Treintañero. Barba, gafas de pasta... El cerebro de la operación. Un hombre que nadie asociaría a priori a ningún plan criminal. Dialogante, de fina ironía y autodidacta, es la antítesis de cualquiera de los individuos que integran su banda. De inteligencia superior, ha planeado durante años hasta el mínimo detalle de la operación. Parece saberlo todo, anticiparse a todo desde su puesto de observación en el exterior. No obstante, no contaba con establecer un vínculo tan fuerte con la negociadora policial, una mujer que le va a marcar.