- ¿Usted ordenó que me trajeran aquí? - pregunté enojada. No me contestó, simplemente recargó sus manos sobre su nuca. -Señor... le hice una pregunta, si lo que quiere es dinero, créame que no tengo ni en que caerme muerta- dije sin miedo. Una vez más, no me respondió. -Bueno, por lo menos deme la cara, quiero saber quién es usted- exclamé ya enfurecida. La persona soltó una carcajada, para después girar su silla lentamente. Cuando volteó completamente pude verla.... Era idéntica a mi...
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