Capitulo 5

3.7K 138 16
                                    

Maxon POV

Entraron 2 guardias fuertes y músculos a toda prisa...
-Agarrenlo, no dejen que se mueva y mantenganle la vista puesta en ella- Ordeno mi padre mientras señalaba a América.
Esto no me esta gustando nada. Mi padre saco un látigo de plata con el que desde que tengo memoria me ha golpeado. En cuanto lo ve America se voltea y aprieta los puños junto con sus ojos, me duele tanto esta imagen y no poder hacer nada para evitarlo ya que lo guardias me tienen agarrado de los brazos con tanta fuerza que me hacen daño.
-America cariño, ¡Te amo!- Grite, jamás le había dicho que la amaba pero esa era la verdad y esperaba que con esto se olvidara un poco de lo que estaba a punto de venir. Mi padre nos lanzo una sonrisa malvada, disfrutando viéndonos sufrir.
-Bueno comencemos con estos 30 pequeños latigazos- Dijo sonriendo mientras sus ojos se volvían negros por la emoción.
30 azotes eternos para mi, y para mi pequeña America mucho mas.
-¡1!- Dijo mi padre mientras que alzaba su mano y la bajaba con todas sus fuerzas haciendo que mi hermosa America se retorciera de dolor, y que yo me tensara como jamás lo había hecho.
-¡2!- Dijo volviendo hacer lo mismo que el anterior, y causando una terrible mueca en la mujer que tanto amaba.
-¡3!, ¡4!, ¡5!, ¡6!, ¡7!, ¡8!, ¡9!, ¡10!- Sentía que en cualquier momento caería de rodillas, asi que trate de apartar la mirada de ella mientras las lagrimas caían por mis mejillas, y gritaba con todas mi fuerzas a mi padre que parara sin ni siquiera lograr que me volteara a ver.
-¡15!- Y es ahi cuando ya no pudo mas y callo de rodillas, logrando sostenerse del apoya brazos del sillón que se encontraba afortunadamente adelante de ella evitando que cayera totalmente. Su espalda estaba hecha jirones, su espalda se encontraba totalmente llena de sangre, y se veía que le costaba muchísimo mantenerse en esa posición... Ya no podía ver esto, me dolía mas que todos los latigazos que me habían dado en toda mi vida, pero no podía hacer nada...
-16!, 17!, 18!, 19!, 20!, 21!, 22, 23!, 24!....- Continuo mi padre diciendo.
Cada latigazo que recibia era un grito de dolor insportable, pero ni siquiera podía taparme los oídos a causa del agarre de los guardias lo que hacia cada vez mas insoportable la escena. Quería protegerla, pero no podía.

10 azotes mas soporto America despues de caer de rodillas, cuando ya ni siquiera pudo sostenerse hincada, cayendo al suelo inconsciente. Y fue ahi cuando ya no pude mas: explotando, forsejeando con todas mis fuerzas contra los 2 guardias, dándoles patadas, haciendo lo que podía con mis manos, uñas, dedos, y dientes, gritando desesperadamente que me soltaran, sin obtener nada de éxito, comprobando que eran unas verdaderas rocas.
Queria ir con America y llevármela lejos, en donde nadie le pudiera hacer daño, donde el rey ni siquiera la pudiera tocar... Pero desgraciadamente no podía hacer nada...
-¡26!, ¡27!, ¡28!, ¡29!, ¡30!- Dijo mi padre al fin, pense que este infierno nunca terminaría. Los guardias me soltaron y corrí al instante hasta mi hermosa America que yacía en el suelo, le llame varias veces pero en ninguna me respondió, esto me estaba preocupando enormemente, comprobé su pulso y di un gran suspiro al sentir su pequeño corazón latiendo... débilmente pero lo seguía haciendo, dándome un gran alivio inmediato.
-Ya llévatela de aqui ahora mismo, antes que cambie de opinion.- Dijo mi padre mientras limpiaba con su mano la sangre que chorreaba del látigo a agigantadas gotas. Y sin siquiera molestarme en contestarle levante a America en mis brazos con suma delicadeza, poniendo su pequeño y frágil cuerpo sobre mi, su cabeza pegada en mi cuello sintiendo su débil respiración y su espalda del lado contrario a mi cuerpo, sosteniendola de sus muslos.
Salí de inmediato del estudio del rey y me dirigí a mi habitación, para tenerla mas cerca de mi mientras se estubiera recuperando, pero sobre todo para que no este tan expuesta a mí padre.
En cuanto vi a un guardia de mi confianza le pedí que llamara a las doncellas de America y que trajeran materiales y medicamentos para curararla.
Entre a mi habitación y America seguía sin reaccionar, y eso me preocupaba muchísimo, había perdido demasiada sangre, y no puedo permitirme llamar al doctor de la familia real porque le diria todo a mi madre y si se llegara a enterar su salud y felicidad correrían peligro, ademas de lo que nos haría mi padre.
Recoste a America con suma delicadeza sobre la cama boca abajo para que no lastimarla y poder curarla, mientras que le decía una y otra vez que se quedara conmigo y que no se diera por vencida, intentando calmarme sin obtener buenos resultados.

Perdon por la tardanza!!! No tenia internet... Pero los recompenzare con 2 capitulos seguidos ahora mismo!!! Gracias... ❤
Los quiere Dany...

Mi elección... (Maxon Schreave)Место, где живут истории. Откройте их для себя