Todo comenzó con el derramamiento de sangre y con la traición de un ser maligno... Luego arremetió contra la región de Narum una incertidumbre apoteósica. No se sabía nada de esta hermandad malévola. Era ignoto por completo. Comenzaron a realizar sacrificios por todas las provincias y mucha gente inocente falleció. Todo ese mal comenzó a predominar sobre la tierra y era casi imposible detenerlo. La ambición de los hombres era inextinguible. La injusticia, el dolor y la crueldad eran impunes; era difícil hallar un alma pulcra en aquella sociedad prístina. No obstante, de la nada resurge la espada de la verdad, en vanguardia, en contra de los jinetes del fin. Esta es la historia del joven Laureano.