Años más tarde, Jareth y el reino llegan a la misma conclusión: Jamás tendrían una nueva reina a menos que sea aquella niña que alguna vez pudo descifrar el laberinto. Después de todo, haberlo resuelto era como conocer el alma del Rey Globin, la cual, quedó completamente encaprichada con la idea de volver a ver Sarah de nuevo. Sarah creció y sus sueños más anhelados llegaron de golpe. Después se fueron disipando poco a poco, dejándola en un punto estancado, en un trabajo el cual odiaba. Y odiaría más al realizar una nota periodística de una de las nuevas estrellas más sonadas en el mundo de la música: David Bowie.