Es incapaz de hablarle, le es imposible dirigirle una sola palabra aun con su actitud amistosa con todo el mundo. Y aún así eso solo hace que se ponga más nervioso. Porque quiere saber lo que siente, porque necesita explicar que es eso que hace que se sienta como si su corazón se estuviera derritiendo. Que es lo que hay en esa sonrisa que provoca oleadas de electricidad en todo su cuerpo, que es lo que hace que vea en esas pecas decenas de constelaciones. Y por qué cada vez que sus manos se rozan se siente tentado a tomarla y caminar con orgullo a su lado, sin sentirse tan pequeño como siempre lo hace.