Capitulo único

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"Adios Yusaku Fukiji". Habían sido las últimas palabras que le había dicho al viejo héroe de Link vrains antes de su encuentro con el últimos de los Ignis y posterior desaparición del mundo. 

Después de eso habían pasado cinco años donde el tiempo había caído en todos ellos. El, antes  joven adulto y antiguo villano de vrains, era ya todo un  hombre que seguía cumpliendo su promesa de proteger la red de todo mal que iba surgiendo, gracias a su expansión a otros mundos y dimensiones. Nuevos retos y enemigos que enfrentaba, saliendo siempre victorioso en cada encuentro  solo con un objetivo en mente.

La ayuda de los viejos colegas de su padre y su IA, Pandor, hacia su labor mucho más pasajera y liviana la carga.  La reivindicación de los caballeros de Hanoi  era un ejemplo de redención con la promesa de proteger a las nuevas generaciones de internautas y ser los nuevo emisarios de la humanidad.  Algo que ni su joven líder se hubiera esperado, cuando comenzó a pagar por sus crímenes y una deuda de 10 años de retraso.

Luego de cinco años de cuidar aquella red, que aun no era de su total agrado, el tiempo había pasado en él haciendo un hombre de buen ver, con la mirada reacia y un porte tanto aristocrático para su joven edad. El nombre de Revolvér había cambiado y ya no era señalado con odio, miedo y despreció, sino con respeto y admiración. Algo que para su usuario le era menos.

Debes en cuanto se encontraba con viejos aliados y amigos, los hermanos Zaizen, los Kusanagi, Takeru, Ghostgirls, Blood Shepherd, algunas veces intercambias palabras, otras proyectos de vida, actividades y puntos de vistas pero siempre llegando a una pregunta que ni él mismo no se a atrevido a responder.

¿Cuanto más?

¿Cuanto más iba a esperar por él?

¿Cuanto tiempo iba a seguir esperando a Playmaker? 

Tal vez para todos sus amigos y allegados no era un secreto la gran preocupación que mostró por el hacker de cabellos azules, mechas rosas  y ojos verdes luego de su desapareció en el mundo. Aun podían ver la preocupación e intriga durante  meses y las noches de desvelo del joven Kogami para hallar a Yusaku.

Los primeros meses las esperanzas de nuevamente volver a verlo eran altas, pero poco a poco iban apagándose conforme pasaron los días, meses y años, no obstante el joven albino se negaba a abandona la esperanza de volver a verlo pues aun cuando no se habían prometido a reencontrarse nuevamente algo en él lo alentaba a esperar. 

Solamente la única mujer del grupo sabía lo que guardaba celosamente y eso por un descuido de él, cuando solamente una vez se permitió ser débil.  El joven adulto tuvo que hablar con la doctora Taki, cuando lo miró una noche recargado en el barandal del barco mientras algo caía al mar. 

Preocupada, se acercó para ver a su joven protegido llorando en la oscuridad de la noche. Kyoko lo acompaño esa noche, lo escucho hablar de sus miedos, alegrías y tristezas y el como había descubierto que se encontraba enamorado del su antiguo nemesis y que ese sentimiento estaba desde cuando era solo un niño, ni cuando se tuvieron que enfrentar como enemigos y el gran pesar que carga luego de su despedida. La doctora Taki lo acompañó esa noche consolando a su joven protegido. Un sin fin de emociones que el joven adulto se guardaba para si mismo.

Queriendo pasar un momento a solas, salió de las sedes de Hanoi. Fue caminando por toda la ciudad hasta llegar al centro de la ciudad. Las farolas iluminaban la noche, las pocas personas transitan tranquilamente ignorado por completo al decaído hombre. 

Finalmente se detenerse y tomar asiento en una de las solitarias bancas del parque. Se quedo contemplando las diversas personas que cruzaban al frente sin prestar atención su . Algunas se apresuraban a caminar para llegar a sus hogares, otras en grupos charlando entre ellos algo que solo les consternada y unos más en pareja dejando que su compañía sea  mutua. 

No podía dejar de prestar atención de aquellos últimos, era fácil para él leer la felicidad que sentían al tenerse mutuamente, ignorando el mundo alrededor de ellos siendo solamente ellos dos el eje de su universo. Sintiendo un poco de culpa o envidia por la felicidad que le es privado. 

¿Tantos son los pecados que tiene que cargar, que incluso el amor le es negado? 

Si

¿Tan larga es la lista de crímenes que su castigo es la soledad? 

Si

¿Este es verdaderamente su destino?

Un sonido viniendo hacia él lo hizo reaccionar. Un movimiento con las manos hizo que lograra  sostener entre el dedo indice y medio una carta de duelo. Extrañado la mira y sus ojos sobre salen de sus cuencas. 

Era Borreload Furious Dragon, aquella carta que le había dado a Playmaker la última vez que se vieron.  Levanta la cabeza buscando la persona que le lanzo la carta y ve a un joven a unos pasos de él. Era alto y delgado, vertiendo una camisa blanca que hacían juego con un pantalón de vestir y zapatos oscuros, sobre sus hombros descansaba un saco un saco del mismo color del pantalón, sus 

—Fujiki—murmura el nombre del chico y este como su hubiera escuchado su nombre sonrie.

Ryoken sonríe levemente, antes de  incorporarse y caminar hacia el joven. Una ligera mueca  que podía jurar que era una sonrisa en el rostro del ahora adulto apareció en el rostro. Una extraña sensación nace en su interior, queriendo abrazarlo como el amigo que no ve, el amante que buscaba la persona que tanto había extrañado. 

Su mente queda en blanco por aquella persona al frente de él. Él corresponde el gesto sonriendo mientras se acerca a él. Toma asiento a un lado y comienza hablar. 

Ryoken tenía deseos de escucharlo, pero su cabeza no lograba entender todo lo que decia, tal vez era la emoción o la negación de volver a ver al heroé de vrains a su lado, tal vez eran los nervios que sentía que sus sentidos se sentían atrofuados. Se pide a su mismo que se tranquilizara si no quiere parecer un tonto ante el chico. 

—Yusaku, yo quiero decirte que...

Un parpadeo hizo que el adulto saliera del ensueño que él mismo se creo, parpadeo nuevamente y la realidad lo vuelve a consumir, mira sus manos y no tiene nada. Todo eso había sido un sueño, la decepción lo vuelve a consumir. Suspira cansado, se levanta del asiento y empieza a alejarse. 

 Ya tuvo suficiente de distracciones, tiene cosas que hacer y no puede distraerse más. Nuevamente su cabeza le juega una broma, la oportunidad de olvidarle esta presente.

¿Porque le cuesta tanto tomarla?









Ruptura en el corazón.Where stories live. Discover now