Siempre he soñado con el mar, lo grande y hermoso que éste debe de ser. Mi madre solía decir que describir el mar era exactamente igual que intentar describir el viento, no existen palabras capaces de hacerle justicia. Y estoy completamente segura de llevaba razón porque ella lo conocía muy bien. El pueblo en donde se crió estaba situado muy cerca del mar y por mar vino a este continente. Lo amaba hasta tal punto que incluso después de tantos años aún había días en los que lloraba cuando habla de él.