- Eres la novia más hermosa y eres mía. -pronunció Alejandro en un susurro mientras caminaban rumbo al altar.

La rubia se estremeció a oír al hombre de su vida.

Juntos fueron avanzando a vista de todos los invitados, que solamente aplaudían de ver a la feliz pareja llegando al altar, donde se encontraba el sacerdote que los recibió también con una sonrisa.

Alicia empezó observar por todos lados con la respiración acelerada, veía todo en cámara lenta, aún le parecía todo como un sueño... ella, una sencilla chica se estaba casando con un CEO multimillonario que se había obsesionado de ella.

Alejandro la podía sentir temblorosa y algo ansiosa, tomó su mano y le dio un dulce beso justo donde tenía su anillo de compromiso, Alicia lo observó y le dedicó una ligera sonrisa tratando de controlar sus emociones... entonces la voz del sacerdote se escuchó en todo el recinto religioso.

- Estamos aquí reunidos, para celebrar la unión de esta pareja, que se ha presentado aquí por decisión propia, para unir su vida en sagrado matrimonio y comenzar una vida juntos.

La ceremonia nupcial se llevó a cabo de acuerdo al protocolo y finalmente llegó la gran pregunta.

- Alicia Guzmán, ¿aceptas como esposo a Alejandro Sangenis, estar a su lado en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad?

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- Alicia Guzmán, ¿aceptas como esposo a Alejandro Sangenis, estar a su lado en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad?

- Sí, acepto -pronunció la rubia, con un nudo en la garganta respirando profundo, para calmar todas esas sensaciones en su interior.

- Alejandro Sangenis, ¿aceptas como esposa a Alicia Guzmán, estar a su lado en las buenas y en las malas en la salud y en la enfermedad?

- Sí, acepto -respondió el CEO con su gruesa voz varonil y una sonrisa plena en el rostro.

- Por el poder que me confiere la Iglesia, los declaro unidos en sagrado matrimonio, los declaró ¡MARIDO Y MUJER! -enunció el sacerdote, resonando sus palabras en el recinto, pero sobretodo en el corazón de Alicia.

Los aplausos se escucharon con fuerza, para festejar la unión de los nuevos esposos, y también se escucharon algunos gritos pidiendo beso a los recién casados.

Alejandro la tomó de las manos, y observó a Alicia con una sonrisa, mientras que a ella le escurrían las lágrimas por su rostro sin poder disimular todas las emociones que sentía.

El CEO se acercó y le dio un apasionado beso en los labios, que ella correspondió a vista de todos los invitados, que seguían aplaudiendo, festejando la Unión.

La obsesión del CEONơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ