pero mi curiosidad estaba activada.

- ¿No deseaban tener hijos o no les gustan? – me miro y luego se pasó la mano por el rostro.

- Mi ex esposa no quiso tener hijos porque decía que no los iba a criar sola – se sentó en el sofá y se quedó viendo las flores de plástico que adornaban un jarrón un poco feo – no le gustaba mi trabajo porque no le dedicaba tiempo, según ella.

- Lo siento – murmure - ¿Te gustan los niños?

- Así es, pero todo pasa por un motivo, hoy ella está casada, tienen un hijo y es muy feliz según sus palabras – me acerque, sentándome en la mesita que estaba enfrente del sofá, mis rodillas rozaban las de él.

- ¿Están en contacto? – bajo la mirada.

- La busqué varias veces, creía en el amor eterno – hizo una mueca que parecía una sonrisa – pero ella se olvidó rápidamente de sus promesas de amor en cuanto salió de la casa – me miro directamente a los ojos – se acaba de casar con él padre de su hijo, le ofrecí que comenzáramos de nuevo, iba a intentar de trabajar en otra cosa, incluso le dije que podía ser el padre de su hijo pero...

- No acepto – negó con la cabeza.

- No – suspiro – ya es pasado Elena, ella es feliz y me alegro por ella.

- Lamento haber tocado el tema, a veces no refreno mi lengua – él sonrió y sentí que mis rodillas temblaban.

- Parece ya mal de ustedes, la directora recordó a tu hermana por no frenarse la lengua – sonreí.

- Eloise es más tímida – el enarco una ceja – aunque no lo creas, ella es callada.

- Sería interesante conocer a una de las trillizas que no es catalogada por no refrenar la lengua – lo mire y sentí un poco de celos de Eloise pero sacudí la cabeza, ella era mi hermana no podía sentir eso por ella.

- Quizás, la conozcas cuando todo esto termine y podamos ver a Lena, he estado pensando Maximiliano – me miro serio - ¿No te parece extraño que mi hermana lleve casi mi nombre?

- Tienes razón, quizás en el orfanato le gusto el nombre y se lo pusieron por coincidencia.

Negué con la cabeza

- No creo que sea coincidencia, quizás por eso el inepto del detective nunca encontró alguna pista por el cambio de nombre de Elizabeth.

- ¿Detective?

- Sí, llevamos años pagándole para que busque a Lena pero nunca nos ha dado una pista.

- ¿Cómo se llama?

Entrecerré los ojos tratando de recordar el nombre del detective.

- Mario – mordí mi labio inferior – Mario Portillo.

- No me suena su nombre, pero es raro que nunca encontró ninguna información de tu hermana.

- Bien, tengo hambre – me levante para ir a asearme, él se quedó pensativo.

- Elena – me gire para verlo – tengo la sospecha que no te gustara lo que encontremos en el secuestro de Lena, quizás me odies en su momento pero cumpliré mi trabajo y sobre todo no le fallaré a la familia, tu hermana es parte de mi familia.

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Kgerals 💖

Soy la número 2 © <serie Trillizas 2> Onde histórias criam vida. Descubra agora