Obedecer. En circunstancias normales, cuando se te explica por qué has de acatar algo, hacerlo resulta ser fácil y sencillo. Pero cuando no hay motivos definidos, no parece haber una razón válida o el porqué del asunto y es nuestra vida la que está en juego, la cosa se vuelve bastante complicada. ¿Hasta qué punto se es capaz de obedecer lo que no se entiende? Ganador del cuarto lugar del concurso Miraculous Travel Awards. Créditos a la portada: @MichNoir