— No son carroñeros. Eran mortifagos— jadee tratando de no temblar, Ron inmediatamente revisó la muñeca del hombre, también con la marca tenebrosa.

Me levanté de un brinco, yendo hacia la ventana, en las nubes oscuras brillando verde se encontraba la marca de la calavera y la serpiente. Sentí como la sangre se me congelaba. Nos habían encontrado, definitivamente nos habían encontrado. Voldemort. Y honestamente no sabía cual era peor, Lefay me quería muerta pero Voldemort me quería viva.

— ¡Ron hay que irnos ahora! Accio!— nuestros bolsos rápidamente volaron hacia mis brazos y al siguiente segundo  Ron me tomó la mano. Los dos desapareciendo en un remolino de sombras que solo aumento mas mis nauseas.

Cuando abrí los ojos me dolieron por los repentinos rayos de sol, al contrario de la lluvia que había en Londres. El aire helado me golpeó la cara mientras me acostumbraba a la nueva luz del ambiente, el cielo era de un doloroso azul celeste, estaba parada en arena suave y algunas piedras, vi al horizonte como las olas del mar se golpeaban contra la grandes rocas de la costa, el frio me erizó el cuello, deje caer mi bolso en la cálida arena tostada con cansancio.

— ¿Ron donde estamos?

— Son las afueras de Tinorth, Cornwall— él jadeó al igual que yo tratando de adaptarse a la nueva luz. Me senté en la arena, tomando un puñado y dejándola ir, suspirando pesadamente, tratando de controlar el ritmo de mi corazón y calmarme un poco, habiamos estado tan cerca de ser descubiertos, de que descubrieran sobre la verdad de Ron y que no estaba en casa sufriendo sppatergoit.

Sentí a Castiel salir de uno de mis bolsillos y acurrucarse contra mi cuello. Aun, en el medio de la nada, solo con Castiel y Ron, me di cuenta de lo solos que nos sentíamos verdaderamente. Nos teníamos el uno al otro, y eso era fantástico por que sin Ron no estaba segura de que pudiera viajar sola., solamente con Morgana sin tener el contacto humano de otra persona. El silencio era tan grande que sentía que me iba a tragar. Extrañaba a Hermione, extrañaba a mi novio, pero también extrañaba a mis mascotas, a Presidente Besos y a Aithusa II como a todos los demás.

— ¿Como te sientes?— la voz de Ron me saco de mis pensamientos. Lo vi, sabía de lo que estaba hablando, se refería a como había asesinado a esa mortifaga.

— Yo... no siento nada.— fruncí el ceño, siempre sabia expresarme muy bien con palabras al contrario de Harry y Ron, sin embargo ahora no sabia muy bien como poner lo que sentía en palabras—. Ella me iba a matar, así que yo la maté primero. No me siento mal. ¿Eso está mal?

— No— él me aseguró  rápidamente —. Esta bien. Hiciste lo correcto. 

Nos quedamos un minuto mas allí, sentados, Ron me tomo la mano y yo se la apreté, ambos viendo el mar, escuchando el sonido de las olas, el constante flujo y reflujo del mar. No solo era la preocupación de que Ron y yo estuviéramos a salvo, si no que todos los minutos de cada día  me preguntaba si Harry y Hermione seguían vivos, si no los habían encontrado, si no estaban encerrados o heridos, de tan solo pensar eso mi respiración se volvía regular me daba una terrible crisis de pánico. 

Volvimos a reanudar el camino tomando nuestros bolsos, después de unos minutos de caminar llegamos por fin a la casa segura.  Al principio no pude ver nada, solo veía arena y abajo de nosotros las olas del mar. Sin embargo Ron me tomo la mano y ambos caminamos unos metros hasta que escuche un sonido como de explosión. Frente a mi apareció la casa de Bill y Fleur, estaba completamente sola en un acantilado con vistas al mar, sus paredes incrustadas con conchas y cal, era bastante bonita, además que incluso tenía un jardín, era sin duda un lugar solitario y hermoso. 

— ¿Quien es?!— se escuchó la voz de un hombre que reconocí como Bill.

— ¡Soy Ron! ¡Tu hermano! Bueno yo y Laila. Ahm, me diste la dirección un día antes de la boda, dijiste que podía venir por si las cosas se complicaban— mi amigo pelirrojo reconoció, aun la puerta no se abría así que siguió—. Uhm, hace tres años mamá por error te dio mi jersey en vez del tuyo y...

Laila Scamander Y Las Reliquias De La MuerteМесто, где живут истории. Откройте их для себя