Ella suspira con un dejo de resignación mientras utiliza el abrelatas proporcionado por el rubio para abrir la lata de frutas. El sonido metálico resuena en la habitación, llenándola de una atmósfera peculiar. Chishiya observa con atención cada movimiento de la extranjera, percibiendo la incomodidad que parece envolverlos. Tras unos momentos de silencio incómodo, él decide romper el hielo, consciente de la necesidad de abordar la situación. —No tienes que responder si no quieres. Solo quiero asegurarme de que estés bien —manifiesta de nuevo, con una expresión bastante empática para ser él. La castaña baja la mirada hacia la lata en sus manos, sintiendo la tensión palpable en el aire.

La intensidad de la noche anterior ahora se enfrenta a la realidad del día siguiente, dejando una sombra de tensión en la habitación.

—Estoy bien, supongo —responde ella con una pausa reflexiva, encogiéndose de hombros mientras sus ojos se pierden en algún punto distante entre sus manos. —Gracias por... por todo —continúa, tomando aire sin atreverse a encontrarse con la mirada del rubio, pues la situación resulta hasta un poco embarazosa. —No estoy arrepentida, pero...

Chishiya le dedica una leve sonrisa. —No te preocupes. Entiendo. Fue... inesperado —dice con cautela. La castaña asiente, visiblemente aliviada.

—Sí, eso es exactamente lo que fue.

El ambiente se carga con una extraña mezcla de complicidad y distancia. Ambos son conscientes de que lo ocurrido la noche anterior ha alterado algo, aunque la naturaleza exacta de ese cambio les resulta incierta.

Es Chishiya quien decide romper de nuevo con la tensión al anunciar algo más ligero.

—Encontré un juego —dice mientras abre con destreza un paquete de galletas, revelando una selección variada que abarca desde las clásicas de chocolate hasta las más saludables y nutritivas. —J de Corazones, está en la prisión.

—¿Jugar a un juego de corazones juntos no nos podría poner en peligro? Quiero decir, alguno de los dos podría tener que matar al otro —plantea Iryna con cautela, levantando una ceja mientras su mirada destila una mezcla de sarcasmo y curiosidad.

Chishiya la imita y alza una ceja con expresión intrigada. —Ya jugamos un juego de corazones juntos —le recuerda con un tono cargado de expectación, mientras sus dedos hábiles manipulan una galleta integral. —Y nos fue bastante bien —añade, notando el escepticismo en la mirada de Iryna, quien, en su interior, no puede negar el éxito de sus experiencias anteriores a pesar de no decirlo en voz alta.

Ella, con un murmullo apenas audible, comenta: —Fueron dos, indirectamente. 

—La caza de la bruja. —Susurra él, dejando que el recuerdo del evento se deslice en su mente. Aunque técnicamente ella lo había ganado junto a Niragi, no con él. Sin embargo, al analizarlo, ambos habían salido victoriosos. Decidiendo evitar ahondar en ese tema, simplemente suelta: —Nos tengo fe como equipo.

Ella frunce el ceño de nuevo, clavando una mirada de hastío en él.

—¿Fe como equipo? ¿Y eso lo empezaste a pensar antes o después de traicionarme?

Y de nuevo, volvía a tocar ese punto. Él realmente no tenia ganas de adentrarse en esa discusión, pero comprendió que era lo que se había ganado. Aun así, no encontró motivo de queja; la noche anterior había sido excepcional. Incluso durante la búsqueda de alimentos, había sonreído al repasar sin reservas todo lo ocurrido.

—En mi defensa, fue supervivencia. —Se encoge de hombros, buscando contrarrestar su ataque con indiferencia.

—Supongo que cada uno tiene su propia definición de eso. —Comenta ella con un toque de sarcasmo. Él hace un gesto con la mano mientras lleva una galleta a la boca.

FOREIGNER [Chishiya Shuntaro]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें