Juliantina ONE SHOTS

"Val, perdí la beca"

- Estaré en mi cuarto, Ma.

Juliana no esperó respuesta y se dejó caer contra la puerta de madera de su habitación, soltando un pesado suspiro. Hoy había sido un día terrible en la escuela de modas. Todo le había salido mal: el diseño del vestido para su examen final, los cortes de la tela, las medidas... TODO.

¿Qué iba a pensar su mamá cuando se enterara que había reprobado su examen? O peor, qué iba a pasar cuando se enterara...

Como si la hubiese invocado, el ringtone de "Sweet but Psycho" de Ava Max que Valentina había elegido para ella misma comenzó a sonar desde la bolsa de su pantalón.

- ¿Bueno? –

- Hola, mi amor- dijo la voz tierna de su novia, lo cual le sacó una pequeña sonrisa.

- Hola preciosa. ¿Qué tal tu día? - preguntó Juliana mientras se recostaba en su cama para ponerse cómoda.

-Juls, no sabes. Hoy fue un día padrísimo en Grupo Carvajal. De verdad estoy aprendiendo muchísimas cosas que hacía mi papá. ¿Te acuerdas que te dije que Eva y Mateo están de vacaciones? Pues pasé casi todo el día con Lucía y me dio el tour por TODO el lugar. Osea no puedo creer que pronto comenzaré a trabajar oficialmente ahí, de verdad estoy súper emocionada.

Juliana sonreía al escuchar la emoción de Valentina, que hablaba como una niña pequeña a quien le acababan de regalar un dulce.

- Me alegro mucho por ti, Val. Sé que tu papá estaría orgulloso de ti.

Escuchó a Valentina soltar un pequeño suspiro nostálgico.

- Gracias, Juls. Oye, pero no creas que sólo hablaba para presumirte mi día. - Después bajó la voz como si le estuviera confesando una travesura -Te tengo una sorpresa.

- ¿Ah sí? – preguntó Juliana divertida, siguiéndole el juego. - ¿Qué sorpresa?

- ¿Crees que puedas venir a mi casa? Mando al driver por ti para que te recoja en 10 minutos, ¿sí? Te juro que la sorpresa te va a encantar- imploró Valentina.

- No sé, mi vida. Le había dicho a mi mamá que le iba a ayudar con algunas cosas aquí en la casa. - Juliana había dicho una pequeña mentira. No es que no quisiera ver a su niña, pero sabía que Valentina terminaría sacándole el porqué de su mal humor... y no quería defraudarla con la verdad.

- Bebé porfaaa. Te juro que te va a gustar. Ándale, ¿sí? Yo mañana paso a ayudarle a tu mamá en lo que necesite, te lo prometo.

Juliana soltó una pequeña risita. Por supuesto que Valentina se iba a ofrecer para ayudar a su mamá. Suspiró en señal de derrota. Sabía que no podía negarse a Valentina.

- Está bien- dijo derrotada, pero sonrió cuando Valentina soltó un gritito emocionado.

- Súper, ahorita mando a Alirio. Te veo en un rato, baby.

- Bye, hermosa.

Al llegar a la Casa Carvajal, Juliana logró divisar a Valentina esperándola, ansiosa, desde la puerta. Estaba recargada contra el barandal de la escalera, con una blusa negra y un pantalón blanco que se le veían increíbles y hacían que Juliana sintiera mariposas en el estómago. A pesar de que llevaran cuatro meses de novias, todavía sentía que se le iba la respiración cuando veía a su niña.

En cuanto salió de la camioneta, Valentina se apresuró para envolverla en un cálido abrazo. Juliana cerró los ojos, perdiéndose en su aroma y en cómo se sentía su cálida piel. Una vez que Alirio se retiró de su vista, Juliana no perdió el tiempo para meterle las manos dentro de la blusa y acariciar su espalda levemente, sintiendo cómo con cada roce le ponía la piel de gallina a Valentina. Le pasó las manos por la espalda unos segundos más para después hacerse ligeramente hacia atrás y tomar su labio inferior entre los suyos, besándola por un rato para después tirar de su labio ligeramente.