Capitulo 8.🌊✨️

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Renata.


No puedo respirar, siento una fuerte presión y un dolor insoportable solo puedo entender que lo que tengo es grave y es de urgencia operarme.

Estoy siendo alzada en una base, supongo que es una camilla o algo así, cuatro hombres me llevan y me suben en una camioneta. Dicen algo de llevarme al hospital.

Estoy tan confundida, no comprendo lo que ha pasado, lo que está pasando.

—¿Mi hijo?, ¿dónde está mi hijo? —intento levantarme, pero siento un fuerte pinchazo en mi costado derecho.

—No se puede levantar señora tiene golpes fatales es peligroso que se levante. —me regaña uno de los hombres haciéndome volver a recostar

—Solo quiero saber dónde está mi hijo.

—Estamos buscando a todas las personas solo le puedo decir que tenga fe y que no la pierda.

La camioneta arranca luego de subir a las demás personas que han encontrado. Por favor solo pido que mi hijo y Dylan se encuentren bien.

Intento recordar lo que ha sucedido, ¿qué paso conmigo? ¿por qué siento tanto dolor? logro visualizar un lugar borroso y una voz familiar que empezaba a olvidar.

Él está cuidando a nuestro pequeño.

Todo estará bien.

Él es un buen hombre.

No tengas miedo de demostrar el amor que le tienes.

Nathaniel ya lo acepto.

Puedo recordar el sueño que tuve mientras estaba inconsciente, es borroso y confuso, pero sé que ellos están bien y que esto es lo correcto.

Dylan.

Todo está pasando tan rápido. Un grupo de personas nos encontró refugiados en lo alto de un árbol, uno de los pocos que quedo en pie. Ya es pasada la noche y ahora estamos en una furgoneta que se dirige al hospital, según lo que nos dijeron es el más capacitado de la ciudad.

—¿Quieres agua? —le ofrezco a Nathaniel de la botella que nos dieron los rescatistas.

—Quiero a mi mamá. —Sus grandes ojos están empapados y se mira tan angustiado.

—Encontraremos a tu mami pequeño—acarició su cabeza para luego abrazarlo por los hombros. —Toma un poco de agua, te hará bien.

Recibe la botella y le da pequeños sorbos. Tiene pequeños raspones y uno que otro golpe que ya empieza a formar hematomas en su delicada piel.

—Una vez los rescatistas la encuentren la pueden localizar en el hospital al que vamos. —espeta una anciana— Allí llevan a todas las personas cuando ocurren estos eventos.

Asiento observando en reloj que lleva en su muñeca izquierda.

—Disculpe, ¿puede decirme la hora, por favor?

—Claro que sí, son las 12:04 p.m.—Ya es 13 de noviembre, es el cumpleaños de Nathaniel.

—Muchas gracias. —Le doy las gracias a la señora para mirar la carita aporreada del pequeño— Escuchaste Nath ya son más de las doce, ya tienes diez años, oficialmente te sumas a los dos dígitos. Pronto serás todo un hombrecito. Feliz cumpleaños—sus ojos tan grandes me observan con emoción me da un fuerte abrazo.

—Gracias Dylan, gracias por todo. —Dejo un beso en su frente.

—Feliz cumpleaños niño, tu mamá estará bien ya verás. — Habla la misma anciana.

PIÉLAGO Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ