Emperatriz del Imperio Larchen, Isilis. Pasa la noche con Berthas, un hombre que conoce en un balneario, incapaz de superar la molestia de los nobles que insisten en que tenga un heredero. "¡Es, es extraño...! ¡Ja!" "Debe ser buena." Berthas susurró mientras miraba sus pétalos goteando líquido de amor. Rápidamente se puso en el lugar húmedo. Berthas se sintió apretado por todas partes. No puede alejarse de esta mujer. "Será mejor ahora". Movió su cuerpo lentamente cuando Berthas sintió que sus entrañas lo envolvían cálidamente. Su suave interior se sentía bien. Sintiendo la emoción de la excitación subir a la parte superior de su cabeza, lo golpeó violentamente. Pensó: 'Debería tener a esta mujer...' ...Esta mujer que le dio todo a él. "¿Te quedarás a mi lado?" "Sí..." "Es una promesa". Pero, qué inútil fue ese pensamiento. Como si la promesa significara algo para ella, Isilis desapareció de su lado sin decir palabra. Era como si la larga noche que parecía no tener fin no existiera en primer lugar. * * * Berthas deambuló en su busqueda. En el momento en que finalmente la volvió a encontrar, se dio cuenta de que Isilis era la Emperatriz del Imperio Larchen, y que se había acostado con él para tener a un heredero. "¿Fue porque... necesitas un hijo?" La voz temblorosa de Berthas se volvió hacia Isilis. Como si él fuera el único que recordaba y reflexionaba sobre el pasado, su corazón latía con fuerza como si hubiera sido envuelto en un fuego abrasador.