𝐗𝐈𝐗. 𝐓𝐡𝐞 𝐂𝐚𝐦𝐩

Začít od začátku
                                    

—Oh, sí, lo siento mucho, voy enseguida para allá.

Punto bueno para el ambiente raro de su casa: ahora le daban permiso para casi todo. Punto malo: los regaños de su madre se habían vuelto más fuertes y más discretos.

La albina llegó en algo de veinte minutos a la escuela, vivir en la periferia tenía sus desventajas. Pero cuando entró fue recibida enseguida por su mejor amiga, que la esperaba en la entrada y la saludaba animadamente.

—¡Finalmente! Te he estado esperando, en fin, las chicas ya están en la piscina.

Mina la llevó entrelazando sus brazos y hablando animadamente, Koyuki sonrió levemente ante el gesto, parecía tan común en ellas ahora.

Una vez que llegaron a los vestidores, la albina se cambió rápidamente y enseguida salió acompañada de su amiga. Las chicas, efectivamente, la estaban esperando, sin embargo también se dio cuenta de que otros de sus compañeros estaban ahí.

—¿Alquilaron la piscina como clase? —preguntó Koyuki, Mina negó con la cabeza.

—Nah, los chicos la pidieron para entrenar, pero no te preocupes, nosotras podemos simplemente pasarla bien, vamos.

Koyuki tuvo unas repentinas ganas de entrenar al darse cuenta de que sus compañeros lo hacían. Tuvo el ligero sentimiento de no querer quedarse atrás, pero al final se quedó con Mina, ella era más importante.

—Ah, ya llegaste Tsuki —dijo Uraraka apenas se dio cuenta de su presencia, y lo primero que hizo fue acercarse y darle un abrazo corto—. Pensé que íbamos a ser solo las seis, eso sería una pena porque es la primera vez que podemos estar todas juntas disfrutando del verano y se siente como una de esas películas americanas en donde-

—Ochako ¿Por qué no mejor simplemente nos ponemos a calentar primero? —le dijo Tsuyu, haciendo que la atención de la castaña se posara en ella.

—¡Sí, esa es una buena idea!

Koyuki le agradeció silenciosamente a la peliverde. Sabía que no era culpa de Uraraka, pero la hacía sentir incómoda la cercanía con otras personas que no eran Mina.

Luego del calentamiento comenzaron jugando volleyball en el agua. Las chicas parecían divertidas y relajadas mientras jugaban, pero la albina no pudo evitar el pensamiento de que esto era una competencia, no podía fallar.

—¿Estás bien, Koyuki? —le preguntó Mina, susurrándole al oído— Tienes el ceño fruncido ¿No la estas pasando bien?

—¿Qué? —cuestionó ella al principio, saliendo del trance del juego para mirar a su amiga— Ah, estoy bien, no tienes que preocuparte.

Le sonrió, esperando que sus palabras la tranquilizaran. Mina le dio un asentimiento con la cabeza, aún mirándola preocupada pero aún así se alejó y siguió jugando. 

—No me había fijado Tsuki, pero tienes brazos fuertes —comentó Hagakure, una vez que dejaron de jugar. Ella probablemente estaba mirando sus bíceps, pero no podía saberlo.

—Es por el entrenamiento —respondió ella mientras elongaba.

—¿Qué clase de entrenamiento tomas, el de All Might o qué? —cuestionó Uraraka, mirando los brazos de la chica también.

Koyuki se sentía avergonzada e incómoda, no le gustaba que la conversación girara en torno a ella.

—Es solo... la constancia, supongo. He hecho pesas desde que tengo unos seis años.

—¡¿Seis?! ¿Eso es siquiera posible? —exclamó Jirou, sorprendida. Ahora todas las chicas la miraban mientras elongaban.

—Bueno, creo.

𝗥𝗔𝗜𝗡𝗕𝗢𝗪 ━ ❈ ━ 𝗯𝗻𝗵𝗮Kde žijí příběhy. Začni objevovat