Tommy es un policía novato que patrulla junto a su compañero veterano Frank. Un día detienen a un ladrón desquiciado que asegura que un virus apocalíptico se expande desde China, convirtiendo a los muertos en caníbales devoradores de carne. Ambos oficiales desestiman sus delirios. Pero las noticias pronto confirman la existencia de un misterioso virus letal en Wuhan. A medida que el brote se extiende globalmente, su ciudad es abrumada. Los hospitales se desbordan de enfermos y cadáveres que ya no caben en las morgues. Tommy y Frank son asignados a tareas de recolección de cuerpos, exponiéndose al virus mortal. Un día, reciben órdenes de acudir con armamento pesado a un disturbio en el hospital. La escena que encuentran es dantesca: civiles ensangrentados y desfigurados atacan frenéticamente una barricada, mientras algunas de las bolsas con cadáveres estallan... y sus contenidos en descomposición comienzan a arrastrarse y devorar a los oficiales. Con horror, Tommy y Frank se dan cuenta de que estos no son simples "muertos vivientes". Las balas apenas las distraen momentáneamente. Se mueven y atacan con una furia y fuerza sobrehumanas, impulsadas por un frenesí caníbal insaciable. Sus cuerpos siguen funcionando pese a las tremendas mutilaciones. Enfrentando a estas aterradoras criaturas nacidas del virus de Wuhan, los oficiales se sumergen en un verdadero infierno apocalíptico. Ya no son zombies cualquiera, sino una amenaza que desafía las leyes de la vida y la muerte. El fin del mundo tal como lo conocemos ha llegado.
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