No era él, lo sabía, la imagen que le devolvía el espejo no era la suya, había algo dentro de él, alguien. O quizás era él el que estaba dentro de otra persona. ¿O no? Unos ojos inyectados en sangre me devuelven la mirada. -Asesina a tu mujer. -Susurra la imagen frente a mí. -Lleva al mismo demonio dentro de ella. El reflejo en ningún momento mueve la boca dando señales de estar hablando. Lo escucho en mi mente, un susurro que me da escalofríos. Mi cabeza maquina millones de pensamientos, tratando de buscarle una lógica a lo que estoy viendo pero nada lo justificaría, salvo dos opciones: enloquecí o estoy soñando. Mi cuerpo no responde a mis demandas y asiente, confirmando la orden que me encomendó el espejo. Matar a mi esposa. Historia participante en el V Concurso de SttoryBox