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Luego de leer «En el Manchester City» de krikochounited y «Disgusto» de __antodzz, no me he podido sacar la idea de Enzo jugando en el Manchester y estando celoso de la relación de Julián y Erling de la cabeza. Me da un poco de vergüenza involucrar al pobre Haaland en esta locura también pero bueno

Ah, Enzo no estuvo en el Benfica ni tuvo a Oli en esta historia




















Desde que lo conoció, Enzo se había dado cuenta de que Julián era un imán de pelotudos.

Siempre tenía gente imbécil que flasheaba amistad con él o incluso algo más a su alrededor, cuando Julián en realidad solo los toleraba o estaba siendo amable. Tal vez era su cara de buen pibe, su predisposición a ayudar o su timidez que hacía que la gente se sintiera cómoda.

En el caso de Enzo, fue por todas esas cosas y mucho más que se pegó a Julián para toda la vida. Principalmente, porque se había enamorado. Pero no importaba, su caso no aplicaba a su teoría del imán de pelotudos porque él era bastante vivo, en su humilde opinión.


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No era como que se hubieran dejado de hablar después de que Julián se fuera de River. Obvio, ya no se veían todos los días. No compartían habitación, no entrenaban juntos, no comían lado a lado, no se podían consolar con un abrazo cuando las cosas salían mal y tampoco se echaban en la cama de alguno para ver películas; a pesar de extrañar eso a más no poder, Enzo había considerado que habían manejado la distancia bien.

Se mensajeaban casi todos los días, aunque sea un poco. También habían hecho un par de videollamadas, y Enzo había tenido unas ganas de llorar incontrolables en cada una. Era más fácil intentar de ignorar el vacío que sentía desde que su mejor amigo se había ido cuando no charlaban cara a cara. Si solo veía sus mensajes o sus fotos en Instagram, el dolor se sobrellevaba mejor. Pero en las videollamadas, cuando veía a su Juli sonreírle en vivo, sentía las emociones a flor de piel.

Como si no fuera lo suficientemente difícil enamorarse de otro hombre, además eran futbolistas y vivían a muchísimos kilómetros de distancia. Sin mencionar que Julián era heterosexual. Enzo suponía que haber nacido tan fachero no podía ser gratis.

Aún así, según Enzo, habían logrado mantener su amistad bastante bien a pesar de la distancia. Al menos para él, seguían siendo muy, muy cercanos.

Esa fue, tal vez, la principal razón por la que le pegó tanto descubrir que Julián y Erling Haaland eran tan cercanos. ¿Por qué no se lo había comentado?


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Decir que estaba emocionado por su fichaje en el Manchester City era poco. Fuera de su reencuentro con Julián, era un paso gigantesco en su carrera. Extrañaría River, pero sentía que era el momento de cambiar de rumbo.

El día que llegó al aeropuerto, era un manojo de nervios. Detrás de su sonrisa fácil y paso relajado, se escondía una ansiedad terrible. No estaba seguro si mejoró o empeoró cuando vio a los dos hombres del City que lo esperaban con un cartel con su nombre en las manos.

Pero sí estaba seguro de que una inmensa sensación de alegría opacó todo lo demás cuando vio a Julián caminando hacia él con pasos agigantados y una sonrisa se oreja a oreja. Enzo sintió como él mismo largaba una carcajada de pura alegría y abrió sus brazos para tocar a su amigo por primera vez en meses.

— ¿Qué hacés acá, wachín? — le preguntó cuando lo tenía abrazado con mucha fuerza. Su voz había salido mucho más inestable de lo que había esperado. Carraspeó.

— Pedí un permiso para venir a recibirte — respondió Julián, sonando aún peor, con la cara enterrada en el espacio entre el cuello y el hombro de Enzo. Tenía ganas de largarse a llorar. Apoyó la nariz en su pelo, estrechándolo más cerca.

Cuando se separaron y se miraron, Julián estaba sonrojado y con los ojos llorosos. Enzo no quería ni imaginar cómo se veía él mismo.

Julián se hizo a un costado cuando se acercaron los representantes del club, pero posó con su amigo para algunas fotos. A los hinchas les gustaría ver a los dos jóvenes amigos tan unidos nuevamente.

Lado a lado, caminaron hasta la camioneta que llevaría a Enzo a su nuevo club para que le dieran la bienvenida. Julián se separó de él ahí y se dirigió a su propio auto, para no intervenir en la llegada de Enzo.

Por primera vez en meses, su sonrisa se sintió fácil y sentía una calidez muy especial en su pecho.

(haaland y juli son muy amigos) Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ