Fin De La Pesadilla

Začít od začátku
                                    

Kunikida escribió algo en su libreta y apareció en sus manos unas vendas, para cubrir la herida abierta del abdomen de Akutagawa, se quito el cinturón he hizo un torniquete en la pierna fracturada del pálido evitando que siguiera desangrándose.

La voz de Agatha fue la encargada de llamar a su equipo de curación mientras Kunikida le daba los primeros auxilios al pálido.

Akutagawa se quedó en silencio, le dolía cada músculo de su cuerpo y su voz parecía no salir, no podía decir nada.

—¡Mocoso no presiones mucho su herida! — Regañó Kunikida al ver que Atsushi de pura inconciencia de no dejar ir otra vez a Akutagawa apretaba muy fuerte en su agarré de su cintura.

A ellos llego Dazai y se puso en cuclillas.

—Está bien Akutagawa, hoy hiciste un gran trabajo— Dijo Dazai hacia el pelinegro mientras acariciaba la cabeza de este como si se tratase de un cachorro.

Rápidamente Akutagawa sucumbió al dolor físico, al sueño y cerró los ojos.

—¿Que le paso?... ¿Dazai-san, qué le hizo? — Preguntó asustado Atsushi al ver que su compañero se había desmayado.

—¡Maldito vago!... Siempre arruinas todo al menos si vienes aquí qué sea para dar unas de tus vendas... Ahora mataste a un miembro de la mafia— Reclamaba furioso Kunikida.

—Calma, calma Kunikida-Kun despertarás al niño — Agregó con picaría como si fueran una pareja de esposos.

—Él está bien, es normal ellos no han dormido durante todo un día y lo que queda de este así que deben descansar— Explicó Dazai hacia el rubio quien rápidamente miró hacia Atsushi.
Kunikida llevo su mirada hacia el albino quien parecía tranquilo con una media sonrisa aunque mantenía sus ojos bien abiertos como queriendo no sucumbir al sueño y al cansancio, antes de que Kunikida dijera algo Atsushi cayó al suelo como si se tratase de una pluma.

—No me equivoque en traer al dúo más fuerte de Yokohama — Expresó Agatha hacia ambos detectives.

No paso mucho en que Dazai sonrió de una forma demasiado excéntrica y alardeo.

—Son mis subordinados— Argumentó, pero recibió un golpe en la cabeza por parte de Kunikida.

—Idiota deja de alardear...

—Solo estas envidioso Kunikida-Kun de que no tengas un..

—¡Cállate Dazai! — Gritó furioso, pero la voz de Agatha los interrumpió.

—Señores, es hora de irnos — Habló tranquila, sin embargo su mirada era de disgusto.

—No puedo creer que ustedes hayan sido los encargados de detener al dragón — Dijo con evidente duda.

—En realidad fue Chuuya, ha visto a ese enano es todo un experto matando dragones— Habló divertido Dazai haciendo suspirar a Kunikida y a la lider de la temible organización en Londres.

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.
Calmaré tus pesadillas (Shin Soukoku) Kde žijí příběhy. Začni objevovat