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Capítulo XIV: "Mentiras piadosas"

−  Dios, está muy frio –exclamo Emma cuando la doctora cubrió su abdomen con el gel.

−  Oye, de aquí para delante tendrás que venir una vez al mes para el gel–dijo Grace que estaba a un lado de su hermana mientras que Matt al otro, ambos tomándoles las manos.

− Bien, ahora mismo estoy buscando al pequeño o pequeña en tu pancita –dijo la doctora, meneaba el aparato esparciendo el gel en el abdomen de Emma que no paraba de sonreír.

  La doctora estuvo buscando por un rato al bebé aunque fueron solo unos minutos  Emma comenzó a ponerse nerviosa…

− ¿Y ya lo encontró?− pregunto Emma.

−  No aún no.

−  Cálmate cielo, va a aparecer –dijo Matt apretando su mano a lo que Emma se mordió el labio.

−  Ay, miren, ya lo encontré.

   Los tres intensificaron su mirada en el monitor del ultrasonido, Emma se emocionó y apretó las manos de ambos acompañantes, luego de un rato de conversaciones de parte de la especialista sobre los cuidados del bebe y de la madre todos se fueron…

−  Toma… −dijo Emma entregándole a su hermana una pequeña foto de su sobrino.

−  Gracias –sonrió ante el pequeño papel negro.

   Grace se devolvió a su trabajo con una sonrisa enorme en su rostro, al llegar a la sala de correspondencia fue embestida por Steve que le pedía a gritos la foto del ultrasonido, está a tirones se la mostro…

− Ay… no sé qué estoy viendo, pero es un bebé, ¿No? –pregunto Steve frunciendo el ceño y girando la foto para encontrar alguna forma de bebé clara.

− Claro que sí,  ahora no se ve bien pero luego se verá completo –dijo sacándose su bufanda y sentándose en la silla.

− Espero que sea niña, se vería bien con unas pecas iguales a las de tu hermana –bromeo Steve he hizo que Grace se riera.

   Esta se acomodó en su asiento, se quitó el abrigo y sintió la mirada de Steve, que estaba sentado frente a ella…

− ¿Y qué tal? –pregunto Steve mirándola de reojo.

− ¿Qué tal qué? –pregunto algo incomoda.

− ¿Hoffman?

− Steve, no ha pasado nada, excepto que ayer me entrego esto –le mostro la pulsera y Steve exagero abriendo la boca.

− ¡Qué tipo más tierno, me encanta!

− Lo sé y fue tan imprevisto, llego a mi depa solo para darme esto.

− ¿Solo para eso?

− Si, después me dio un beso en la mejilla y se fue.