Yo y mis hermanos Akatsuki

Sasori: el artista eterno

Sasori es el típico hermano mayor que no sale de su habitación en todo el día. Nunca sabes qué estará haciendo, pero en su caso toda la casa sabe qué hace: se la pasa haciendo marionetas para la batalla, perfeccionándolas y demás. También practica sus hilos de chakra con nosotros, lo que a veces puede llegar a ser muy molesto...

Flashback

Una tarde, estaba yo viendo una peli con Gaara en mi salón, uno de mis mejores amigos del instituto. Me hacía gracia porque el pelo recordaba mucho a Sasori, pero el de mi hermano era más claro. Y, cómo no, tenía la respiración de Itachi encima, literalmente: mientras que Gaara estaba sentado a mi izquierda, el celoso de mi hermano permanecía como si nada a mi derecha. 

- Itachi Nii-San, ¿me harías el gran favor de sacar las palomitas del microondas?- puse ojos de cachorrita, evidenciando que era una gran molestia.

- Como te vea haciendo manitas con mi hermana te la llevas, chaval- amenazó Itachi antes de irse a la cocina. Puse los ojos en blanco.

- Discúlpale- suspiré haciendo un facepalm-. Es así con todo ser masculino que entra por esta casa y que viene por mí. 

- Mejor. Tener un hermano así te da más seguridad- sonrió Gaara.

- Sí, ¡y me da ganas de arrancarme la cabeza!- resoplé.

De pronto, mis manos empezaron a moverse solas hacia mi amigo. Él se percató de esto y me miró raro. Intenté volver a dejarlas sobre mi regazo, pero saltaron solas hacia la pechera de Gaara, jalándolo hacia mí y provocando que ambos termináramos sobre el sofá... con él encima de mí. 

- ¡Ya me lo veía venir!- ladró Itachi, dejando con un golpe el bol de palomitas sobre la mesa del salón y apartando a Gaara de mí. 

¡Y de la nada, Gaara repitió mi gesto involuntario con mi hermano e hizo que se cayeran los dos sobre la alfombra... con Itachi encima de Gaara!

- Te lo dije, Itachi: tú sirves para seme, no para uke- se echó a reír una voz desde la entrada del salón. Sasori.

- ¡¡¡DANNA!- grité, furiosa al comprender lo que había pasado. (Explicación: todos mis hermanos mayores llaman a Sasori por su nombre, pero de él para abajo le llamamos Danna, o Sasori no Danna).

- Queda patente que puedo manipular a las personas igual que a las marionetas- se rio mi hermano, recogiendo sus hilos de chakra y separando a Itachi de Gaara. Los tres chicos estaban rojos: Gaara, de vergüenza, Itachi de rabia y Sasori de risa. Yo aún estaba tumbada en el sofá. 

- Sí, Danna, queda patente... ¡que eres idiota!- ladré-. ¡Un poco más y tu broma casi provoca que estos dos acaben haciendo yaoi!

- ¿¿¿¡¡¡QUÉÉÉÉÉÉ!!!???- gritaron Itachi y Gaara a la vez.

- Gaara, nos vemos en clase. Ahora mismo tengo que destrozar un par de marionetas...- despedí a Gaara crujiéndome los nudillos y mirando a Sasori. Luego miré a Itachi, quien también miraba a su hermano con furia-. Gaara es buen chico, nunca me haría algo así. 

- ¡¡¡A POR ÉL!!!- ladramos Itachi y yo persiguiendo a Sasori por toda la casa.

Fin del flashback

A pesar de que a veces use a sus propios hermanos como marionetas, resulta muy divertido cuando son de buenas. Sasori no Danna no es mal chico, sólo es un artista joven que ve la belleza como algo eterno. Por eso busca siempre la manera de hacer que sus marionetas duren mucho tiempo, para poder admirarlas bien antes de que se rompan o se fastidien. Sasori Akatsuki, el artista de la belleza eterna.