Le gustaba modelar.

- ¿Puedo? -hablé tocando la puerta para que se diese cuenta de que estaba ahí.

Se giró asustada y cuando me vio a mi se relajó un poco.

- Creía que no ibas a venir, love. -sonrió pícara.

- Solo porque soy tu chófer y está lloviendo. -me encogí de hombros, aunque todos sabíamos que no lo hacía por eso.

- ¿Qué te ha parecido? -preguntó ella saltando de la silla y acercándose a mi.

- Nada fuera de lo normal. -contesté.

- Te he visto mirándome. -murmuró ella, ya estaba demasiado cerca y mi cuerpo reaccionaba de nuevo.

Joder.

- Ese vestido me ha gustado. -contesté tragando saliva.

Esos ojos me ponían nervioso.

- ¿Te gustaría quitármelo, love? ¿es eso lo que está pasando por tu cabeza ahora mismo? -sonrió y su dedo acarició mi cuello con suavidad.

- ¿A qué juegas Maddy? -pregunté intentando mantener la cordura.

- ¿A qué crees que estoy jugando? -contestó ella.

- Vi tu tatuaje, no puedes pretender que no crea que pasa algo contigo, evitas las preguntas sobre Nueva York y haces como si nada, te escondes detrás de esto. -la señalé y vi como su expresión cambiaba de forma radical.

- Vete. -gruñó.

- No me iré, está diluviando y te llevaré a casa. -sentencié.

- Pues me voy yo. -y salió corriendo de ahí.

Tardé en reaccionar, pero salí corriendo detrás de ella.

La encontré fuera, corriendo calle abajo, la lluvia ya la había empapado.

Cogí su brazo y la hice girar hacia mi.

Lloraba.

- Deja de huir de mi. -pedí.

La calle estaba vacía, solo estábamos los dos.

- Deja de ver a través de mis paredes, no lo soporto. -sollozó.

- No voy a dejar de hacerlo. -aseguré.

- Pues bésame, hazme olvidar todo esto, hazme sentir que valgo la pena, miénteme, lo que sea, pero hazme sentir algo de una maldita vez, necesito sentir, y tu eres la primera persona que me ha hecho sentir algo desde que.. -gritó, golpeándome el pecho con la mano.

- ¿Qué te hago sentir, Maddy? dímelo. -pedí de nuevo.

- Rabia, odio. -murmuró ella.

Sus ojos completamente helados me miraron, los míos quemaban.

Su pelo se pegaba a sus mejillas empapadas de lluvia y lágrimas.

Y sus labios.. esos labios redondos y preciosos que me llamaban desde el primer momento.

- ¿Solo eso? -pregunté.

- Solo eso. -contestó.

Ninguno de los dos quitaba la mirada del otro.

- ¿Quieres que te odie? -pregunté de nuevo.

- Ódiame. -murmuró ella.

Y algo me recorrió por dentro.

Yo también la odiaba.

Porque había llegado en un momento justo.

Me había girado todo del revés y se paseaba a mi alrededor como si fuese la maldita reina.

Y yo era un gilipollas que no podía dejar de pensar en ella de ninguna forma.

Imaginando como sería saborearla, llevarla a mi cama y que gritase mi nombre mientras yo la torturaba con mis dedos y mi boca.

No lo pensé más.

Estampé mi boca contra la suya y sentí como todo su cuerpo se acopló al mío de inmediato.

Su lengua jugó contra la mía sin pensarlo, como si lo hubiesen hecho ya miles de veces.

Caminé con ella hacia atrás, hacia mi coche y me separé de ella un solo segundo para ayudarla a entrar detrás.

Entré con ella y cerré la puerta, los dos empapados, los cristales llenos de vaho, de la lluvia y del calor que hacía.

Lluvia de verano.

Ella me miró, el vestido arremolinado en sus caderas, dejándome ver toda su ropa interior.

Santo cielo.

Tiró de mi camisa hacia ella y volvió a besarme.

Mi entrepierna chocando contra su ropa interior mojada no solo por la lluvia.

Se movía contra mi, rotando sus caderas como nadie nunca me había hecho.

Sus pezones estaban duros y empujaban contra la tela del vestido, donde apoyé mi mano, rozándolos con suavidad, causando que ella gimiera contra mi boca.

Su piel era suave, resbaladiza por la lluvia, no podía dejar de pensar en como sería más abajo, en como se sentirían sus pechos sobre mis labios.

Iba a explotar ahí mismo si no empezaba a relajarme.

Pero ella no dejaba de besarme y de frotarse contra mi, con odio, con rabia, con lo único que los dos éramos capaces de sentir.

No podía más.

Había caído directo a sus brazos y sabía que ninguno de los dos iba a salir bien parado, pero no me importaba lo más mínimo.

----------------------------

EL BESOOOO AAAAA, ¿SEGUÍS RESPIRANDO? PORQUE YO NO, ¿DE QUE COLOR SE RESPIRABA?

Una chiqui de vosotras me ha hablado hoy por privado diciéndome que le encantaría tener un grupo de insta para comentar mis historias y que yo pudiese avisaros cuando subo capitulos y todo, decidme que pensais vosotros, ya sabeis q siempre la decision es vuestra :)

Strangers +18 - Pedri GonzálezWhere stories live. Discover now