Descansa pequeño monstruo

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-¿Está permitido hacerte preguntas? -lanza decidido, asiento levemente con miedo a decir que si por completo.

-¿Por por qué les mientes a los del instituto? -dejo de respirar, me ha tomado desprevenida.

-Yo... -trago grueso dejando el pequeño plato a un lado- mierda, pensé que eras más tonto... -bajo la cabeza un momento decepcionada de mis clases de actuación.

-Lo hiciste bien, pero yo ya te conocía mounstrito.

-¿Mounstrito? -rei un momento negando levemente para volver a verlo- ¿qué?, ¿cuanto más diminutivo sea más me quieres?

-Creo que es lo contrario -entrecierra los ojos haciéndome reír de nuevo acompañándome él con una carcajada.

-Bueno... -suspiro mirándolo como diciéndole: me atrapaste- quería saber cómo sería cambiar de zapatos por un tiempo, es decir, amo mi vida en Italia pero me dije a mi misma, si vamos a cambiar de país y todo, ¿por que no cambiar yo? -encogi mis hombros y busqué sus ojos, me estaba mirando como si algo no cuadrase, como si esa no fuese la respuesta que esperaba.

-No te entiendo... siempre te veías tan perfecta y feliz -la sorpresa me agarro rápido, ¿me conocia desde cerca?.

-No me acuerdo haberte visto en mi vida antes de este año, estoy segura de que te recordaría.

-¿Lo harías pequeño monstruo? -le empujé levemente el hombro con diversión.

-Claro que lo haría, tu ego le hace saber a la gente que estás presente sin siquiera verte -bromee haciendo que blanquee los ojos.

-Te vi en varias pasarelas para la revista de la señora Ross, también fui a tu instituto por un concurso el cual se canceló, en todos esos lugares te veías así -apuntó a mi vestuario haciendo que baje la mirada al vestido.

-Bueno entonces si pasaste desapercibido...

-O es que estabas tan ocupada viéndote bien que no notaste mi presencia.

Ambos reímos y seguimos divagando sobre temas tontos, luego de un rato la señorita Ryes nos ofreció otro platillo del mismo postre, aunque era una oferta tentadora me negué, lo último que quería era engordar en una sola noche.

La velada fue divertida, incluso tomamos algo de vino que Ryan trajo de la bodega a escondidas, no era mi primera vez bebiendo alcohol ya que en una que otra fiesta con amigos lo había hecho, mas vino aún no había probado, me encantó el sabor dulce mezclado con las uvas.

-Señorita, su madre ha decidido retirarse, ¿irá con ella? -pregunta con una sonrisa de labios cerrados.

-Yo... -antes de ponerme de pie la mano de Ryan me detiene.

-Digale que la llevaré yo, no es problema.

La ama de llaves asiente y se retira, miro aliviada al chico ego, al parecer entendió mi incomodidad.

-¿Nos vamos? -pregunté al ver que no decía nada más.

-Vale, vamos -me guía al garaje en donde descansa su auto deportivo tan apreciado, él se adelanta a abrirme la puerta sorprendiendome de nuevo, anda muy caballeroso esta noche, ojalá siga así la siguiente semana, al salir de la mansión observo la limusina de mi madre desapareciendo por la carretera, la verdad ya no estoy enfadada con ellas pero me incomoda tener que darles la cara, es lo malo de tener valentía de la nada.

-¿Quieres pasear un rato antes de que te deje en tu casa? -pregunta observandome de reojo.

-Suena bien -acepto, decido prender la radio dejando una emisora que nos dejaba escuchar la canción "Still" de Niall Horan.

If honesty means telling you the truth
Then I guess we lost our focus
And it's killing me that we could go to war like this
But I'm standing here with you just tryna be honest
If honesty means telling you the truth
Well I'm still in love with you
Oh, we'll be alright
Oh, it'll be alright
Oh, we'll be alright
Oh, it'll be alright
So tell me you want it

Tarareo la canción observando la calida noche, pensando en como pasaron las cosas de la noche, al final nada acabo como creí que sería, tenía en mi cabeza jugar con el chico ego y entonces hice todo lo contrario, aquí me tienen, pensando que en realidad es un buen chico con el ego sobre la cabeza pero aún así amable, que vergüenza planeación.

Recorremos la ciudad inunandonos los oídos con canciones en inglés, de vez en cuando tarareo una que otra la cual conozco, al mirar de reojo al chico a mi lado lo veo mover la cabeza al ritmo de las canciones, no hablamos en todo el paseo por la ciudad, me alegro que no sea un silencio incómodo sino uno de paz.

Al llegar a casa volteó por completo hacia mi.

-Descansa pequeño monstruo. 

-Tu igual chico ego -los dos sonreímos para luego abrir la puerta y así bajarme pero antes lo volví a mirar, rode los ojos por lo que iba a decir, volví a sentarme un momento- gracias por tratarme tan bien esta noche, extrañaré a este chico el lunes.

Antes de que respondiera le dejé un beso sobre su mejilla y salí del deportivo, dejándole con las ganas de hablar como la primera vez que nos conocimos, o mejor dicho la primera vez que yo lo conocí. 

Después de dejarlo ahí entre a la casa buscando no hacer ruido cosa que hice en vano al ver a las dos personitas que quería evitar esperándome en la sala, ¡vaya, que suerte cogi hoy!.

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