Era una tarde soleada en la ciudad brasileña de Belo Horizonte. Estaba casi llegando al cruce de la avenida Alfonso Pena con la calle San Pablo , cuando te vi. Hacia mucho tiempo que no te veía. Trataste de huir , de cruzar hacia la vereda de enfrente , de volver sobre tus pasos; pero nuestro encuentro era inevitable. ¡Tenia que suceder! Te salude y tu bajaste la cabeza . te conocía muy bien. Sabia quien eras...