Roza mi piel pero no despacio, aprieta tu cuerpo junto a mi, hipnotiza nuevamente mis sentidos hasta hacerlos tuyos, coloniza mi humedad que brota a caudales por ti.
Muérdeme, como muerdes una fruta, azotame cómo azotas mis caderas en cada embestida, sedúceme, a tu antojo guiándote en mis intensos movimientos pélvicos pero ámame por encima, dentro de mi, hasta hacer borrar nuestros labios, bésame antes de gritar nuestros nombres de tanto placer.
No apagare la luz pero te haré cerrar los ojos, permite que el olor de nuestra piel ardiente nos eleve entre las nubes, susurra en mis oídos tus deseos clandestinos, marca muy despacio tu piel en mi pecho, en mis caderas, en mi trasero para que vibren siempre por tu nombre.
Cuando acabes conmigo y dejes sobre la cama los jirones de mi piel desecha entre tus sábanas, cobija mi cuerpo y bésame en la frente, hazme sentir que no es un sueño, hazme sentir que mi ser es tuyo nuevamente, mis deseos ardientes es por ti y será así siempre.. pero ámame otra vez.
Gabriela.
