Capítulo 12

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En el que hay crisis de verdades y de otras cosas en el mundo.

Los días pasan aquí donde estamos y a veces por más que no lo quiera pienso en ti. Pienso en nuestro tiempo juntos, en las fiestas, en las escapadas que nos dimos y en las promesas que quedaron en el aire de aquella noche en que todo se fue. Antes tenía muchas cosas en mi cuando pensaba en ese momento, pero el tiempo va avanzando y ayuda a curar corazones rotos.

¿Sabes algo? Estaba lavando trastes y en la radio escuche tu voz. Sigue siendo igual como la recordaba. Tu canción era pegajosa y descubrí que la estaba cantando. Eso me hizo recordar a cuando estabas en mi coche y cantábamos las canciones que nos sabíamos. Ya no pienso en ti como al inicio y es algo curioso que este escribiendo sobre eso, pero es la realidad. Pienso en ti últimamente porque a nuestra vida llego un sujeto en medio de una tormenta... lo salve Salte del bote sin pensarlo dos veces cuando lo vi y te juro por dios que por un momento no pensé en nada más. A veces supongo que tienes razón cuando decías que era un sujeto que siempre actuaba y luego pensaba pero no me arrepiento de ser como soy.

Es de Argentina un poco torpe, pero en el tiempo en que ha estado en casa en verdad que ha sido de gran ayuda. Es un amigo como los que tengo. No sé de qué escapa y tampoco se mucho de su vida pasada. No quiero parecer una especie de policía al preguntarle sobre cosas que claramente no quiera hablar. Y no te miento, claro que quiero saber de él. Claro que quiero conocer su historia, pero ¿Cómo puedo exigir algo cuando yo tampoco hablo de mí? No es ético y nada profesional en esta amistad.

Hay mucho de lo que me gustaría hablarte sobre el niño que tuvimos los dos. A veces cuando lo veo jugar es como verme a mí de niño, aunque claro, tiene tus ojos y tu nariz. Esos rasgos que nunca voy a poder olvidar. Intento ser la mejor versión de padre todos los días pero debo de ser sincero. A veces tengo miedo de si estoy haciendo el trabajo bien o no. No sé cómo reaccionar en algunos casos y siento que estoy en una tormenta enorme cuando se trata de Diego la mayor parte del tiempo.

Lionel, el hombre que salve de esa tormenta, últimamente ha sido el sol en medio de esta. Me ayuda y me da confianza en algunos aspectos. Tanto que si te soy sincero creo que el mismo Diego lo entiende.

Se acerca una fecha... bastante difícil para mí. Aunque mis amigos intenten ocultarlo pero los conozco muy bien y apuesto a que tienen ya un plan para que ese día no piense o no recuerde de ti. Si te soy sincero no estoy enojado contigo y creo corazón que nunca lo estaré. Tampoco tengo una decepción pues en verdad me alegra mucho de que estes logrando lo que alguna vez dijimos a mitad de la noche que harías.

Es solo que a veces mi mente y mi corazón me traicionan un poco y me llega la preguntas de ¿Te acordaras de mí? ¿Aun piensas en Diego? ¿Nos buscarías alguna vez? Si las cosas hubieran sido totalmente diferente ¿Seriamos una familia como tanto deseamos? Son preguntas que no se si me gustaría preguntarte si tuviera la oportunidad porque me da miedo la respuesta.

Amo este lugar, amo la paz que me da y amo ver como Diego crece alejado de todo lo que alguna vez nos acecho a nosotros. Espero que estes teniendo un día muy feliz como siempre te lo deseo. Yo lo tengo en mi casa con mis plantas, con mi hijo y con Lionel. Así que no veo porque no desearte lo mismo, Dulce.

Entrenamos duro para una carrera que Diego quiere ganar pero déjame decirte que Lionel tuvo con él una conversación sobre ganar o perder. Ese sujeto es un estuche de monerías porque sabe expresar sus ideas y ayudar en el momento justo, pero aquí entre nos, a veces. Cuando lo veo cocinar o cuando lo veo ayudar a nuestro hijo en la tarea capto en su mirada algo que tal vez siente que oculta bien pero yo logro ver con facilidad... y tal vez logre verlo tan fácil porque yo estuve en su lugar alguna vez.

Yo no soy Messi.Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα