¡Lo real está aquí!

Capítulo 2

_Esperaba que te apiadaras de mí.

_Me siento utilizada...

_Eres la mejor cocinera que conozco.

Ella se fue hacia el horno.

_Apartate de mí y de mi madr, ¿cuántas mujeres han cocinado para ti?

_Él medito la respuesta.

_Ninguna, la verdad.

_Entonces supongo que tendrás que conformarte chili-dijo ella, removiendo el estofado y bajando el fuego.

_Aliméntame mujer, te lo ruego-replicó él mirando fijamente la olla en el horno.

Hermione le dio un codazo sonriente.

_Mira por dónde vas, tonto.

A Draco le hizo gracia. La observo moverse por la cocina y la ayudo a poner la mesa mientras Ginny ponía el pan en el horno. Hermione se dio cuenta de que la cocina era muy pequeña para los tres, así que le dio un refresco a cada uno y los mando al porche trasero.

Draco se apoyo en la barandilla y miró a Ginny. La había conocido en Hodwars, poco de haber conocido a Hermione. Era la hermana menor de los weasley. Ahora era una jugadora profesional de Quidiccht de las arpias, era la jugadora mejor pagada.

Ginny y él charlaron un rato, y a él se le ocurrió de repente algo, pero no pudo dar la vueltas en la cabeza. Su atención se dirigía constantemente hacia Hermione. La miró fijamente a través de la puerta de cristal mientras ponía el pan tostado sobre la mesa. Estaba encantadora con sus vaqueros cortos, y una camiseta, tan distinta a las mujeres sexy vestidas de negro de la noche anterior... el recuerdo despertó el deseo de nuevo y supo que tenía que apartarse de ella durante una temporada hasta que pudiera controlar sus sentimientos especialmente cuando se había pasado toda la noche pensado en lo que Alexander wich le estaría haciendo, y al final, hacia la medianoche, reconoció que estaba celos, y esa era una emoción peligrosa.

Su mirada se poso sobre ella, que llenaba los vasos de agua. Había pensado mucho sobre lo que ella le dijo la noche anterior respecto a las mujeres con las que solía salir. Admitió que Delly no lo había apoyado mucho y que no se había dado cuenta de que su carrera lo era todo para él. Estaba harto de que no entendiera eso, y decidido estar solo durante un tiempo, para averiguar por qué elegía simpre a la mujer equivocada. Para comprobar si Hermione tenía razón.

Como si intuyera que pensaba en ella, Hermione levantó la cabeza y le sonrió. Algo le golpeo en el centro del pecho. Le devolvió la sonrisa convencido que necesitaba desesperadamente apartarse de Hermione. Debía dejar de pasarse por allí, mendigando comida y contándole sus penas.

Por si no bastara con haber cumplido treinta años con una gran fiesta orquestada por Draco y su familia, Ginny acababa de jugarle una mala pasada.

_¿Se trata de una broma cruel?-le preguntó desde el móvil en la cocina de Draco.

_Vamos, Hermione. Sabes que nunca haría eso, cariño. Y tú querías algo que te pillara cerca.

_¡En los alrededores, Ginny no cerca de mi vida!

Era el único trabajo disponible cuyo horario te convenía-repuso Ginny-. Esto es perfecto. ¿Quién más lo conoce tan bien? Puedes hacerlo sin que se entere nunca de que eres tú.

_Lo sé, pero-vaciló pensó en el dinero para la inseminación.

_Puedo conseguirte otra cosa en tu zona, Hermione pero podría llevarme algún tiempo.

Hermione miró al rededor de la cocina de Draco y suspiró-. Al menos no es un completo desastre-murmuró-. Y ya se dónde estan las cosas.

_Estupendo, entonces cobraras bien por poco trabajo.