Hay fuerzas que no pueden ser controladas, Simone lucha con una, su hermano. Quien parece estar muy decidido en controlar hasta su más pequeña decisión, escapar del hombre no es tarea fácil. Baco sabe que Simone es su mina de oro, y dejarlo ir no está en sus planes. Zigor, llora en silencio la muerte de su manada, aunque han pasado años y algunos de los sobrevivientes han logrado superarse, Zigor se queda atrás, aún hay muchos secretos que no ha revelado, y uno de ellos es la incapacidad de los hombres para encontrar a su pareja destinada. Pero cuando Simone y Zigor se encuentran, hay más lazo que los unen, aparte del hecho de ser pareja, los problemas y las desilusiones. No hay más campo para la tristeza