Conquitando al gigante #4

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Capítulo 4

Conquistando al gigante

Susan

—Piensa bien las cosas Susan, puedes estar perdiendo una buena oportunidad —hablo Brandon desde mi cama.

Me estaba probando algunos vestidos frente al espejo, para la cita que tendría con Demyan. Le había pedido a Brandon que viniera no para qué me aconsejará que usar y que no, sino para que le echara un vistazo a los documentos que debía firmar y entregar hoy. Según él era un simple acuerdo y todo estaba bien en él, así que lo firme y lo guarde algo arrugado en mi bolso.

—Le tienes mucha fe si piensas que él se casará con ella solo porque si —hablo Mel desde la laptop.

Sí, en videollamada, las relaciones a distancia eran así.

—Tú cállate y sigue gestando a mi sobrino —pidió Brandon jugando con la pelotita antiestrés—. ¡Y tú! Estás muy tranquila.

Forcé una sonrisa —Llevo llorando dos días seguidos, así que ahora estoy intentando hacerme de la idea que mi vida está jodida ¡No me presiones!

El suspiro —Si tan solo le dieras una oportunidad, te invito a una cita.

—Por un asunto legal —le aclaro Mel por milésima vez—. Ya sal de Narnia Brandon.

Me reí —Ya salió del closet hace rato.

—Decía por la fantasía —aclaro Mel.

—Ah, también.

Brandon se levantó de la cama y salió corriendo hacia el salón causándole un pequeño infarto a Verónica que casi se sube al techo.

Ya se había vuelto loco, lo ignoré y comencé a aplicar un poco de maquillaje, no era una fan de tener la cara empolvada y a diferencia de Mel yo era pésima maquillando, por eso estaba ella del otro lado.

—Más rubor rosa —pidió—. ¡Más!

—No, parezco payaso —me queje.

—¡Aquí está! —grito corriendo de vuelta—. Tu agenda de ligues.

Rodé los ojos —Brandon eso tiene tres años, ya caducaron.

—¡No me importa! Alguien debe recordarte —se sentó en la cama con las piernas cruzadas y comenzó a llamar.

—Joder mira que eres cabezón —me uní a él a la cama—. ¡Vas a pasar pena!

—Francis, este tiene nombre de buena gente —comenzó a marcarle.

Oh dios, ojalá que ya esté no sea su número, este casado con ocho hijos o simplemente allá perdido la memoria a largo plazo, eso ayudaría mucho.

—¿Hola? —hablo Francis.

¡Ah! Gritos de perra loca.

—Hola Francis, cariño —lo saludo Brandon, demasiado animado—. Mira quién está aquí y hablando de ti.

Me dio un pellizco en el brazo para qué hablará, un poco más se queda con un pedazo de piel.

Aclare mi garganta —¡Francis! Cuánto tiempo soy yo, Susan.

Sentimos un pitido, había colgado. La risa de Mel fue lo único que acabo con el silencio horrible que había dejado. Brandon aún no se lo creía.

—¿Qué le hiciste a ese chico? —pregunto rojo del enfado.

—Nada… Bueno no recuerdo.

—Intenten con otro, nunca se sabe —lo animó Mel.

El tomo aire —Javi, nombre guapo.

Quítame lo virgen (Finalizado Y Editando)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt