5. No Cita

399 21 3
                                    

Samuel y Danna comenzaron a dar un paseo por aquel desidioso terreno, observando todo mientras la ponía al día de sus ideas y mostrándole la viabilidad del proyecto.

- Danna, estamos en una posición donde podemos ayudar a mucha gente. Tú tienes un gran corazón y te preocupas por los demás sinceramente. Es lo más importa para llevar a cabo una obra social.

-No solo eso... los fondos son primordiales, solo con querer no se puede hacer, lamentablemente.

- Yo tengo acceso a personas con recursos económicos, mi apellido abre muchas puertas, sobre todo y más importante me escuchan en la alta sociedad porque he pertenecido a ella siempre aunque intente pasar desapercibido cada vez que puedo. Pero mi madre está encantada y nos ayudará a recaudar fondos si nos dejamos caer de vez en cuando por sus reuniones sociales, ha sido su condición.

- ¿Por eso me has traído aquí?

- Exacto... esta finca abandonada es nuestra si queremos poner en marcha nuestro proyecto, solo no podré hacerlo y la confianza es fundamental... confío en ti. -Danna se acercó y penetró con sus profundos ojos verdes, intentando descifrar que más había tras aquellas palabras-.

- ¿Por qué confías en mí? No nos conocemos.

- No me conocerás tú... yo a ti sí. He visto en tus ojos cuanto necesito saber para tener claro que te quiero a mi lado. Mujeres como tú no abundan, de hecho eres la primera que conozco que siento tan pura de alma, tan especial. - Luego de confirmarle con su mirada la veracidad de sus palabras distrajo la vista hacia el viejo caserón, para darle a Danna tiempo de reflexionar sin sentirse agobiada. - Creo que tendremos mucho trabajo que hacer... aquí todo está en ruinas... Si aceptas el reto-.

- Claro que sí... me emociona saber que podemos ayudar a personas que no tienen la opción de "aceptar un reto" aunque deberían asesorarnos porque no tengo ni idea de cómo ponerlo en práctica-.

- No te preocupes por eso, es el menos de los problemas-.

- Quiero ver todas esas ideas que dices tener... pero necesito regresar al restaurante. - Mirando su reloj - se me ha hecho tarde ¿Te parece bien si quedamos mañana? Termino muy tarde y no es justo para ti-.

- No me importaría vernos a las doce de la noche... ¿Sería muy agotador para ti? - Iba a por todas, y estaba avanzando ¡¡¿¿Ella había propuesto la próxima No Cita??!!

- Muy bien, intentaré sea a las once y media. - Samuel condujo de vuelta, se despidieron con un <<Hasta luego>> y Danna comenzó su faena pero con algo diferente, tenía una radiante sonrisa pegada al rostro, aunque solía estar alegre en su cocina... esta tenía un brillo especial. Samuel llegó a su clínica eufórico, se sentía como un niño con su regalo de navidad deseado. Carmen, la señora de recepción lo miró complacida de verlo tan feliz mientras que su secretaria con la que tenía más afinidad lo escudriño a consciencia...

- Algo pasa y me lo he perdido... Mmm

- ¿Tan evidente es?

- Nooo... ¡¡¡Estás enamorado!!! El soltero de oro... ¡¡Está enamorado!! ¡¡Espero no sea esa pelirroja operada que un día va a hacer que pierda mis modales!! - Poniendo Mapi una cara de asco muy divertida-.

- Jajaja... No, no es ella. Esta es un ángel.

- ¡¡Ay Madre... que te me has vuelto chalado!! Tanto trabajo no sienta bien... mira en lo que termina, enamorándose de ángeles y todo.

- Jajaja... ¡¡Eres irremediable!! Deja que la conozcas.

- Mientras no sea el Ángel de la Muerte... estoy dispuesta a conocerla. - Mostrándole una sonrisa exagerada a su amigo-.

DÁDIVA EN EL CAOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora