Entonces, clavó su pupila en mi pupila como si quisiera atravesarme.
-¿Qué quieres de mi?- pregunté con miedo en mis palabras, sin dejar que él lo notara.
Él dejó escapar una ligera sonrisa, se acercó a mi oído y contestó:
-Te quiero a ti, preciosa.
Entonces, clavó su pupila en mi pupila como si quisiera atravesarme.
-¿Qué quieres de mi?- pregunté con miedo en mis palabras, sin dejar que él lo notara.
Él dejó escapar una ligera sonrisa, se acercó a mi oído y contestó:
-Te quiero a ti, preciosa.