capítulo 1 EL GRITO

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Cuando abrí los ojos todo me parecía muy raro, me dolía muchísimo la cabeza. Miraba hacia mi alrededor y parecía que estaba en un hospital. A mi lado había una persona con cabellos dorados y labios puntiagudo, de color rosado, estaba dormida, tenía la curiosidad de despertarla y preguntarla quien era. Pero mi tentación podía aguantar todavía unos segundos más, me levanté de la cama para sentarme y en la mesilla de al lado de la cama había un espejo de mano, lo cogí me miré y tenía una venda en la cabeza, "¿Que me ha ocurrido?" No recuerdo nada.

Ella abrió los ojos eran almendrados los tenía de color café, y me sonrió.

- ¿Quién eres?

Ella se asustó saliendo de la habitación con pasos agitados.

Al cabo de un rato vino ella con un doctor se llamaba Daniel Foley. Ya confirmo que estoy en un hospital.

Me empezó a decir que me habían operado de un tumor cerebral, que me lo cogieron a tiempo porque tuve un accidente en un tren.

- ¿Qué pasó?¿Murió mucha gente?¿Hay muchos heridos?

La chica le empezó a ponerse nerviosa, y haciéndole señas al doctor para que no me dijera nada.

- Me llamo Sara.

La miraba toda dudosa sin saber si contestarla o no, la verdad no tenía ganas de hablar mucho.

De repente se oye un chillido por los pasillos, la voz parecía de un chico joven. Me moría de curiosidad por saber de quien se trataba, y me quise levantar, pero mis piernas no reaccionaban cayendo al suelo chocando con la mesilla de al lado de la cama, ya solo veía sangre, vi a Sara y al Doctor que venían corriendo hacia mí y en ese momento me desmallé.

Al despertarme eran ya las cinco de la mañana, estaba la habitación muy oscura y esta vez estaba sola. Hacía demasiado calor, así pues, me quité el vestido rojo del hospital quedándome en ropa interior, no llevaba nada en los senos solo tenía una braguita rosa.

Giré la cabeza y la mesilla de noche ya no estaba al lado de mi cama, estaba situada al lado de la puerta que daba acceso al pasillo. Tenía que intentar volver a levantarme, noté que esta vez las piernas si las podía mover, me agarré a la pared y empecé a caminar hacia la puerta.

Las luces del pasillo empezaron a parpadear, eso me daba un poco de miedo, pero no me impedía seguir caminando, cada vez me sentía más ágil, hasta que las luces se apagaron y oigo un suave susurro en mi oído...

"Leila" Suponía que yo era Leila.

- No me dejan verte. Pero... ¿Estas bien?

La toqué y era una chica.

Ella me puso el mechón de pelo detrás de la oreja y me acerqué más a ella, acercando mis labios a los suyos rozándolos suavemente, creo que la conozco... Le empecé a tocar sus senos, notaba su cuerpo caliente, Ella me toco la cara para buscar mis labios, nos empezamos a besar con pasión. Le cogí de la mano llevándola hasta mi habitación, le quité la camiseta y la falda, quedándola completamente desnuda, nos metimos en la cama y me quité la braguita. Con las sábanas envuelta hasta la cabeza, baje la mano hasta su Amapola, notaba como estaba mojada y sus piernas cada vez la habría más para invitarme a que entrara dentro. Sus manos se deslizaban hacia abajo, haciendo que tuviera un placentero escalofrío. Sus dedos se metieron por mi flor empezando a gemir. Al sacarme sus dedos, la lengua de aquella chica empezó a chupar mi labio interno. Mis gemidos cada vez eran más fuertes mientras que mis manos apretaban la sábana de la cama. Sacó su lengua y empezó a acariciar mi clítoris con sus dedos, empezándolos a mover, sus movimientos se iban acelerando y mi corazón latía cada vez más fuerte, mis gemidos se volvió gritos ahogados, formándose en un exquisito orgasmo brutal.

- ¿Como te llamas?

- Natasha Sokolova

Empezamos a oír unos pasos que se acercaban, una persona entro en la habitación, cogió a la chica sacándola de la cama y la empezó a besar, oía esos besos compartiendo esa saliva de una boca a otra. Cada vez me excitaba más.

- ¿Quieres que te penetre Leila?

- Si por favor.

Se subió a la cama y ahí entro mientras que Natasha me empezaba a besar el cuello.

El me coge las manos y me las ató con el estetoscopio, eché mi cabeza hacia atrás y él me penetró bruscamente, comencé a gemir mientras que ella me besaba por todo el cuerpo.

Vino la luz...

Y Natasha me miró, me sigue sonando su cara, pero no consigo saber de qué la conocía, ella era verdaderamente guapa; tenía un ojo azul y otro marón, sus labios eran gruesos y de color carnosos rojizo que parecía que los tenía pintado, su sonrisa era perfecta blanca como la nieve, su cabello es largo y blanco.

Y el hombre era Daniel.

- Doctor...

- Llámame Dani.

Ahora no puedo dejar de mirarle, pero le dije al oído...

- Sigue Dani.

Su cuerpo era atractivo, muy musculoso, ojos castaños, melena larga y negra, siempre llevaba el pelo recogido.

Agarro el culo de Dani y lo arrastro hacia mí. Él se comenzó a correr cuando sacó su macho alfa, Natasha me empezó a besar en el cuello hasta que por fin llegue al orgasmo con un gemido bestial.

Al cabo de una hora, nos vestimos. Y me dice Dani.
- Intenta no moverte mucho
- Tengo que ir al baño
- Voy con tigo
Me dijo Natasha.

De repente veo a un chico en la bañera dormido, cuando estaba apunto de tocarle, se despertó y empezó a chillar como un descosido.
Es él, el que grita siempre por los pasillos.
- !ALEJATE!
Los ojos azules de aquel muchacho, dejó de parpadear, quedándose quietos pero habiertos, y ya no vociferaba.

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⏰ Cập nhật Lần cuối: Sep 21, 2023 ⏰

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